Por un sueño
2019/10/22 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia
Para algunos que no limpian los chopos de la mañana (¿macarra escarpada? ), el mundo de la ciencia es estricto y rígido. Sin espacio para la imaginación. La historia de la ciencia está llena de poesía y de sueños.
Veamos F. A. Una famosa anécdota del Kekule químico. Kekule lleva siete años tratando de desentrañar el misterio del benceno. No era una cuestión fácil, y muchos investigadores deseaban liberar aquel nudo: ¿cómo se podían ocultar seis átomos de hidrógeno con seis átomos de carbono, a la vez que explicaban sus características extraordinarias? No se puede imaginar. El benceno daba la excepción en un bonito sistema aprobado… pero la ciencia no podía abrir las excepciones.
En 1865, en Gante, Kekule sube a un bus público. Como es costumbre, el benceno estaba en la cabeza. El hombre estaba cansado y el triki-trac del vehículo le rompió muy bien. En el sueño ligero y en los semi-sueños, qué ver, y algunos átomos bailan alegremente, enrollándose en varias traiectorías, como formando algunas serpientes. Un día, una de estas serpientes se agarró a su cola.
Kekule se despertó como atravesado por un rayo. ¡Tenía una idea nueva, brillante, maravillosa! ¡La estructura del benceno no era lineal, sino cíclica! Los seis átomos de carbono constituían un hexágono con un hidrógeno asociado a cada vértice. ¡Enredado!
El gran químico Adolf von Baeyer dijo que a cambio de aquel maravilloso delirio de Kekule iba a cambiar todos los logros de su vida. ¡No fue un sueño fácil!
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