Nueva vía interior en la pirámide general de Gizeh
1993/06/01 Arregi Bengoa, Jesus Iturria: Elhuyar aldizkaria
En los últimos números hemos utilizado un tema de actualidad, con algunas curiosidades de agujeros negros. En esta ocasión, sin embargo, vamos a cambiar radicalmente y nos ocuparemos de la época en la que comenzó a desarrollarse la astronomía. La excusa para ello es una noticia que llega desde Egipto el pasado mes y que, aunque su contenido astronómico es pequeño, muestra la preocupación de los pueblos más antiguos por la Astronomía.
La noticia indica que un equipo de científicos alemanes ha encontrado una nueva habitación en la Pirámide Principal de Gizeh, en la cabeza de una vía interna de 65 m de longitud. La pendiente de este vial interior es ligeramente superior a los ochenta grados y R. Según el egiptólogo belga Bauoval, cuando se construyó la pirámide se dirigió hacia la estrella Sirius de la Constelación del Mayor Canis. Esta estrella es la más brillante de la Tierra. Los egipcios llamaban Shotis y consideraban a Isis como imagen de la diosa.
Para estudiar la ciencia antigua hay que tener en cuenta dos (y casi exclusivamente) aspectos principales: Astronomía y Matemáticas. Sin embargo, en estos casos el desarrollo no se debe a la curiosidad o al interés por descubrir el porqué de los diferentes fenómenos, sino a las necesidades cotidianas. Las matemáticas, por ejemplo, eran necesarias para el comercio (aritmética) y para la construcción y medición de tierras (geometría). Hay que tener en cuenta que, tras las inundaciones anuales del río Nilo, la redistribución de tierras ocasionaba a los egipcios grandes problemas de agrimensura.
El desarrollo de la astronomía no es sorprendente. Los movimientos periódicos de los astros permitían medir el tiempo y realizar los primeros calendarios. Por ejemplo, las inundaciones de Nilo que hemos mencionado se hacían con una frecuencia muy precisa y, por supuesto, la elaboración de un calendario de previsión de las inundaciones era un problema urgente. Como ya se ha mencionado anteriormente, el conjunto de los conocimientos adquiridos en aquella época no se adquirió con la sed de explicar fenómenos o de relacionarse, pero el primer paso para el desarrollo de la ciencia, la recogida de datos, se realizaba con bastante precisión. Fruto de este trabajo responsable fue relacionar la salida heliaca de la estrella Sirio con el inicio de las inundaciones del río Nilo.
La salida heliana de un astro es la primera que se produce al amanecer. Como el sol viene inmediatamente por detrás, su luminosidad cubre la del astro, que sólo se ve en muy poco tiempo. Casualmente, pues, la salida heliaca de Sirio se producía cuando las inundaciones del Nilo estaban a punto de comenzar, por lo que Sirius fue considerado su anunciante.
Si para el hombre primitivo los astros eran objeto de culto espontáneo, las coincidencias similares a las descritas sirvieron para arraigar más profundamente esta mentalidad, fijándose en última instancia la creencia de la existencia de una relación causal entre los fenómenos de Ortz y la Tierra. Esto provocó el desarrollo de la astrología y, por supuesto, del poder del sacerdote que se ocupaba del estudio de la amasado, la recopilación de datos y la posterior interpretación.
La consecuencia lógica de lo dicho es también el uso religioso de la astronomía. Es el caso de las pirámides. Pirámide Mayor de Gizeh, tumba del faraón Keops, a. C. Se construyó hacia el año 2500 siguiendo unas determinadas direcciones astronómicas. Planta cuadrada de 230 m de longitud, con las caras muy precisas en direcciones norte-sur y este-oeste.
Dentro de esta estructura de seis millones de toneladas se conocían también algunas vías interiores y habitaciones, pero a diferencia de otras pirámides, hasta ahora no se ha encontrado nada: ni la momia ni el tesoro del constructor. Como se puede apreciar en la figura, los interiores conocidos anteriormente (1 y 2) se han construido apuntando hacia el cinturón de la Constelación de Orio y hacia la estrella alfa draconis respectivamente. Las estrellas del cinturón de Orión son la expresión del dios Osiris y de la diosa “alfa draconis” Rer. Esta última estrella, por su parte, se encontraba en las zonas en las que actualmente se encuentra la estrella polar en la época de estudio.
La sala mencionada se encuentra al final de un vial interior de 65 m. Anteriormente se consideraba que el camino interior era de 8 m de longitud y ciego. Su anchura y altura es de 20 cm. Por ello, el estudio se ha realizado mediante un pequeño robot equipado con un vídeo, R. Dirigido por el robotista Gantebrink.
Como ocurre tantas veces, este grupo de trabajo trabajaba con otro objetivo, “Elhuyar. Ciencia y Técnica” en el número de marzo M. R. Laguens y E. Precisamente con el objetivo de dar solución a uno de los problemas que menciona Ezpeleta en su artículo titulado “El enigma del esfing” (contaminación introducida por el turismo, o más concretamente por los 20 gramos de agua que cada turista deja en los alrededores de la pirámide a través de la respiración y el sudor). Por ello, el trabajo especial del robot era analizar las corrientes de aire dentro de la pirámide. También ha encontrado pistas de estas corrientes.
Los rangos de unos 2 mm que deja a los lados el portillo situado al final del interior están cerrados con polvo negro. Este polvo no puede ser de piedra, ya que es fermentado o caliza amarilla. Por lo tanto, es lo que viene del interior de la habitación. El medio de transporte son, por supuesto, corrientes de aire. Por otro lado, la presencia de estas corrientes hace pensar que la habitación debe ser lo suficientemente grande. También se puede obtener una última aclaración del color del polvo. El polvo negro puede ser la materia orgánica que genera la descomposición de la madera y el tejido, según sabemos de otras pirámides. Si fuera así, esta habitación también podría albergar el tesoro del faraón o la propia momia.
Como se puede apreciar en la figura, todavía no se analiza otro camino interior hacia el norte.
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