Los europeos y la biotecnología, cada vez más cerca
2006/07/09 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia
Sin embargo, según el color de la biotecnología, la biotecnología roja (medicina) y la blanca (industria) son ampliamente reconocidas, mientras que en la mayoría de los países la población se opone a la biotecnología verde (agricultura). Por lo tanto, la excepción es la disposición favorable a los alimentos modificados genéticamente, si bien en algunos países son más favorables que en otros: España, Portugal, Irlanda, Italia, Malta, República Checa y Lituania.
25.000 opiniones en dos palabras
En general, los europeos son conscientes de la influencia de la biotecnología en la vida cotidiana. Desde 1999 el reconocimiento a la influencia de la biotecnología ha ido en constante aumento. Antes, sin embargo, la tendencia fue distinta, ya que de 1991 a 1999 fue disminuyendo progresivamente. Ahora se encuentra al mismo nivel que en 1991.
Por temas, la nanotecnología ha sido el tema que más ha crecido. Por otro lado, la energía nuclear es más aceptada que antes, pero todavía hay más gente en contra que se vaya, incluso en Francia
Nanotecnología, farmacogenética y terapia génica, ¡qué trío! Son palabras tímidas, pero últimamente aparecen con frecuencia en los medios de comunicación, y parece que esto influye en su opinión, ya que la mayoría de los europeos consideran que las tres son válidas para la sociedad y éticamente aceptables. En cualquier caso, consideran que la terapia génica puede ser peligrosa, pero están dispuestos a asumir ese riesgo porque los posibles beneficios son más que posibles riesgos.
Muchas dudas y actitudes claras
Al igual que la terapia génica, la biofarmacia también genera opiniones contrapuestas. La biofarmacia utiliza la biotecnología en la agricultura para obtener medicamentos. En casi todos los países hay más gente que se opone, pero piden un control estricto.
La investigación de células madre genera aún más dudas y controversias. Por ejemplo, en países del Báltico, Eslovenia, Malta e Irlanda, uno de cada tres no se ha atrevido a opinar. Está claro que en este tema se mezclan problemas ético-morales. Los favorables también exigen una buena regulación y control de las investigaciones. Sin embargo, últimamente se está fortaleciendo la actitud favorable, sobre todo porque cada vez más gente cree que puede ser una vía para curar enfermedades muy graves.
En el otro extremo, la aplicación de la biotecnología genera mucho menos reticencias en otras industrias. Asimismo, les parece bien subvencionar la investigación en biocombustibles y bioplásticos; más de la mitad de ellos afirman que podrían estar dispuestos a utilizar biocombustibles y bioplásticos, aunque sean más caros que los convencionales.
La encuesta del Eurobarómetro también menciona muchos otros temas, pero para terminar destacaremos dos cuestiones. Por un lado, la mayoría de la gente reconoce que no le interesa mucho la biotecnología (aunque ha opinado al respecto). Por otro lado, no es cierto que los estadounidenses tienen mejor opinión sobre la biotecnología que los europeos, sino que existe una posición similar aquí y allá, salvo en dos temas: allí aceptan sin problemas alimentos genéticamente modificados y aquí tenemos mejor opinión sobre la nanotecnología que allí.
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