Crean un bazo artificial que puede combatir varias infecciones
2014/09/22 Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria
El dispositivo creado por el equipo dirigido por el bioingeniero Donald Ingber utiliza una variante de la proteína lectina (TFM). La proteína mencionada, también presente en los seres humanos, se adhiere a las moléculas de azúcar de la superficie de 90 bacterias, hongos y virus, así como a las toxinas liberadas por bacterias muertas que pueden causar septicemia. En consecuencia, el nuevo instrumento no sólo puede hacer frente a las infecciones, sino que puede impedir la formación de una septicemia que pueda ser mucho más grave.
En la mitad de los casos de septicemia, los médicos no pueden realizar un diagnóstico exhaustivo. En estos casos se utilizan antibióticos de amplio espectro para combatir la infección, pero no siempre se obtienen buenos resultados.
El bazo artificial utiliza nanoejemplares magnéticos recolectados con proteínas MBL. Al filtrar la sangre por el dispositivo, las nanounidades magnéticas recubiertas de proteínas se pegan a la superficie de la mayor parte de los posibles patógenos en la sangre. Mediante un imán se eliminan de la sangre las nanounidades magnéticas y los patógenos que tienen adheridos. Posteriormente, la sangre limpiada se introduce de nuevo en el organismo.
Para poder probar el dispositivo, los investigadores contaminaron las ratas con E.coli y S. aureus. Posteriormente se utilizó el bazo artificial para filtrar la sangre de las ratas. En cinco horas, el 89% de las ratas que limpiaron la sangre seguían vivas, mientras que sólo el 14% de las ratas contaminadas y no tratadas estaban vivas.
El bazo artificial logró limpiar el 90% de las bacterias de la sangre de las ratas. Los órganos de estas ratas no estaban, además, ampliados como los de las ratas no tratadas. Según los investigadores, esto demuestra que reduce la posibilidad de desarrollar septicemia.
El dispositivo no fue probado solo con ratas. Los investigadores también limpiaron cinco litros de sangre humana a través del bazo artificial. La sangre contaminada con bacterias y hongos fue limpiada a una velocidad de un litro por hora y, tras cinco horas, el bazo eliminó la mayoría de los patógenos de la sangre.
Donald Ingber, investigador que dirige el equipo de investigación, ha explicado que, tras controlar la infección a través del dispositivo, es posible que los sistemas inmune y antibióticos de los pacientes dominen infecciones. En estos momentos se está probando la capacidad del biobar en los cerdos.
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