“No son conscientes de la procedencia o temporalidad de lo que está en sus platos”
2024/06/19 STEAM-Hezkuntza (Elhuyar Zientzia)
Los alumnos de 1º de ESO y Bachillerato del IES Lizardi de Zarautz, junto con la investigadora de la Facultad de Farmacia de Álava de la UPV/EHU Naiara Martínez y su equipo, han analizado la alimentación sostenible y consciente dentro del proyecto “Mesa de los Gluones para la inspiración de los jóvenes”. Han investigado sus hábitos alimentarios y su impacto en el medio ambiente.
La Alimentación Sostenible es el nombre de vuestro equipo de investigación. ¿Quiénes formáis el grupo?
Somos cuatro investigadores. Colaboramos con la coordinadora Marta Arroyo Izaga, Nerea Telleria Aramburu, Iker Alegria Lertxundi y yo mismo. Somos diplomados en Nutrición y Dietética, Marta Arroyo también tiene licenciatura en Farmacia y yo el grado en Enfermería. Todos somos doctores y, de hecho, nuestra directora de tesis fue Marta Arroyo.
En la actualidad, Marta y yo somos también profesores de la UPV/EHU y Nerea Aramburu es profesora de Ciclos Formativos, mientras que Iker dirige trabajos de fin de máster en la universidad.
¿Qué investigáis?
Marta estudia la influencia de la alimentación y los hábitos de vida en nuestra salud y enfermedades, como la obesidad o los cánceres. Iker también analiza la relación entre vida y cáncer. Nerea investiga la relación de los hábitos de vida de los estudiantes universitarios con la obesidad, y yo investigo la influencia del entorno alimentario universitario en la elección de alimentos. Pongo el foco en los alumnos y en los profesores.
En este caso, los jóvenes del IESO Lizardi de Zarautz han trabajado la alimentación consciente. ¿Por qué es importante acercar este tema a los jóvenes?
Es muy importante trabajar este tema con los jóvenes. Dado que todavía no han consolidado sus hábitos, puede ser más fácil incidir en ellos y conseguir cambios. A medida que aumenta la edad es más difícil. Cuando damos una charla a un grupo de personas de 50 años sabemos que es muy difícil cambiar sus hábitos interiorizados.
¿Qué veis en general?
En general, lo que estamos viendo entre los jóvenes es que consumen muchos ultraprocesados y son bastante sedentarios. Además, muestran una gran distancia de lo que comen. Es decir, no se dan cuenta de dónde viene lo que hay en sus platos o si es de temporada. Rara vez van a comprar y son muy pocas las personas que cocinan. Palabras como “KM0” o “Eusko Label” son conocidas, pero no profundizan demasiado en ello. Algunos tienen animales en casa —gallinas, ovejas…—, que son más conscientes, pero son minoría.
Por eso es importante educar en una alimentación consciente y sostenible, para ser conscientes de que el beneficio no es sólo para ellos, sino para el conjunto de la sociedad.
¿Qué pasos habéis seguido para realizar la investigación con vuestros alumnos/as?
En total hemos realizado tres sesiones, antes y después de las cuales se les ha enviado un cuestionario sobre alimentación consciente y sostenible para ver si ha habido algún cambio en sus creencias. Además de los alumnos de la ESO, también han participado los de Bachillerato. Estos últimos han sido, además, parte de la muestra, pero también investigadores. Es decir, nos han ayudado a recoger e interpretar los resultados de los cuestionarios.
¿Qué preguntas habéis hecho?
El cuestionario consta de cuatro apartados. En la primera de ellas se les ha preguntado por los datos socio-demográficos y los estudios. En el segundo, la alimentación y los hábitos de vida. También se recogen las características físicas (altura, peso, etc.). En la tercera parte, se recogen sus conocimientos y actitudes sobre la alimentación sostenible y, por último, en la cuarta parte, se les pregunta si piensan cambiar sus hábitos alimentarios.
¿Cuáles son las principales conclusiones que han extraído los jóvenes?
En resumen, las principales conclusiones obtenidas por los alumnos de Bachillerato han sido las siguientes:
- Los alumnos valoran bastante bien su salud. El nivel de estrés de las chicas es superior al de los chicos. Los chicos, sin embargo, piensan que tienen mejor salud y calidad de vida.
- El 18% de los estudiantes no desayuna. El porcentaje de chicas es mayor que el de chicos (21% de chicas, 8% de chicos).
- Sólo un 5% de los alumnos come alimentos "calientes y listos" o "para llevar".
- Los alimentos menos recomendables que comen los alumnos son el chocolate y el azúcar.
- Casi todos los alumnos comen fruta 3 o más días a la semana, la mayoría a diario.
- Dos tercios de los alumnos comen legumbres 3 o más días a la semana.
- El 55% de los alumnos come verduras 3 o más días a la semana.
- El 9% del alumnado tiene un peso inadecuado.
- La dieta especial la realiza casi un 10% de los alumnos. En cuanto al sexo, no hay diferencias. Se han mencionado diferentes motivos: vivir sano, cuidar el peso...
- Dicen que si siguieran una dieta la razón principal sería “comer sano”.
La investigación realizada ha sido presentada en la Elhuyar Zientzia Azoka. ¿Qué importancia tiene esto?
Es muy importante que el tema salga a la calle. Nosotros, cuando investigamos, sentimos que estamos muy lejos de los ciudadanos. Si se encuentra una cura para el cáncer, se va a enterar a la población, pero en el resto, nuestra investigación suele quedar en el laboratorio.
¿Qué le ha llamado la atención?
En la segunda sesión que hicimos con ellos, les pedimos que traigan enumerados todos los alimentos consumidos el día anterior. Respuestas de muchos como “Cola cao” o “¡Macarrones!”. Nos preguntaban “¿Qué tiene eso?” y nos respondían “¡A, Leche!” o “Pasta y tomate”. Es decir, hasta que nosotros hicimos esa pregunta explícitamente no se daba cuenta de lo que comieron.
Sin embargo, esta desapropiación de lo que comemos también ocurre con los adultos. Cuando preguntamos “¿Coméis 5 piezas de verduras al día?” muchas veces no sabemos responder.
Gracias a esta iniciativa, los jóvenes han conocido de cerca a los investigadores y al mundo de la investigación.
Sí, y creo que es muy enriquecedor. Muchas veces, cuando digo que soy investigador, la gente piensa que estoy dentro del laboratorio porque no saben que hay otro tipo de investigación. Los jóvenes también lo creen.
Además, en nuestro caso, 3 de cada 4 personas somos mujeres, lo que creo que puede ayudar a crear referentes adecuados para los jóvenes.
¿Qué te ha dado participar en este proyecto?
He aprendido mucho. Imparto clases en el grado de enfermería y hasta ahora no trabajaba el concepto de alimentación sostenible. Ahora lo he incluido en mi orden del día.
Además, ha sido una buena oportunidad para compartir conocimiento entre los investigadores. Aunque todos somos investigadores de la misma área, cada uno ha puesto su grano desde su especialización.
En Zarautz habéis hecho la primera prueba. De cara al futuro, ¿consideráis interesante que otros centros educativos del País Vasco conozcan vuestra investigación y participen en proyectos de este tipo?
Sí. Además, podemos aplicar lo que hemos aprendido en esta primera experiencia. Por ejemplo, nos ha costado un poco más con los de la ESO, por lo que recomendaría trabajar con los de más edad.
Además, sería interesante extenderlo fuera de Gipuzkoa. Como hemos dicho, la alimentación consciente y sostenible no sólo afecta a nivel individual sino también a la sociedad. Por lo tanto, cuanto más jóvenes participen y más lugares sean, mayor será la capacidad de provocar el cambio.
Este proyecto, promovido por Elhuyar, cuenta con el apoyo del Departamento de Promoción Económica y Proyectos Estratégicos de la Diputación Foral de Gipuzkoa.
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