Caras del reciclaje
2022/06/29 Alaitz Etxabide Etxeberria - Material berriztagarrien ingeniaritzan doktorea | Iraia Etxabide Etxeberria - Diseinatzaile industriala Iturria: Elhuyar aldizkaria
Los compradores en general, como consumidores finales, vienen demandando en los últimos años productos más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente (figura 1). Una encuesta de preferencias del consumidor europeo de 2019 mostró que el 56% de los consumidores tiene en cuenta el impacto ambiental de las compras, que el 67% compra productos ambientalmente mejores aunque sean más caros y que el 81% realiza las compras en establecimientos cercanos al domicilio y que favorece el comercio local.
Mientras aumenta la mala reputación medioambiental que reciben los productos plásticos o recogidos con este material, aumenta la popularidad de los productos de papel o de papel, ya que a diferencia del plástico el papel es renovable y biodegradable. Al mismo tiempo, la sustitución progresiva de los plásticos vírgenes por plásticos reciclados está ligada a la responsabilidad medioambiental del uso de materiales reciclados y a la recuperación de residuos. En este sentido, la Unión Europea (UE) se ha fijado nuevos objetivos para fomentar el uso de materiales reciclables y el reciclaje de materiales de envasado de alimentos: todos los envases de plástico que se comercialicen deben ser reutilizables o reciclables para el año 2030; más de la mitad de los residuos de envases generados en la UE deberán reciclarse para el año 2025; en las botellas de polietileno de venta de bebidas teretileno (PET), el 25% deberá reciclarse a partir del 2025% de otros tipos de plástico, y de los otros tipos de plástico a 2025%.
Así pues, puede decirse que la reutilización y el reciclaje pueden asociarse a la sostenibilidad, ya que permiten una menor explotación de los recursos naturales y una reducción de la acumulación. Es sabido, sin embargo, que se migran sustancias químicas de los materiales, aumentando la migración de este tipo de sustancias cuando se utilizan materiales reciclados.
Algunas de estas sustancias (NGS) se añaden intencionadamente al material, por ejemplo: lubricantes para facilitar el procesado del material y estabilizantes para proteger al material de su degradación. Su uso está regulado. Otras sustancias se añaden involuntariamente al material (NGGS). En este grupo se incluyen, entre otros, las sustancias químicas procedentes de la degradación del material en la fabricación y reciclado del producto y los compuestos absorbidos por el envase del producto envasado (alimentos, enjuagues bucales, higiene personal y limpieza del hogar, cosméticos). Muchas de estas sustancias no están reguladas (poco sabemos de su toxicidad o nada). Se ha visto que en función del tipo de fármacos, de la cantidad migrada y del nivel de consumo, estos compuestos pueden provocar riesgos graves para la salud humana. Por lo tanto, en el uso de materiales reciclados es necesario tener en cuenta su aplicación, especialmente cuando éstos puedan resultar perjudiciales para la salud humana. Un ejemplo puede ser el consumo de sustancias liberadas del embalaje a través de los alimentos envasados (figura 2).
Casi todos los alimentos que compramos están envasados. Los envases que están en contacto directo con los alimentos (envases primarios) están hechos, entre otros, de cartón, plástico, vidrio, aluminio y sus combinaciones, y la industria alimentaria selecciona los materiales más adecuados para envasar los alimentos según el procesado de dichos materiales, las propiedades físico-químicas, las propiedades del alimento a envasar y las legislaciones. El mayor número de ejemplares utilizados es el papel, cartón, plástico y vidrio, destinándose en la mayoría de los casos a un único uso.
A diferencia del reciclaje de envases de vidrio, el reciclaje de envases de plástico y papel comporta cambios químicos en los materiales (degradación, rotura de compuestos químicos, etc.) que aumentan la presencia del NGGS. Observan que de los envases de vidrio (reciclados) se migran menos sustancias químicas y menos tipos que de los envases de plástico y papel reciclados. Una de las causas es que el reciclaje repetido de vidrio no altera prácticamente las propiedades intrínsecas y la pureza del material. Otra razón es que, a diferencia de la recogida selectiva de vidrio, en la recogida selectiva de envases y papel de plástico los envases generados por diferentes plásticos para envasar diferentes productos (productos de limpieza, cosméticos, alimentos, etc.) o residuos de diferentes tipos de papel se recogen conjuntamente (papel que ha estado en contacto con la comida, periódicos, revistas, cartón, etc.) (Figura 3). Esto aumenta la contaminación cruzada, por lo que aumenta la presencia de NGGS en materiales reciclados de plástico y papel.
En general, los envases de plástico migran menos sustancias que los envases de papel debido a su estructura porosa. A veces, en el interior de los envases de papel se coloca una fina capa de plástico para reducir la migración de compuestos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta capa de plástico también puede liberar compuestos químicos. Los expertos han observado que, dependiendo del tipo de nombre, la migración de estas sustancias químicas puede controlarse mejor. Por ejemplo, el plástico polietileno (PE) tiene menos función de zona que el plástico PET. Por otro lado, se ha observado que los compuestos químicos pueden migrarse al alimento a partir de los materiales de recogida de graneles (por ejemplo, bandejas de papel para llevar manzanas) y de envases secundarios (envases para envasar envases primarios).
Asimismo, la composición del alimento envasado (cantidad de grasa/agua, acidez), el estado de la materia (sólido, líquido) y las condiciones de almacenamiento (temperatura, tiempo, exposición a la luz) influyen notablemente en la migración de los compuestos químicos. En general se ha comprobado que el número de muestras migradas al alimento aumenta con el contenido de grasa, la temperatura de almacenamiento y el tiempo de almacenamiento (Figura 4).
Por lo tanto, teniendo en cuenta el impacto ambiental de nuestras compras y sabiendo que cada día estamos expuestos a sustancias químicas de diferentes fuentes (como las que han migrado de los envases a los alimentos), es evidente que la sostenibilidad y la seguridad química deben trabajarse conjuntamente para preservar la naturaleza y aliviar la presencia, migración y consumo de compuestos presentes en los materiales. Teniendo esto en cuenta, ¿qué podemos hacer para lograr estos objetivos en relación al envasado de alimentos?
Por un lado, la industria del almacenamiento, la industria del embalaje y la industria del reciclaje pueden adoptar algunas medidas (Figura 5). Entre otros:
- Facilitar el uso de envases reutilizables (p.e., facilitar la compra a piso).
- Reducir el uso de aditivos y de todo tipo en los materiales de envasado.
- Reducir el uso de pigmentos que hacen más atractivo el envase. La presencia de pigmentos reduce el número de ciclos de reciclaje del material y se ha demostrado que algunas de estas sustancias son tóxicas.
- Diseñar el envase para su reutilización y reciclado. Además, reducir la relación entre el envase y el volumen del alimento.
- La zona del recipiente que vaya a entrar en contacto con la comida se realizará con material virgen o zona de cortafuegos, y el resto de capas de material reciclado (sobre todo en embalajes de papel).
- Al tirar el recipiente a la basura, colocar un símbolo que indique claramente a qué recipiente se debe depositar. De esta forma se reduce la contaminación cruzada y aumenta la recuperación de materiales para su reciclaje. De esta forma se amplían las posibilidades de reutilizar el material para envasar alimentos.
- Mejorar los sistemas de recogida selectiva de la basura, recogiendo únicamente los materiales que hayan estado en contacto con los alimentos en los contenedores de basura para su reciclaje. Si es posible, separar los envases de los alimentos de los envases que contengan productos de cosmética e higiene.
- Optimizar los procesos de reciclaje. Se observa que mejorando la descontaminación y los procesos de limpieza se puede conseguir reducir la presencia de NGGS en el material reciclado.
Por otro lado, como consumidores podemos considerar las siguientes sugerencias para reducir la presencia, migración y consumo de sustancias químicas (Figura 6):
- Reutilización de envases. Si son de
vidrio mejor.- Comprar productos en envases reutilizables. En caso contrario, comprar productos en envases de materiales más reciclables. Por ejemplo, el proceso de reciclaje del PET plástico está más desarrollado que el de otros plásticos (como el PE).-
Comprar envases con pocos pigmentos y alimentos envasados con el mínimo de materiales posible.- Escoger el producto que se ha
envasado más cercano a la fecha de compra. De esta forma se puede asegurar que el alimento esté en contacto con el envase el menor tiempo posible.- Pasar los
alimentos por el agua antes de comer o cocinar.- Vaciar los envases
y enjuagarlos antes de depositarlos en un cubo de basura para reciclarlos.- Si se quieren reutilizar/reciclar los
envases de los alimentos, utilizarlos únicamente para guardar la comida.
A pesar de que por el estilo de vida actual el ser humano se encuentra bajo la influencia de numerosos compuestos químicos procedentes de diversas fuentes, las investigaciones han demostrado que mediante la adopción de medidas y hábitos se puede reducir su presencia, migración y consumo, a la vez que se tiene en cuenta el medio ambiente. Está claro que hay que hacer cambios y que todos debemos ser parte de ellos. Por lo tanto, como consumidores, nos corresponde comprar responsablemente y tirar la basura generada a reciclar correctamente. En esto, lo importante es mostrar nuestra voluntad de cambiar los hábitos de compra, y hacerlo uno a uno.
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