Nuevas formas de evitar el rechazo de los implantes
2002/07/24 Orobengoa, Olatz - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa
menudo, cuando el hueso de la rodilla o de la cadera está muy deteriorado, sólo hay que quitar el hueso y poner un implante. Sin embargo, es muy habitual que el cuerpo no sólo rechace la parte nueva sino que crea problemas más que dar remedio.
En definitiva, los sistemas de defensa corporal no identifican la nueva parte como beneficiosa y le atacan. Los problemas comienzan cuando las células blancas que forman parte del sistema inmunitario se convierten en macrófagos.
Los
macrófagos son las células que favorecen la reacción negativa del cuerpo. Se pegan sobre la superficie del implante y producen tejido cicatricial en todo su contorno. Después, comienzan a atacar el implante con la intención de destruirlo completamente.
La
Universidad de Cleveland estudia nuevos materiales menos extraños al sistema inmunitario. Hasta ahora se consideraba que los materiales más adecuados eran materiales químicamente inertes. Sin embargo, en los ensayos con ratas se ha visto lo contrario. En los implantes que se han realizado con materiales hidrófilos y moléculas cargadas negativamente, se ha observado que la adhesión de macrófagos es mucho menor.
Los materiales
hidrófilos son, como su nombre indica, materiales que aman el agua, es decir, que son capaces de reaccionar con el agua. Los materiales cargados negativamente son los elaborados con ácidos orgánicos.
Se ha comprobado que
ambos materiales tienen el mismo efecto, ya que reduce la adherencia de células blancas al implante y, además, son muy pocas las que se convierten en macrófagos. Por lo tanto, al existir menos macrófago, no se produce una reacción tan violenta y el cuerpo admite más fácilmente la nueva parte del hueso.
Como
ya se ha comentado, de momento sólo se han realizado ensayos de éxito con ratas, habrá que ver si se consigue el mismo éxito en humanos.
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