El ordenador del futuro
1994/04/01 Alargunsoro, F. Iturria: Elhuyar aldizkaria
La industria informática no para de miniaturizar los componentes y cada vez más papel en el ordenador. Hoy en día hay ordenadores que conocen la voz y cumplen lo dicho, que conocen la escritura, que reciben programas de televisión, que tienen teléfono inalámbrico, que envían fax desde cualquier lugar a cualquier lugar, etc. Según algunos investigadores, en el futuro se puede pedir al ordenador cualquier cosa.
Mientras tanto, los escritores se juntan pensando que uno le ofrecerá lo que falta. Las casas IBM y “Apple”, que hasta ahora han sido enemigas, por ejemplo, están a punto de reunirse y hacer investigaciones conjuntas. Por su parte, ATT, especializada en telecomunicaciones, ha venido a colaborar con Microsoft, líder en software informático, que se ha centrado en la televisión interactiva.
Mejorando el microprocesador
Cuando en 1971 Gordon Moore, fundador de la casa “Intel”, afirmaba que las capacidades se doblarían periódicamente, no estaba haciendo ciencia ficción. Conocía su trabajo y desde entonces ha suministrado procesadores denominados microordenadores compatibles que se han difundido por el mundo. El primer microprocesador realizado en 1971 contaba con 2.300 transistores y los realizados en 1992 con 1,2 millones de transistores, con una potencia media de 50 mips. (el “mips” es el acrónimo de “millones de instrucciones por segundo” e indica la potencia del microprocesador). El último microprocesador de Intel, el llamado “Pentium”, ha batido todos los récords, con 3,4 millones de transistores y una potencia media de 100 mips.
Los grandes proveedores de microprocesadores como el Intel o el Motorola son difíciles de conocer con detalle hasta dónde llegarán a partir de ahí. No obstante, para el año 2000 los microprocesadores tendrán una potencia de 2.000 mips y 100 millones de transistores (quizás hasta 500 millones). Todo esto, por el momento, no es más que un anuncio y la tecnología puede evolucionar más rápido de lo esperado.
La capacidad del procesador depende de su número de transistores. Cuantos más transistores disponga, más rápido el procesador calculará y tratará la información. Por lo tanto, cada vez hay que poner más transistores en miniaturización. Actualmente los circuitos de transistores oscilan entre 0,8 y 0,6 micras (la micra es la milésima parte del milímetro). Teniendo en cuenta que un pelo humano tiene un espesor de 75 micras, es muy pequeño. Además, en la actualidad, las tecnologías basadas en el silicio permiten afirmar que disminuirán hasta 0,1 micras.
Además, se debe considerar la velocidad de trabajo del procesador. Lo actual oscila entre los 16 y los 66 megahercios (MHz), es decir, se llevan a cabo desde los 16 millones en cada segundo hasta los 66 millones de ciclos, pero se estima que llegarán pronto entre los 100 y los 200 MHz. Pero eso tiene un obstáculo. Cuanto más rápida es la velocidad del procesador, más calor se genera. Por ello, en los circuitos con los procesadores más rápidos se disponen radiadores para la difusión del calor.
De esta forma se consiguen unos cuantos megahercios más, pero en ese sentido la limitación de la tecnología está próxima. De hecho, a medida que aumenta el calor, las características eléctricas del circuito no se mantienen y pueden producirse fenómenos no deseados.
No obstante, en el futuro se irán incorporando cada vez más transistores en los procesadores, con más funciones. Hasta el momento se ha utilizado el coprocesador matemático para realizar algunos cálculos, pero ahora hay procesadores que también lo hacen.
Sonido e imagen en el ordenador
En la actualidad cada vez más funciones en un mismo procesador de tendencias (tratamiento de imagen, visualización, etc.) es la integración. Mientras el corazón de los microordenadores (es decir, el microprocesador) es suficientemente potente como para tratar las imágenes y el sonido, algunos fabricantes han incorporado a sus máquinas tarjetas electrónicas para determinadas aplicaciones. Lo llaman “multimedia”.
Cogen el ordenador y le añaden la tarjeta de audio y la de vídeo. La tarjeta de audio con el micrófono o la cadena “hi fi” conectada, recoge el sonido y convierte la señal analógica en digital. La tarjeta de vídeo hace lo mismo con las imágenes de cámara, magnetoscopio o televisión. Por lo tanto, es posible visualizar el programa de televisión en la pantalla del ordenador o, por el contrario, registrar las imágenes informáticas en el videocase.
La comunicación entre equipos electrónicos incompatibles por sí mismos se realiza mediante el término “convergencia”. Si la señal se puede convertir en digital (es decir, si se puede colocar en un código binario que utiliza 0 y 1), se puede hacer todo. Apple, por ejemplo, ha incluido las funciones de audio y vídeo en los ordenadores de la serie. Estos ordenadores digitalizan el sonido a 44,1 MHz (al igual que los discos compactos) y tratan las señales del bilingüismo según normas NC, PAL o SECAM.
Ordenadores que conocen la palabra y la escritura
Además, estos ordenadores conocen algunas palabras (mejor dicho, órdenes). Abrir documento, cerrar documento, poner cursiva al texto, etc. el ordenador entiende. Por el momento, la persona no conoce todas las palabras que ha dicho (“full spech”), pero se espera que pronto alcance la potencia para tratarlas todas.
Para conocer las palabras, los ordenadores extraídos de Apple utilizan el sistema DSP (Digital Signal Procesor) para tratar las señales de sonido e imagen. Este sistema ha sido elaborado por la empresa norteamericana ATT, líder en telecomunicaciones. De hecho, el sistema DSP está concebido para equipar el teléfono de los automóviles. El usuario dice un nombre verbal y el propio aparato marca automáticamente el número del teléfono correspondiente.
ATT ha creado además una nueva empresa llamada EO para desarrollar esta rama tecnológica. Quieren conseguir un microordenador portátil sin teclado. Un microordenador con datos, fax y teléfono también los recibiría una vez conocida la escritura. De esta forma, el usuario tendrá todos los servicios de telecomunicaciones junto con el terminal de ordenador.
En la actualidad, la casa de Microsoft está en la punta anterior realizando programas de ordenador. Hace unos meses presentó el primer sistema de conocimiento de la palabra, pero además esta sociedad, líder en la elaboración del programa, quiere trabajar en otros ámbitos.
Televisión por ordenador
Microsoft, General Instruments e Intel colaboran en la elaboración de un nuevo producto para el próximo año. Se trata de una caja denominada “set-top-box”, que complementa al decodificador de televisión por cable. Además de los programas por cable, el propietario de la caja dispondrá de otros servicios. Podrá seleccionar videojuegos, programas de compra (desde la televisión el usuario realizaría compras directamente) o programas de televisión (películas).
La selección de la película que cada uno quiera no se puede hacer con el sistema de cable actual. Y es que si un espectador elige una película, ésta se expande a toda la red y ésta queda rápidamente saturada. Con el fin de ofrecer a cada uno de ellos su programa específico, será necesario modificar completamente el sistema de cable, sustituyéndolo por una red de ordenadores.
Esta red, conocida como ATM, es similar a la red RNIS (Réseau numérique à intégration de services), elaborada en Francia por la empresa Télécom. En la televisión se puede tener un programa elegido por cada usuario, pero la característica principal de la red es que es una banda muy ancha que puede transmitir simultáneamente muchos programas y películas de televisión.
Para que estos servicios funcionen, los actuales receptores de televisión deberán ser más inteligentes y la caja “Set-top-box” tendrá que ser más parecida al ordenador, es decir, deberá tener también un disco duro. En cuanto al disco duro, en los últimos tiempos se han producido grandes avances. La firma Hewlett-Packard, a través del sistema Kittyhawk, ha creado el disco duro más pequeño de todos los tiempos. Pesa sólo 30 gramos y tiene una capacidad de 40 megas.
Televisiones inteligentes
En cuanto a la televisión, deberá incluir en su interior el procesador, la memoria, los decodificadores y el sistema DSP. Por último, deberá disponer de tarjetas electrónicas en función de los servicios adquiridos por el usuario. Con ellos se almacenarían los datos, se ejecutarían las órdenes y, si fuera necesario, se descodificarían las informaciones recibidas por cable.
Los últimos avances en tarjetas electrónicas son importantes. Epson lanza en breve su tarjeta “Cardio”. Esta tarjeta, que no tiene ni 6 milímetros de espesor, tiene la misma inteligencia que el ordenador a pesar de que su tamaño no supera la tarjeta de crédito; microprocesador, memorias, disco duro, etc. En este tipo de ordenadores, a medida que la tecnología avanza, se cambia una tarjeta en su lector.
A medida que se avanza en la miniaturización, los fabricantes están preparando aparatos para ofrecer nuevos productos y servicios. Sabemos que para finales de siglo vamos a disponer de casi terminales universales, semi-ordenadores y semi-centralistas para trabajar en casa.
Sin embargo, el problema principal es conseguir una pantalla de televisión delgada. En ello están trabajando fabricantes como Toshiba o Sharp.
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