Desde mañana, año polar
2007/02/28 Carton Virto, Eider - Elhuyar Zientzia
El Año Polar Internacional es una iniciativa impulsada y coordinada por la Asociación Mundial de Meteorología (WMO) y el Consejo Internacional de Ciencias (ICSU) para la realización de investigaciones científicas en los polos durante dos años. Es la cuarta vez que en 125 años se ha puesto en marcha un proyecto de este tipo, en el que participarán 63 países y 10.000 científicos, que prevé llevar a cabo más de 200 proyectos en los Polos Norte y Sur, con una inversión total de 1.200 millones de euros.
Los polos son regiones interesantes para investigar muchos de los fenómenos globales de la Tierra. Los procesos meteorológicos, oceanográficos y biológicos que tienen lugar en los polos tienen gran importancia en la regulación del clima, por ejemplo. Además, se consideran indicadores muy sensibles de los cambios que se producen en el medio ambiente, al igual que los canarios mineros. Ellos son los mejores lugares para investigar el magnetismo terrestre y tienen una atmósfera adecuada para realizar observaciones astronómicas. También son muy útiles para investigar la historia, ya que conservan los registros del pasado terrestre atrapados en el hielo.
Para este año polar, las investigaciones se han centrado en seis áreas principales: la situación ambiental de las regiones polares; la comprensión de los cambios del pasado y la predicción de los futuros; las relaciones entre los procesos polares y globales; los límites de la ciencia en las regiones polares; la observación de la Tierra y el espacio desde los polos; y la sostenibilidad de las sociedades circumpolares. La organización ha querido destacar por primera vez en el contexto del calentamiento global y el cambio climático.
Por primera vez, ya que desde el año polar anterior ha pasado medio siglo. Se trata de una iniciativa poco frecuente: el primer año polar se celebró en 1882-83, cincuenta años para el segundo y veinticinco para el tercero en 1957-58. Entonces, el aumento de la temperatura media del planeta no era el protagonista de la agenda científica.
La idea del año polar se debe sobre todo al explorador y científico Karl Weyprecht. Fue uno de los líderes de la expedición al Polo Norte del imperio austrohúngaro Weyprecht en 1872-74. En aquella expedición se recogieron cientos de datos científicos, pero Weyprecht vio claro que los datos recogidos de forma independiente tenían un uso muy limitado y que había que unir fuerzas para comprender fenómenos meteorológicos y geofísicos. A su regreso, propuso "dejar a un lado la competencia desrentable por el mero descubrimiento geográfico" y poner en marcha "expediciones coordinadas de las naciones hacia investigaciones científicas".
La propuesta tardó unos años en llevarse a cabo, pero en 1882 12 países organizaron conjuntamente 15 expediciones a los polos: 13 Polo Norte y 2 Polo Sur. Weyprecht falleció en 1881 y no pudo verla materializada, pero la propuesta de trabajar juntos está viva 125 años después.
Trabajar coordinadamente y juntos es siempre una buena estrategia, no sólo en los polos. Sin embargo, teniendo en cuenta la dureza de las condiciones en estos dos extremos de la Tierra, puede decirse que también es obligatorio. Se cuenta que los participantes de los dos primeros años polares pudieron dedicar menos del diez por ciento del tiempo a la ciencia, ya que el resto lo hicieron para sobrevivir.
Publicado en Berria.
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