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¿Zorros voladores?

1994/05/01 Zabala, Joserra Iturria: Elhuyar aldizkaria

Viendo la evolución de las cosas, pronto los zorros tendrán dos alternativas: adaptarse a vivir en jaulas o aprender a volar. Quienes no se ajusten a estas dos opciones tendrán un futuro tremendo.

La política que se ha llevado a cabo en Euskal Herria de cara a la naturaleza ha sido muy mala cuando se ha llevado a cabo. En cualquier caso, y antes de empezar, tengo que reconocer que las intenciones de quienes han impulsado esta política no han sido malas. Por ejemplo, el informe elaborado por la Sociedad de Aranzadi para el Gobierno Vasco en 1989. En él se proponía una red de espacios naturales para la Comunidad Autónoma del País Vasco, con una conexión coherente.

Desde entonces ha llovido mucho, pero no se ha completado la red propuesta. Las conclusiones son evidentes, ya que la propuesta de red inicial se ha limitado a proteger determinados territorios dispersos. Estos territorios, además, son independientes entre sí. Así aparece al menos en los documentos de las Directrices de Ordenación del Territorio de la Comunidad Autónoma del País Vasco. Prueba de ello es el plano que presenta el Departamento de Agricultura en la denominada Acción General del Plan Rural Vasco. En ella aparecen nueve jardineras o zonas verdes en la geografía de máxima gris. En Navarra e Iparralde, aunque la situación no sea tan grave, nos encontraremos con algo parecido.

Si siguen adelante con estos planteamientos, y parece que será así, el "efecto barrera" que se está produciendo ahora queda completamente consolidado. Es decir, sólo unas zonas verdes triste y dispersas por nuestra geografía quedarán formando isletas, a las que la fauna deberá adaptarse. La autopista Bilbao-Behobia ya ha provocado que en la costa guipuzcoana esto sea así. La fauna de la zona de Jaizkibel y Kukuarri, salvo las aves, vive aislada. El intercambio genético de animales en estos terrenos es prácticamente imposible, ya que tienen pocas posibilidades de movimiento. Sus zorros, tejones, cataginetas y topos viven en una gran jaula. En un futuro cercano, no muy lejano, la mayoría de las especies autóctonas estarán desdeñadas.

Así las cosas y si por el momento se lleva a cabo la política que se está planteando aquí, en la Comunidad Autónoma no habrá espacios naturales. En su lugar tendremos varias jaulas verdes o, si os resulta más agradable la idea, unos gigantescos zoológicos. Si queremos conservar los restos de nuestra fauna en Urkiola y Aizkorri, tenemos que liberar a los animales y cuidarlos, o bien poner hermosas fotografías que nos permitan recordar lo que ha sido en el pasado. Sin embargo, la gran afauna se acabó para siempre.

Sin duda, este problema todavía tiene solución. Para ello basta con replantear la organización y recuperar la idea de la red de espacios naturales propuesta por Aranzadi en 1989. Desgraciadamente, nuestros políticos, y el propio pueblo, deberían tener otra sensibilidad hacia la naturaleza para que eso suceda, y eso no es nada fácil. Antes de que se note o vea ese cambio de sensibilidad, veremos volar los zorros o, si no, no veremos más en nuestra Comunidad Autónoma.

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