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No son necesarios tantos ratones

2009/05/02 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

No hay dos personas iguales. Teniendo en cuenta esto, un investigador de la Universidad Purdue de Estados Unidos ha demostrado que es mejor considerar los ratones experimentales también como uno, con lo que se consiguen mejores resultados y, además, no son necesarios tantos ratones experimentales.

Es habitual utilizar ratones para probar medicamentos y tratamientos para las personas. En estos experimentos, todos los parámetros están muy medidos, para que si alguien hace el mismo experimento tenga los mismos resultados. Esta es una de las características del método científico, es decir, los experimentos deben ser repetibles.

rJoseph Garner, de la Universidad de Purdue, cree que es contraproducente controlar de forma tan estrecha y rigurosa los ratones experimentales y el entorno.
Foto: Universidad Purdue)

Para garantizar que el experimento sea repetible, los investigadores controlan al máximo todos los detalles, como ratones y parámetros relacionados con ellos. Así, los investigadores seleccionan ratones idénticos a los genéticos y en el informe de investigación indican claramente su tipo. Lo mismo se hace con los factores que pueden influir en el ratón: tamaño de las jaulas, temperatura ambiente, dieta...

Joseph Garner de la Universidad de Purdue cree que es inútil querer controlar todos los factores. Los ratones responden a estímulos que las personas ni siquiera detectan. Garner ofrece un ejemplo: en un laboratorio, el olor de un investigador puede provocar estrés en un ratón, y en otro laboratorio, el de otro investigador puede no afectar a otro ratón. Según esto, una misma investigación puede dar diferentes resultados en un laboratorio u otro, y como los investigadores no saben cuál ha sido la razón, pueden hacer una interpretación errónea.

Además, cuando se prueban medicamentos y sustancias en las personas, los voluntarios que participan en las pruebas no son los mismos. Y tampoco sería conveniente, si luego quieren que este medicamento sea útil para muchas personas. Por lo tanto, ¿para qué controlar con tanto rigor los ratones experimentales y su entorno?

Pruebas en la prueba

Para comprobar la influencia de los factores presentes en un entorno supuestamente controlado, Garner realizó el mismo experimento con tres tipos de ratón, dos jaulas y tres tiempos diferentes. Así, hizo el mismo experimento de 18 maneras. Y obtuvo resultados diferentes, pero no como esperaba, es decir, no dependían del tipo de ratón ni de la jaula, sino de otros factores no considerados.

Cuando esto ocurre, por ejemplo, cuando se repite un experimento para probar un medicamento y el resultado no es el mismo que el anterior, se hacen muchas más pruebas, es decir, se utilizan muchos más ratones. Y eso es perjudicial, no sólo para los ratones, sino también económicamente.

Según Garner, los medicamentos son caros, sobre todo porque las compañías farmacéuticas invierten mucho dinero en crearlos. De hecho, por cada medicamento que sale al mercado quedan alrededor de un centenar en el camino en cualquier fase de las pruebas clínicas. Por tanto, recuperan el dinero que han perdido con ellos a través de los medicamentos que se despiden.

Por lo tanto, Garner ha llegado a la conclusión de que es mejor que en los experimentos los ratones estén en entornos muy variados, lo que permite obtener resultados más útiles que de otra manera, o que al interpretar se hacen menos errores y además se necesitan menos ratones. Según Garner, "beneficiaría las investigaciones farmacéuticas, los pacientes y los ratones".

Conociendo el número de ratones que se utilizan en las investigaciones, la reflexión de Garner es interesante: 30 millones de ratones al año se utilizan en laboratorios de todo el mundo.

Publicado en Gara

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