Flash, revolución silenciosa y lenta
2013/01/01 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria
En un sentido, el actual es un mal momento para el lanzamiento de innovaciones tecnológicas. Las nuevas tecnologías al principio son costosas y se abaratan con el tiempo. Pero la crisis económica es un obstáculo en esta evolución. "Por ejemplo, ahora la gente no está dispuesta a comprar un nuevo portátil", dice el editor de la web XATAKA, Pablo Espeso. Y como consecuencia de esta situación, las tecnologías que pueden dar lugar a una revolución se están extendiendo muy lentamente. Una de ellas es la memoria flash.
Puede sustituir a los tradicionales discos duros, con ventajas muy claras. Una memoria tipo flash es más rápida que el disco duro, no tiene componentes móviles y es más pequeña.
Para la velocidad, en el ordenador de sobremesa es fundamental la memoria flash, según Espesore. "Mi recomendación es tener como disco principal un SSD --una memoria flash - para poder disponer del sistema operativo y un disco magnético habitual para almacenar los datos. Es una solución bastante buena, no muy costosa y con una diferencia enorme".
También es una gran ventaja la ausencia de componentes móviles. Los componentes que se mueven mecánicamente aumentan considerablemente la probabilidad de tener averías. Y los discos duros tradicionales se mueven mucho. Precisamente funcionan como una antigua LP de música. Hay un motor que hace girar el disco y, al igual que en los tocadiscos tradicionales, la punta móvil que lee información desde el disco es --esta información es música en la LP y los ficheros informáticos en el disco duro-. Cuando el procesador le pide un dato, el disco magnético empieza a girar y una aguja metálica debe colocarse sobre el disco, en un lugar determinado, como lo hace el tocadiscos. Como el disco duro lo hace millones de veces, tiene grandes posibilidades de averiarse mecánicamente. Y la avería del disco duro puede ser una tragedia.
Una memoria flash no tiene este problema porque no se mueve mecánicamente. Es más, las vibraciones apenas afectan. Por eso, por ejemplo, son ideales para utilizarlas dentro de un vehículo; dentro de un coche, un disco duro tiene grandes dificultades para funcionar bien, pero una memoria flash no.
Y otra ventaja es el tamaño. La memoria flash está compuesta por chips, por lo que es la mejor opción para dispositivos muy pequeños. En algunos gadgets, como tablets, teléfonos móviles y pendrives, es fundamental porque los discos duros son demasiado grandes para entrar en ellos. Otras veces hay dos opciones, por ejemplo, la mayoría de los ordenadores portátiles utilizan discos duros, pero también ha empezado a utilizar la memoria flash.
"Existe una clara tendencia a la utilización de memoria flash en portátiles", afirma Espeso. "El MacBook Air de Apple fue el primer ordenador que se necesitaba comprar con memoria flash, y ahora, de la mano de Intel, muchos fabricantes hacen lo mismo con la mayoría de ellos. Son portátiles muy estrechos y ligeros, de bajo consumo y que necesariamente deben funcionar con una memoria SSD. Y en otros portátiles el SSD es cada vez más habitual, sobre todo en los de gama alta. Y en los dos últimos años se ha empezado a usar también en las gamas medianas, en portátiles de entre 800 y 1.000 euros, supongo que habrá una revolución al final de la crisis, si alguna vez se acaba".
La revolución, como siempre, en el bolsillo
La revolución no significa que los discos duros queden completamente anticuados y desaparezcan del mercado. La tecnología de memorias flash debe realizar un recorrido previo. Es más, la memoria flash es una tecnología antigua. "Pero no somos conscientes de ello. Por ejemplo, los routers de los años 90 tenían una pequeña memoria flash. Las memorias flash que utilizamos ahora son diferentes, pero básicamente hacen lo mismo".
A partir de entonces, las memorias flash han recorrido un largo camino, tanto tecnológicamente como en el uso, pero casi siempre de forma silenciosa y sin apenas darnos cuenta. Cualquier dispositivo con casi una pequeña pantalla necesita una memoria y casi siempre es una memoria flash. Espeso se queda pensativo de este tema y dice medio en broma: "Busco un ejemplo de dispositivo eléctrico que no necesita memoria y no lo encuentro".
Hay una excepción, la revolución de las memorias flash que se llevan en el bolsillo no ha sido silenciosa. La memoria USB, el pendrive, puso patas arriba el modo de transportar la información digital de la gente. Y junto a ellas, las tarjetas miniSD y microSD también han dado una gran proyección a teléfonos móviles, máquinas fotográficas, máquinas de vídeo, etc.
Por el momento se cumple la ley de Moore, es decir, el número de transistores que entran en un circuito integrado de una determinada superficie se duplica cada dos años. Y la consecuencia de esta ley es evidente en las memorias flash; además, las predicciones más optimistas de la ley de Moore se han superado en el mercado de los pendrives: En el año 2000 se lanzaron los primeros pendrives con una memoria de 8 MB. Ahora son habituales los de 32 GB y hay más grandes a la venta.
De hecho, aunque los pendrives tienen una larga duración teórica, en torno a los 20 años, se descartan mucho antes por el tamaño de la memoria, es decir, porque están a la venta aparatos del mismo tamaño que tienen mucha más memoria en el mercado.
El flash no es para siempre
Espesomo, sin embargo, quiere destacar la persistencia de una debilidad de memoria flash: "Que nadie piense que la memoria flash es para toda la vida". Y además, esos 20 años supuestamente no son la duración de toda memoria flash. "La duración es un límite de uso, ya que depende del uso que haga el sistema operativo. Por ejemplo, si se utiliza mucho el ordenador, la memoria flash se deteriorará rápidamente. Es cierto que en los teléfonos móviles y portátiles la batería dura menos que la memoria flash, pero la industria de dispositivos electrónicos tendrá que hacer un esfuerzo para alargar la duración de la memoria flash".
"¿Es seguro utilizar estas memorias? Sí y no. Los fabricantes afirman que pueden durar alrededor de 100.000 ciclos de lectura/escritura", afirma Espeso. "Estos números no son significativos para el usuario, pero deberían durar unos años. No hay datos concretos, pero mi experiencia me lleva más de tres años". Por lo tanto, por el momento tendrán que estar atentos los que guarden copias de datos y todos los backups en memorias flash.
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