Problemas presupuestarios en la NASA
2001/03/06 Carton Virto, Eider - Elhuyar Zientzia
Debido a su elevado precio, la agencia espacial estadounidense ha suspendido los programas de desarrollo de los vehículos X-33 y X-34. Para su reutilización debían ser la segunda generación de vehículos espaciales que sustituirían al actual transbordador espacial. Por otro lado, la NASA tiene problemas para asumir los gastos previstos en la Estación Espacial Internacional.
Espaciados costosos
El lanzamiento de cualquier carga, como un satélite, es muy caro. Para solucionar este problema ya se han puesto en marcha varios programas. NASA, por supuesto, fue pionera y en 1994 puso en marcha el Programa de Transporte Espacial Avanzado
Objetivos no despreciables: Reducir el coste por kilogramo de puesta a órbita baja de la Tierra de 20.000 dólares a 2.000 dólares para el año 2010; reducirlo a 200 dólares para el año 2025; y dejarlo por debajo de 100 dólares por kilogramo para el año 2040. Además, con la reducción de costes se buscaba un aumento importante de la seguridad y fiabilidad.
El primer paso de este programa era la segunda generación de vehículos espaciales para su reutilización. Los vehículos de ensayo NASA X-33, X-34 y X-37 se encontraban utilizando para probar la nueva tecnología, pero los costes actuales superan los posibles beneficios. El director del centro Marshall Space Flight de la NASA ha reconocido que la tecnología no está suficientemente avanzada y que debe reorientar la fuerza y el dinero hacia otras prioridades. La NASA ha gastado casi 1.000 millones de dólares en estos programas y ahora se lanza a una nueva estrategia para preparar vehículos de segunda generación.
ISS en cola
Sin embargo, no es el mayor quebradero de cabeza de la NASA estos días para vehículos de segunda generación. De hecho, parece que va a estar trabajando en el cumplimiento de los compromisos adquiridos con la Estación Espacial Internacional (ISS).
En la NASA se han dado cuenta de que los costes para los próximos cinco años van a ser 4.000 millones de dólares más caros de lo esperado y de que si no se consigue ese dinero los proyectos se van a limitar. El director del Centro Espacial Johnson, recientemente sustituido, elaboró un plan para hacer frente a los sobrecostes, que incluyó la reducción del número de astronautas que viajarán a la ISS, el abandono de los viajes tripulados a Marte y la exclusión de algunos elementos de la ISS.
Si la NASA no mantiene el gasto, es posible que la construcción de la Estación Espacial Internacional deba paralizarse en 2003, cuando se sume el módulo Columbus de la ESA y las partes de otras agencias espaciales. Es posible que a partir de 2003 no se añadan los módulos que se plantearon añadir, como la sala Transhab, el módulo de propulsión estadounidense o el vehículo de emergencia. De hecho, los vehículos de segunda generación que se querían habilitar para ser vehículos de emergencia y sin ellos el número de astronautas que vivirán en la ISS no podrá pasar de 3 a 7.
En este punto los rusos pueden tener la última palabra, ya que si se acoplan dos de sus naves Soiuz en el ISS, en la estación espacial podrían trabajar 6 astronautas. Por lo tanto, a pesar de los problemas, los rusos todavía tienen mucho que decir en cuestiones espaciales.
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