Un gen para equilibrar la proporción de hombres y mujeres
2009/02/08 Lakar Iraizoz, Oihane - Elhuyar Zientzia
En una población, normalmente, los hombres y las mujeres se encuentran en proporciones similares, es decir, aproximadamente la mitad de la población es masculina y la otra mitad femenina. Esta proporción se da no sólo en los seres humanos, sino también en las poblaciones del resto de los seres vivos que tienen los sexos separados.
Sin embargo, un determinado comportamiento humano, la famosa división sexual del trabajo, puede hacer variar esta proporción. Un caso así es el de las guerras: tradicionalmente son hombres los que luchan en las guerras. En las guerras que han durado mucho tiempo y que han causado muchos muertos, las mujeres han quedado en mayor proporción en esas ciudades, pueblos y poblaciones en general.
Manteniendo el equilibrio
Sin embargo, la naturaleza tiende a equilibrar las proporciones, y está documentado que tras una guerra nacen más chicos en una población y que la proporción entre hombres y mujeres se recupera.
Desde que se dieron cuenta de que este fenómeno ocurre, pensadores y científicos tratan de averiguar qué es lo que hay detrás. Por supuesto, el hecho de pensar tanto le ha dado todo tipo de explicaciones posibles. Algunos creen que los hombres que han sobrevivido a la guerra representan a los perdidos, respondiendo a una llamada de Dios. Hay otros que afirman que a la vuelta de la guerra los soldados tienen una gran pasión sexual y que el hecho de que las relaciones sean más frecuentes hace que las mujeres fecunden en una época con mayor probabilidad de tener hijos.
Un investigador inglés que estudia la biología evolutiva le ha dado una explicación que hasta ahora nadie había propuesto. Según él, detrás de todo esto hay un gen que se expresa sólo en los hombres. Este gen parece tener cierta influencia sobre los espermatozoides que producen los hombres. Parece ser que la influencia de este gen hace que unos hombres tengan más predisposición a tener hijos, otros más a tener hijas, mientras que otros producen en la misma proporción espermatozoides que van a dar a sus hijos e hijas.
Al ser un gen, pasa de padres a hijos. Así, los hombres con muchos hermanos tenderían a tener más hijos y, por el contrario, los que tienen muchas hermanas tendrían más hijas.
Cuenta de probabilidad
A partir de ahí, es una cuestión de probabilidad. Tradicionalmente han sido enviados a las guerras hombres de una franja de edad determinada. Por lo tanto, en las familias con muchos hombres había más posibilidades de que algún hijo no fuera a la guerra. Además, si los combatientes de una familia eran muchos, la probabilidad de que alguno de ellos vuelva con vida era mayor.
Por lo tanto, al final de la guerra, las familias con muchos hijos tienen más posibilidades de que algún hijo viva que las familias con muy pocos hijos. Y por eso nacen más niños, según este investigador, después de una guerra. De hecho, los hijos de familias con muchos hijos serían ‘hijos e hijas’, es decir, tendrían un gen que les empuja a tener más hijos, y en ese momento serían más abundantes en la población que los hombres ‘alaba-productores’, hasta igualar las proporciones de hombres y mujeres. ¡Qué fuerza puede tener un gen! Siempre y cuando lo que ha dicho este investigador sea cierto...
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