Ilya Ivanov, para crear un homicidio
2011/11/01 Etxebeste Aduriz, Egoitz - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria
En la revista Time del 16 de agosto de 1926: "Entre los fisiólogos recogidos en Estocolmo, la doctora Serge Voronoff, un prestigioso trasplantador de glándulas, ha provocado un gran revuelo. Hace dos semanas, el Dr. Voronoff informó sobre las cabras algerianas extrahaníes con tres testículos. Y ha explicado en este congreso que Nora ha incorporado a la hembra adulta los órganos sexuales de una hembra humana. Además, con la ayuda de la doctora Ilya Ivanov de Moscú, el mono ha sido fecundado artificialmente con la esperanza humana. Nora partirá en enero y el recién nacido será biológicamente humano. De momento todo va normalmente."
Fue el experimento de Voronoff e Ivanov el que creó la revuelta. Pero no sólo eso, sino que en el mismo artículo recordaban otro proyecto en marcha por Ivanov, que fue presentado en la revista del 28 de junio de la siguiente manera: "Experimentarán por la evolución en el Instituto Pasteur de Kindia, en el África Occidental Francesa, cruzando monos con humanos."
La rusa Ilya Ivanov era una prestigiosa bióloga pionera en la inseminación artificial. Desarrolló la técnica y demostró que con un solo caballo de siembra podía fecundar 500 yeguas. Junto a las fecundaciones 20-30 que se podían obtener normalmente, la diferencia era notable. Y Ivanov tuvo mucho éxito con esta técnica.
Además, creó híbridos entre distintos animales mediante inseminación artificial. Cruzó la cebra con el burro, el bisonte y la vaca, el antílope y la vaca, el ratón y la rata, el ratón y el acueducto, el conejo y el conejo, el conejo y la liebre, etc. A la vista del éxito de estas hibridaciones, en 1910, en el Congreso Mundial de Zoólogos de Graz, afirmó que era posible obtener, mediante la inseminación artificial, un híbrido entre el hombre y el mono.
En aquella época todavía era una idea. Pero una década después Ivanov estaba elaborando planes para poner en práctica esta idea. En 1924 presentó su propuesta al gobierno bolchevique. Ivanov vendió el proyecto como una oportunidad para demostrar que el hombre evolucionó desde el mono. Y recalcó que demostrar que Darwin funcionaba correctamente sería un gran golpe contra la religión. Si el proyecto tenía éxito, además de aumentar la reputación de la ciencia soviética, la propaganda contra la religión sería perfecta. Ivanov obtuvo el respaldo y la financiación del Gobierno para iniciar experimentos en África.
Muchos prestigiosos científicos de la época también vieron con buenos ojos el proyecto. F. investigó en profundidad la anatomía de los primates antropoides. G. El antropólogo británico Crookshank, por ejemplo, afirmó que debía ser posible que los orangutanes se cruzaran con seres de raza amarilla, gorilas con negros y chimpancés con blancos.
También obtuvo el apoyo de los del Instituto Pasteur de París y le dieron permiso para utilizar los chimpancés de su centro en Kinda (Guinea). Llegó a India en marzo de 1926. La idea era inseminar a las hembras con la esperanza humana, pero no pudo hacer nada; todos los chimpancés del centro eran inmaduros.
Vuelve a París y pasa el verano en el Instituto Pasteur haciendo planes para capturar chimpancés adultos. Entonces también participó en el experimento de Voronoff, fecundando con su técnica el chimpancé Nora. Y en noviembre volvió a Guinea para capturar a los chimpancés adultos y experimentar.
El 14 de febrero de 1927 publicó que Time no iba a tener hijos. El informe de Voronoff decía: "Tras recibir los ovarios humanos, Nora tuvo el menstruo tan regular como antes. Tras la fecundación artificial dejó de ser menstrual. Tras 90 días de supuesta gestación, le volvió a la regla y la tuvo regularmente."
El 28 de febrero, en Guinea, Ivanov inseminó artificialmente dos hembras. Y el 25 de junio, un tercero. Tenía otro experimento en mente: inseminar a las mujeres con esperma de chimpancé. Pero sabía que las mujeres locales no estarían dispuestas a ello, y pensó en hacerlo con la excusa de los exámenes de salud, sin decir nada a las mujeres. El gobierno francés le prohibió hacerlo. Ivanov escribió enfadado a Moscú, informando de los "miedos primitivos de los negros" y de los "prejuicios burgueses de los franceses".
En julio, Ivanov se dirigió a Francia con 13 chimpancés, incluidos los tres fecundados. Dos de ellos murieron en el camino de Dakar a Marsella y las autopsias realizadas en el mismo barco dejaron claro que no estaban fecundados. El tercero murió en Francia, y en ese caso tampoco hubo fecundación.
Los monos restantes fueron enviados al centro de primates fundado recientemente en Sukhumi (República Soviética de Abkhazi). Para entonces, Ivanov tenía claro cuál era la única posibilidad de conseguir un híbrido entre el hombre y el mono: inseminar a mujeres soviéticas voluntarias dispuestas a apostar por la ciencia.
En la primavera de 1929 obtuvo la autorización y financiación de aquellos experimentos en Sukhumin. Para entonces no faltaban voluntarios. De hecho, la repercusión de los experimentos de Ivanov en la prensa local e internacional provocó la llegada de once cartas al centro de Sukhumi, en las que hombres y mujeres se ofrecían a sí mismos.
En aquella época en el centro sólo tenían un mono adulto: Tarzán, un orangután de 26 años. Pero antes de llegar a la inseminación, Tarzán murió con una hemorragia cerebral. "Orangutana ha muerto. Buscaremos un sustituto", escribió Ivanov a la mujer que había pactado coger el esperma de Tarzán.
Más monos llegaron en el verano de 1930, pero para entonces hubo cambios políticos y Ivanov comenzó a recibir fuertes críticas por sus experimentos. Fue detenido en diciembre de 1930 y exiliado a Kazakhstán. Murió allí, en marzo de 1932.
Las cartas de voluntariado siguieron llegando a la cocina. Y, como posteriormente han señalado los ciudadanos, hubo "locos que dormieron con los monos".