Accesibles desde el espacio
1999/03/21 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia
El 9 de diciembre de 1997 un meteorito golpeó Groenlandia con un terremoto de 10 segundos de duración. Aunque el meteorito alcanzó las 4.000 toneladas, no hubo nada. Este no es el único ejemplo que se puede poner. Por ejemplo, el 30 de junio de 1908 se produjo la caída del meteorito en Siberia, destruyendo 2.150 kilómetros cuadrados. La explosión también se notó a miles de kilómetros. Esta última ha sido la mayor destrucción que ha llegado desde el espacio en este siglo, pero la historia está llena de acontecimientos similares.
En la actualidad se conocen con precisión 10.000 asteroides y cientos de cometas, aunque se estima que son más los que no se conocen. Los asteroides son rocas. El más conocido es Ceres, con 1.000 kilómetros de diámetro. Desde el telescopio tienen un aspecto similar a las estrellas, ya que se ven como pequeños puntos luminosos. Al ser rocas, los asteroides no reflejan demasiada luz, por lo que son difíciles de encontrar. Por su parte, los cometas no son masas sólidas, sino que son el agua que se va evaporando a medida que se acerca al sol. El sistema solar está rodeado de cometas y hasta hace poco, aunque no estaban muy cerca, no se podían detectar. Sin embargo, aunque las cometas sean mayoritariamente de agua, sería un enorme tupusto.
A lo largo de la historia, los meteoritos han actuado varias veces con la Tierra y con el resto de planetas y satélites del sistema solar. El satélite de la Tierra, la Luna, es un claro ejemplo. La Luna tiene una superficie de 3.000 kilómetros. Con un pequeño telescopio se puede ver que el suelo de la Luna está lleno de cráteres. En la Luna no hay atmósfera ni tectónica de placas, por lo que no hay erosión, los cráteres producidos por los tupustos de los meteoritos se ven tan claramente por eso. En la Tierra, la erosión ha ocultado la mayor parte de las huellas de los tupustos de los meteoritos. Salvo excepciones, el cráter más representativo de tres kilómetros en Arizona.
Esfuerzos de investigación
Conscientes del riesgo potencial, desde principios de esta década existen dos grupos que trabajan en la propia NASA en este tema: uno de ellos tiene como objetivo la detección y catalogación de asteroides y cometas que pueden entrar en la órbita de la Tierra, y el otro, el desarrollo de tecnología para cambiar la dirección de los meteoritos. No obstante, dado que los dos grupos de trabajo mencionados no han recibido la bendición del Congreso de los Estados Unidos, se está trabajando en proyectos de bajo presupuesto. También existen programas de seguimiento de asteroides y cometas en laboratorios y observatorios privados, y en un nivel mucho menor los astrónomos aficionados tienen un proyecto similar. Además, obtienen resultados. Por ejemplo, un grupo de astrónomos mallorquinos encontró en 1997 cuatro nuevos asteroides.
Aunque no se percibe ningún interés especial por parte de los gobiernos, científicos y agencias espaciales tratan de conocer más a fondo los cometas y asteroides. Las primeras instantáneas de un cometa se obtuvieron en 1986, cuando la sonda Giotto sacó imágenes del núcleo del cometa Halley. Años después, en 1993, la sonda Galileo envió las primeras imágenes de los asteroides Gaspra e Ida. La última sesión de aproximación a un asteroide tuvo lugar el pasado mes de diciembre, cuando se intentó introducir la sonda Near en la órbita del asteroide Eros. Por problemas técnicos, la sonda falló y no consiguió entrar en la órbita del asteroide Eros. No obstante, al pasar muy cerca del asteroide, con 4.100 kilómetros, se recogieron algunos datos y se tomaron 1.100 fotografías. Según los técnicos de la NASA, entre agosto y abril de 2000 la sonda NEAR volverá a entrar en la órbita del asteroide. Si lo consiguiera, por primera vez se podría investigar un asteroide de forma bastante profunda. Al igual que la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) también quiere viajar a una cometa en los próximos años. Para ello ha elegido la cometa de Wirtan. Aprovechando la nave espacial Ariane, en 2003 enviará la sonda Rosetta a la investigación de la cometa de Wirtan para que recoja las muestras y las envíe a la Tierra de investigación.
¿Tiene posibilidades de defensa?
Puede pensarse que el interés por los asteroides y cometas de los científicos no proviene del vacío. De hecho, según simulaciones realizadas por los expertos, si un asteroide de diámetro kilómetro golpeara la Tierra las consecuencias serían mucho más graves que las de una explosión nuclear.
¿Hay margen de defensa? Desde el punto de vista tecnológico parece que sí; si se atrapa con el tiempo, hay suficientes recursos en la Tierra para desviar la dirección de las piedras que pueden provenir del espacio. El problema es el mismo tiempo, saber que hay tiempo para los que pueden venir. Cuanto más se acerquen a la Tierra, más energía habría que utilizar para cambiar la dirección de los cometas y asteroides, por lo que las posibilidades de éxito serían menores. A pesar de que hasta ahora se ha leído que el lector podía sacar otra cosa, los científicos reconocen que las posibilidades de golpear la Tierra son pequeñas.
Menciones:
A lo largo de la historia, los meteoritos han actuado varias veces con la Tierra y con el resto de planetas y satélites del sistema solar. El satélite de la Tierra, la Luna, es un claro ejemplo.
Aprovechando la nave espacial Ariane, la Agencia Espacial Europea enviará en 2003 la sonda Rosetta a la investigación de la cometa de Wirtanen para la recogida de muestras y su envío a la Tierra de investigación.
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