“Cualquier decisión que tomes tiene repercusiones medioambientales”
2021/11/05 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria
Joan Manuel F. Mendoza nació en Argentina, pero con 13 años vino a Vitoria, junto a su familia, en busca de un futuro mejor. “Tuvimos que empezar de cero”, ha recordado.
La trayectoria científica también comenzó por cero. No tenía familiares o alguien cercano en el mundo de la ciencia, pero recuerda que de pequeño, todavía en Argentina, tenía un juego de química y que le gustaba mucho experimentar. "Me preguntaba, por ejemplo, cómo se extraía la sudoración de las plantas, etc. Así que en bachillerato fui a las ciencias, ese era mi impulso natural".
Una vez finalizado el bachillerato, optó por las ciencias ambientales. "También podía elegir biología o química, pero tenía preocupación por la dirección que estaba tomando el mundo y sabía que el problema provenía de la industria. Por eso me decanté por un ramal más orientado a la industria, pensando que en el futuro habría trabajo en este campo. También me preocupaba tener trabajo".
Desde entonces ha recorrido todo su recorrido en este campo. Sin embargo, con el tiempo su visión ha cambiado. "Al principio pensaba que sería más fácil cambiar las cosas", ha confesado. "Luego eres consciente de que los sistemas económicos tienen sus propias inercias y de que es realmente difícil cambiar las normas y las leyes. Tienes que ir como una hormiga, paso a paso. No puedes levantar todo un edificio solo tú, bastará si eres capaz de colocar algún ladrillo".
En este sentido, está satisfecho con las dinámicas que a lo largo de estos años ha ido desarrollando con empresas e instituciones. "Sobre todo con empresas que quieren reducir su impacto ambiental, pero cuando no saben por dónde empezar y cuando tú, hablando con ellas y viendo las posibilidades, consigues encender alguna pequeña luz. Ese diálogo, el intercambio de puntos de vista y el enriquecimiento mutuo me llena mucho."
F. Según Mendoza, muchas empresas, especialmente las de largo recorrido, ven muy complicado cambiar algo, aunque quieren actuar a favor del medio ambiente. Puede que necesite inversiones muy grandes o que el mercado o el cliente le pida algo concreto y no sepa hacerlo de otra manera sin perjudicar al negocio. Pero hay otras empresas, jóvenes o innovadoras, dispuestas a cambiar desde el principio. Y entre ambos extremos se encuentra el "mar de grises". "Y ahí es donde nos dedicamos a analizar y proponer con ellos alternativas que contribuyan a reducir la huella ambiental".
“Trabajamos principalmente con el consumo de energía y materiales y la producción de vertidos y residuos. En energía, impulsando la reducción del consumo y la transición a las fuentes renovables, y aplicando la economía circular en los residuos", ha señalado.
F. Según Mendoza, muchos creen que la economía circular consiste en producir menos residuos, pero ha explicado que es mucho más que eso: "La economía circular tiene tres patas. Por un lado, se trata de consumir el menor número de recursos, tanto energéticos como materiales. ¿Cómo? Digitalizando, desmaterializando y servitizando [en lugar de ofrecer productos sencillos, ofrecer servicios, experiencias y resultados por cliente]. Por otro lado, que los productos duren el mayor tiempo posible, 10-20-30 años, lo que permite generar nuevas tecnologías para la reutilización o tratamiento de los residuos que se vayan a generar. Por último, cuando se produzcan residuos, se recuperarán los materiales de los productos y se incorporarán al sistema, siempre con la menor cantidad de energía posible, siendo esta energía renovable".
Dificultades y soluciones
Preguntado por la mayor dificultad, la primera es la falta de conciencia. "El primer paso es tomar conciencia, ocuparse y formarse del problema. De ahí viene la cuestión económica; en definitiva, la revisión y modificación del sistema productivo supone una inversión, y el negocio tiene que avanzar hasta que se devuelva el dinero invertido... Eso es crítico. Y un último problema es cómo medir el paso hacia la circularidad, qué indicadores utilizamos para saber si vas bien o no. Hay estándares, pero todavía no están completamente definidos”.
Al margen de la industria, reconoce que también encuentra dificultades a nivel personal y que tiene contradicciones. "La economía doméstica también influye, y el cambio de hábitos requiere de tiempo, tanto para la noruega como para la más cercana. Por eso creo que la educación es fundamental. Al igual que las matemáticas se enseñan lengua y filosofía, la sostenibilidad también debería enseñarse en las escuelas, ya que cualquier decisión que tomes tiene repercusiones medioambientales. Cualquiera. Si lo sabes desde niño, tienes una dirección para ir haciendo cosas en el camino. Aunque sean cosas pequeñas, se van añadiendo y añadiendo a las que hacen los demás, se pueden conseguir cosas grandes".
Nacido en Buenos Aires en 1984. Estudió Ciencias Ambientales y se doctoró en Ciencias Ambientales y Tecnología en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Ha investigado en Tecnalia (CIDEMCO), UAB, Dinamarca y Manchester, entre otros, y actualmente está en Mondragon Unibertsitatea, en el grupo de investigación Economía circular y sostenibilidad industrial.
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