Austrolopithecus joven
2006/09/22 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia
La región llamada Afar, en Etiopía, es un gran hayedo para los paleoantropólogos. Allí descubrieron, en 1974, el fósil más famoso de un Australophitecus, conocido como Lucy. Y allí mismo encontraron en el año 2000 otro fósil sorprendente: El esqueleto casi completo de un joven Australophitecus, un niño. Fue descubierto en el año 2000, pero han trabajado cinco años para extraer completamente los huesos del suelo. Los antropólogos han tenido que comparar el fósil con otros fósiles de la misma especie (Australophitecus afarensis) para saber que era niño. La comparación deja claro que cuando murió sin madurar completamente, con aproximadamente tres años de edad, lo que caracteriza a este fósil, que guarda información no sólo sobre la evolución de las especies, sino también sobre el desarrollo del cuerpo. La juventud, por ejemplo, se percibe en el cerebro, que es aproximadamente tres cuartas partes del cerebro de un adulto. Además, este dato sitúa al Australophitecus más cerca de los homínidos que de los chimpancés, ya que a esta edad el tamaño del cerebro de los chimpancés es alrededor del 90% del más maduro. Pero, además de ser un niño, es reseñable el número de huesos que han encontrado el fósil. El cráneo está completo con dentadura, todos los huesos del tronco y han encontrado los huesos más grandes de los brazos y piernas. No es habitual que los huesos permanezcan hasta hoy. Es posible que muera en una inundación, el cuerpo quede atrapado en los sedimentos desde el principio, y por ello permanezca casi en su totalidad. Y en antropología, tener muchos huesos es sinónimo de mucha información. En este caso, hay información suficiente para responder si el Australopithecus vivía o no en los árboles, por ejemplo. Muchos dicen que Lucy, descubierto en 1974, tenía esqueleto para andar en dos piernas. Pero los omóplatos de Lucy no se recuperaron, por lo que no se podía asegurar que presentara un cuerpo que cuelga en las ramas (monocuerpo) o que pudiera caminar por el suelo (corpus de homínidos). En el nuevo fósil, sin embargo, los omóplatos están completos y se observa que se trataba de un caso intermedio de dos cuerpos. Adaptación a los árboles en los que el Australophitecus estaba perdiendo. Los huesos han dado muchos más datos. Entre otras cosas, el hioide, un pequeño hueso en la garganta, no se ha perdido. Pocas veces dura, y por eso es un tesoro para los antropólogos. El estudio de este hueso permite, en cierta medida, analizar la capacidad de emisión de sonidos. Y todavía tendrá muchos más guardados.Foto: Zeresenay Alemseged and Copyright Authority for Research and Conservation of Cultrual Heritages (ARCCH).