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Aroma y memoria rosa

2007/04/20 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Los olores tienen la capacidad de despertar la memoria y de revelar recuerdos. Por otro lado, algunos de los procesos que se producen durante el sueño son imprescindibles para clavar los recuerdos. Los científicos no conocen del todo el olfato ni la influencia del sueño en la memoria, pero algunos neurólogos alemanes que trabajan en este campo han publicado una interesante investigación: divulgando el aroma del rosa mientras estudiaban y dormían, han conseguido mejorar la memoria de varios voluntarios.
Los científicos saben desde hace tiempo que los olores influyen en la memoria.

La investigación ha sido publicada en la prestigiosa revista científica Science y, por su interés para cualquiera, seguramente será más interesante para los estudiantes. Los neurólogos han realizado el experimento con los alumnos de medicina. Se hizo que los alumnos hicieran un juego de memoria en el ordenador, recordando la ubicación de las cartas que aparecían en la pantalla.

Durante el ejercicio se hizo llegar a los alumnos el aroma de la rosa con la máscara que tenían para ello. Como el cerebro se adapta muy pronto a los olores del entorno y deja de percibirse inmediatamente, el perfume les llegaba corriendo.

Media hora después del ejercicio los alumnos se fueron a dormir. En una fase concreta del sueño, la mitad de los alumnos obtuvieron el aroma de la rosa para oler. Los demás dormieron sin olores especiales. Al día siguiente les preguntaron dónde estaban las cartas y los que tuvieron sueños aromáticos recordaban el 97% de los emplazamientos. Por el contrario, los que pasaron una noche sin olor a rosa acertaron el 86% de los emplazamientos.

La diferencia es evidente y con ello demostraron que un olor, en este caso el rosa, sirve para reforzar la memoria. Pero eso no era suficiente, los investigadores querían conocer el mecanismo que subyace.

Sueño profundo

Algunos de los procesos que tienen lugar durante el sueño son imprescindibles para conservar los recuerdos.

Para los neurólogos, una parte del cerebro, el hipocampo, es como un cuaderno de notas. Aquí se escriben los vividos o aprendidos de un día, hasta que “pasen limpio” o se guardan en la memoria a largo plazo. Estos recuerdos se encienden durante el sueño y pasan a la corteza cerebral.

Los investigadores sabían que los olores tienen una gran influencia en el hipocampo y sospechaban que durante el sueño podían ayudar a fortalecer los recuerdos, pero no en cualquier momento: por ejemplo, en la fase REM del sueño, es decir, en la época de los sueños, los olores no tienen ningún efecto sobre la memoria.

Eso es una mala noticia para los alumnos: utilizar el aroma de rosa para aprender mejor en la época de exámenes no es nada fácil. Pero, al menos, han anunciado cuándo es el momento adecuado para oler; parece que el hipocampo trabaja en una fase de sueño profundo y entonces hay que aprovecharlo para darle vapor. De este modo, los recuerdos se guardan firmemente en la memoria a largo plazo.

Los olores ayudan a memorizar lo aprendido a largo plazo.

Esto es lo que hicieron los investigadores: los alumnos dormieron con los electrodos colocados en la cabeza y, analizando las ondas, los investigadores supieron cuándo había un sueño profundo. En ese momento, la mitad del olfato recibió el mismo aroma que en el ejercicio. Ellos no se despertaron por el olor y al día siguiente no recordaban que por la noche se habían olido las rosas. Sin embargo, la ubicación de las cartas era perfectamente recordada, un 11% mejor que las que no olían nada especial.

Está claro que es difícil experimentar en casa y además no sirve para cualquier tipo de aprendizaje. El aroma del rosa es inútil, por ejemplo, para aprender a tocar el piano o a andar en bicicleta, ya que el hipocampo no participa en la memoria de las actividades. Sin embargo, los neurólogos alemanes han dado un paso importante en la investigación sobre la memoria y el aprendizaje.

Publicado en Deia.

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