Nuevos textiles para nuevas prendas
2003/06/18 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia
El día a día de la industria textil se basa en una sorpresa. Cada día crea nuevas sorprendentes: ropa que resiste el estrés, tejidos que ayudan a dormir mejor, capaces de absorber la radiación solar o matar bacterias, calzado que lleva el teléfono, pantalones que no se arrugan… La investigación que se está llevando a cabo en este campo mueve cientos de millones de euros al año y, según los expertos, la nueva moda será una de las bases de la economía.
Está claro que la revolución textil está en marcha. Y parece que también es imparable. Expertos e investigadores coinciden en que la ropa del futuro será equivalente a la segunda piel del cuerpo humano. Las prendas se fabricarán con materiales muy finos, pero al mismo tiempo las prendas serán muy resistentes y flexibles. Además, tendrán la oportunidad de ir vestidos de elegante elegancia y otras opciones. El objetivo es sentirse bien. Los diseñadores buscan trajes útiles, ligeros y que no conecten el movimiento. Y muy importante: que sean fáciles de limpiar y de planchar, o que no haya que limpiarlas ni planchar. Por tanto, un comportamiento ajustado a las necesidades de los consumidores.
Microfibras
XX. Hasta mediados del siglo XX, el hombre utilizó los tejidos naturales para vestirse. Para la confección de las prendas se utilizaban algodón, lana, lino, seda, etc. En 1935 el científico Wallace Carothers creó un material llamado fibra 66, que luego se conoce como nylon. Esta fibra sustituyó a la seda utilizada para fabricar calcetines, ya que los calcetines eran muy caros. Dos años después, en Alemania, se inventó el elastano. Y cuando estas dos fibras se unieron, en la década de los 70, se lanzó al mercado la famosa Lycra y llegó la revolución de las fibras sintéticas.
Desde que la elastana sustituyó a las fibras naturales, la industria textil ha experimentado avances espectaculares. La investigación sobre microfibras está impulsando un nuevo desarrollo. Las microfibras son materiales sintéticos mucho más finos que la seda y, junto a las fibras sintéticas procedentes del plástico, más brillantes y más suaves. También son flexibles y cómodos. Sin embargo, las ultravioletas que se están desarrollando actualmente son mucho más delgadas. Las microfibras son 60 veces más delgadas que los pelos humanos, mientras que las ultravioletas 180 veces. Nombres como Tactel, supplex, softec se van a convertir pronto en vulgares, como en su época se convirtieron en poliéster, látex, el propio licra o el gore-texa.
Al igual que en otros ámbitos de esta sociedad, los primeros indicios del progreso se manifiestan en el deporte. El deportista, además de ser un escaparate perfecto, se convierte en una práctica deportiva ideal para la realización de pruebas. Los trajes de baño sin costuras, o los de teflón y lycra que se secan inmediatamente después del agua, las prendas que se adaptan a la temperatura, las que expulsan el sudor, las prendas especialmente diseñadas para evitar la fatiga, etc. ya han comenzado a utilizarse. En los últimos Juegos Olímpicos, el nadador australiano Ian Thorpe utilizó un bañador que reducía el coeficiente de fricción. Por lo tanto, el bañador era más resbaladizo que el propio cuerpo; una ventaja evidente.
Nuevos productos
Los cambios que se han producido no sólo en el deporte, sino también en la ropa usada en otros ámbitos son notorios. Muchos de ellos están basados en tecnologías para combatir el frío y el calor. Por ejemplo, la italiana Corpo Nove ha lanzado al mercado una chaqueta ligera y caliente. Bautizado como cero absoluto, lo prueba en la Antártida. La chaqueta resiste el calor del cuerpo a pesar de la temperatura exterior de -50 grados centígrados. Para ello utiliza material superaislante, aerogel basado en silicio de 3 milímetros de espesor.
También hay que ir al otro extremo, a las prendas para combatir el calor. Los ingenieros de Karada Italia han preparado, junto con los diseñadores de la casa de moda Hugo Boss, ropa interior con refrigeración. Esto permite a los mecánicos del equipo de McL trabajar con mayor seguridad ante altas temperaturas. La ropa lleva un tubo de 50 metros que lleva líquido refrigerante. La empresa española Zodiac ha diseñado un sistema similar, pero el objetivo es proteger a la policía de las ballenas de criminales.
El calzado también tiene cabida en la última tecnología textil. La Agencia Espacial Europea y un grupo de empresas europeas están trabajando en el desarrollo de un suelo capaz de modificar la compacidad en función de las características del terreno. De esta forma se reduciría la presión que debe soportar el pie. Se está investigando con un material fluidificante llamado MR, que en realidad se inventó para amortiguar las vibraciones. Bajo la influencia de campos magnéticos el MR puede pasar de estado sólido a líquido y viceversa.
Son sólo los primeros pasos, pero parece que la tendencia de la moda es clara: avanzar con el avance de la última tecnología. Parece, por tanto, que la imagen de una moda futurista de plata en una época va a quedar atrás.
Guardarropa del nuevo milenio
Algunas de las prendas que aparecen en la siguiente lista pueden estar más cerca de la realidad que de la ciencia ficción y pueden no aparecer en ningún otro lugar, excepto en las ferias textiles. Sin embargo, están investigando y puede que algún día no sean tan extraños. Algunas de las listas, como la ropa climatizada, ya están a la venta.
- Camisetas capaces de detectar cualquier tipo de dolor y transmitir información sobre las constantes vitales.
- Ropa de camuflaje capaz de aislar el olor del que lleva. Además, adaptará su aspecto al entorno.
- Ropa climatizada: fibras ópticas y finas que harán que se obtengan prendas con alta capacidad de aislamiento.
- Ropa ajustada al estado de ánimo de la persona. El color de la ropa cambiará por medio del sudor o temperatura corporal.
- Calcetines que aceleran la circulación de la sangre.
- Ropa interior afrodica.
- Ropa que permita escuchar música.
- Ropa con memoria. Es decir, la ropa podrá detectar cosas que normalmente se llevan en los bolsillos. Si alguno se olvida, avisará.
- Ropa con microcámara para controlar a los niños que deben estar vigilados permanentemente. Ya existe en el mercado una pijama de estas características llamada Mamagoose.
Ropa que siente
Fibras que dan respuesta a los estímulos que reciben del exterior. Ahí está la definición de fibras inteligentes. De cara al futuro, los expertos aseguran que este tipo de prendas serán capaces de resistir el estrés, ahuyentar insectos, ayudar a dormir mejor, absorber radiaciones ultravioletas...
Parecen cuestiones de futuro, pero la tecnología de las fibras inteligentes se está convirtiendo ya en una realidad. Quizá la línea de investigación más avanzada en este camino sea la de los antimicrobios que eviten la proliferación de bacterias. Nuria Oliver trabaja en el organismo de investigación estadounidense MIT, donde dice: "La idea principal es colocar pequeños sensores y ordenadores en las prendas.
Estas herramientas podrán conocer a las personas, ser capaces de saber que la presión arterial del usuario ha aumentado o, simplemente, de recordar la necesidad de comprar leche". Según el investigador español, la ropa y el cuerpo humano están en contacto, por lo que la ropa puede convertirse en un medio idóneo para extraer información sobre el cuerpo. "Por ejemplo, podrá controlar el ritmo del corazón o indicar al diabético que ha aumentado mucho el nivel de glucosa".
Así, además de diseñadores de ropa, químicos, físicos, ingenieros, técnicos de telecomunicaciones, diseñadores de circuitos integrados o expertos telemáticos están trabajando en el mundo de la moda. Los primeros resultados de esta colaboración ya han aparecido en el mercado. Levi’s, por ejemplo, ha lanzado la primera chaqueta con audición de música y teléfono. Precio superior a 1.000 euros. La chaqueta no ha tenido mucho éxito en el mercado, ya que además de ser cara, es un peso. Sin embargo, ha servido para conocer mejor los inconvenientes que pueden tener en el mercado las prendas confeccionadas con este tipo de tecnología.
Uno de ellos puede ser el momento de limpiar la chaqueta, aunque en el futuro se espera que la propia chaqueta solicite la limpieza cuando lo necesite. Las chaquetas que hay en el mercado tienen 1,2 metros de cable. Como funcionan con poca energía, sería casi imposible recibir la descarga eléctrica cuando se mojan, pero la gente no se fía.
Otro de los retos de la industria es la integración entre circuitos y fibra. Los cables, microchips y demás componentes se colocarán entre la fibra para evitar que estén en contacto con la piel y puedan causar problemas en la superficie. Para lograr este tipo de precisión, los expertos han tenido que recurrir a la nanotecnología, un campo que todavía está en sus inicios.
La alimentación eléctrica tampoco es un problema. Las pilas serán pequeñas, pero en algún momento deberán cargarse y estar disponibles para ello. Por supuesto, esto limita tanto a diseñadores de moda como a posibles usuarios. Aunque de momento todos los componentes trabajan con pilas, los investigadores del MIT estudian las vías para aprovechar la energía que genera el cuerpo humano al moverse.
Aunque existen ejemplos que ayudan a imaginar cómo puede ser el futuro de la moda, todavía no es posible poner fecha a este tipo de ropa. Es decir, ¿para cuándo serán normales? Los que están en el mundo de la moda hablan del año 2015, pero está por ver si esa ropa tecnológica inteligente estará al alcance de todos.
Publicado en el apartado D2 de Deia.
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