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Leche materna contra el SIDA

2005/11/20 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Un compuesto en la leche materna impide, al menos en parte, la transmisión del sida. Así lo ha señalado un grupo de investigadores de la Universidad de Amsterdam, basados en pruebas de laboratorio.
La leche materna tiene agentes protectores de las infecciones.

Los investigadores ya sabían que la leche materna contiene compuestos anti-virus y antibacterias. Por ejemplo, se sabe que la madre transmite anticuerpos al niño a través de la leche. Sin embargo, el virus del sida consigue escapar a través de diferentes mecanismos.

Ahora han descubierto que la molécula es realmente eficaz, ya que han comprobado en el laboratorio que impide la infección. La molécula ha sido llamada de Lewis X y es un glúcido. Además, además de en la leche, también se encuentra en la saliva y la sangre, a menor concentración que en la leche.

Sin embargo, según UNICEF, cada año se infectan más de doscientos mil niños a través de la leche materna. Por ello, la Organización Mundial de la Salud recomienda a las madres con SIDA no dar el pecho. Sabiendo esto, surge la pregunta: ¿cómo se puede contagiar durante la lactancia si la propia leche tiene un problema que impide la infección?

El laboratorio ha demostrado el efecto protector de la molécula en la Universidad de Amsterdam.

Según los investigadores, si no tuviera el componente Lewis X, se contaminarían muchos más niños con leche materna. De hecho, sólo el 10-20% de los niños que tienen una madre seropositiva toman el virus durante dos años. Y los investigadores sospechan que sería mucho más si la leche no tuviera Lewis X y otros compuestos protectores.

Sin embargo, esto no significa que las madres seropositivas den el pecho a los niños, sino que, como hasta ahora, los responsables de salud recomiendan a las madres seropositivas que les den leche maternizada.

Barrera efectiva

Aunque la presencia de moléculas de Lewis X en la leche materna no es suficiente para protegerse del sida, los investigadores de Amsterdam han descubierto que es eficaz para impedir la infección en el laboratorio. Asimismo, han analizado cómo consigue este efecto. Parece que la clave está en la estrategia que utiliza para introducirse en las células que infecta el virus del sida.

El virus del sida infecta algunas células del sistema inmunitario: Células CD4 T. Entra en el interior de las células, allí las reproduce y las destruye. En consecuencia, el organismo queda desprotegido contra los patógenos, ya que las células CD4 T son fundamentales en el sistema inmunitario.

El virus del sida entra asociado a células dendríticas a las que infecta.

Aunque hay muchos aspectos que aclarar, los investigadores consideran que el virus entra asociado a otras células CD4 T. Estas células son también del sistema inmunitario y se denominan células dendríticas. El problema es que a estas células se asocia también la molécula de Lewis X, y entonces el virus del sida no tiene sitio. Por tanto, no es posible acceder a la célula CD4 T.

Además, las células dendríticas se encuentran sobre todo en las amigdalas, por lo que es muy fácil que las moléculas de Lewis X se asocien a ellas cuando el niño toma leche. De alguna manera, las moléculas de Lewis X dejan el virus del sida sin taxistas y así no puede acceder a las células que infecta.

Primeros pasos

Investigadores de la Universidad de Amsterdam han reconocido que la investigación está en sus inicios. El objetivo final es probar si Lewis puede convertirse en un componente de las microbicidas X.

Las microbicidas se utilizan en coito, en la vagina, para evitar la contaminación. Las microbicidas se utilizan en casos en los que no se desea utilizar el condón, o en combinación con éste, para reducir aún más el riesgo de contaminación. Los investigadores creen que Lewis X puede ser el componente idóneo de las microbicidas. Si es así, volverán a decir que la leche de pecho no tiene nada en común!

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