Ara Hovanessian tocando la vacuna del sida con los dedos
2005/02/03 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia
Miles de investigadores y un único objetivo: conseguir una vacuna contra el sida. Han pasado ya 20 años desde que aislaron el virus y todavía no han conseguido la vacuna. Es una tarea difícil.
Una vacuna eficaz debería trabajar en dos aspectos del sistema inmune: por un lado, debería ser capaz de promover la síntesis de células anti-VIH, células T. Por otro lado, debería ayudar al sistema inmune a crear anticuerpos que neutralicen el virus.
Los investigadores han creado unas 20 vacunas que trabajan en la primera parte y ya están ensayando con ellas. Sin embargo, hasta ahora nadie ha conseguido una vacuna que provoque anticuerpos. Sin embargo, en noviembre de 2004 un grupo francés publicó un artículo esperanzador en la revista Inmunity. Parece ser que han conseguido hacer la segunda parte necesaria para hacer una buena vacuna, es decir, han elaborado una vacuna que produce anticuerpos que neutralizan el virus.
En el Campus de Leioa, el jefe de investigación fue Ara Hovanessian explicando su trabajo. Los investigadores han comprobado que al infectar los linfocitos CD4 T del ser humano, el VIH se une a la célula mediante una glucoproteína en la piel: la glucoproteína gp41. Concretamente, se une a la membrana plasmática del linfocito a través de la parte CBD-1. Esto permite que los VIH se enganchen a la membrana plasmática del linfocito y atraviesen la membrana. Así consigue infectar la célula.
Los investigadores han realizado una copia sintética del péptido CDB-1 e inyectado a conejos. Entonces han visto que el CDB-1 sintético provoca anticuerpos contra él en los conejos. Estos anticuerpos han sido probados en los cultivos de células humanas y han demostrado que son capaces de neutralizar el VIH. Bloquean la glucoproteína gp41 por lo que no se puede asociar al linfocito, por lo que no puede infectar la célula. Además, elimina las células ya infectadas, evitando así la aparición de nuevos virus y la infección de otras células.
En los cultivos se han probado varias cepas del virus GIB-1, todas con buen resultado. De hecho, el gp41 es el mismo en todas, no cambia. Por ello, la vacuna sería válida para todas las variantes. Por otra parte, los anticuerpos contra el CDB-1 en humanos infectados son muy raros, lo que significa que se puede utilizar la vacuna para curar.
La respuesta inmune al péptido CDB-1 sintetizado es mayor que la que produce el natural, es más inmunogénica, por lo que es más eficaz que la natural. Por ello, proponen utilizar el CDB-1 sintético como vacuna: la inyección a los seres humanos generaría anticuerpos contra el mismo, evitando por un lado la infección celular por el VIH y, por otro, la eliminación de las células infectadas.
Para su uso en profilaxis, primero deben probarlo en los monos utilizados para la investigación del SIDA del ser humano y después solicitar autorización para probarlo en humanos. El uso terapéutico comenzará a probarse en breve.
Sin duda es un gran avance. Sin embargo, habrá que esperar a los resultados definitivos para ver si se cumplen las expectativas.
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