Cuando se desembarcan tortugas marinas...
1991/10/01 Elosegi, Iker Iturria: Elhuyar aldizkaria
A 50 metros de nosotros sale otra tortuga del agua. Este es el decimoséptimo que hemos visto en una hora.
Esta tortuga marina, de dos metros de longitud y unos 500 kilos, ¡es una tortuga que anda muy torpe en tierra!
Consigue avanzar con las piernas delanteras como un remo. Suele dar algunos remadas y descansar un momento antes de volver a moverse.
¿Qué hace que este reptil tan bien adaptado a la vida marina se desembarque así?
Su único objetivo es la puesta de huevos... Otra curiosidad de la evolución es que tras salir del agua y permanecer en tierra durante 70 millones de años, las tortugas marinas volvieron a salir al mar… ¡pero siguen poniéndose en tierra!
Nuestra tortuga ha elegido el lugar donde remontar unos diez minutos en la playa y poner los huevos. Se encuentra a 10 metros del agua, justo en una zona sin peligro de hundimiento para la siguiente marea (el huevo excesivamente deprimido destruye las aguas). Ha elegido el lugar y ha hecho todas las cosas programadas para desovar:
En primer lugar, con las piernas anteriores, su entorno ha preparado su rutina agitando con fuerza un cuarto de hora. La playa comienza a perforarse con las piernas traseras como palas: En 15 minutos ha realizado un agujero con forma de bota de 80 centímetros. Ha dejado de perforar cuando no ha sentido nada por debajo de la punta de la pierna. Ahora ha llegado el momento de su puesta. Una pierna cubre la entrada del agujero y, tres o cuatro a cuatro, comienza a poner los huevos.
Son de 7 centímetros de diámetro y blancos. Al ser blandos (no tienen cáscara como los huevos de ave), la caída al interior del agujero no les hace daño. En todas las puestas hay unos huevos raros y pequeños. Al ser éstas libres de yemas, no dan embriones en la sección. Se desconoce su papel en el aislamiento del hueco o en la formación de una bolsa de viento.
Un promedio de 80 huevos por puesta (de los cuales 20 son raros). Abandona la puesta y con las piernas traseras cubre el agujero con arena durante diez minutos. Después, como al principio, su entorno ha golpeado nuevamente durante 20 minutos. ¡Es imposible encontrar dónde está el agujero debido a este tipo de arranque de arena!
Son las cinco y media de la mañana, la marea está muy alta y los primeros rayos del amanecer iluminan la playa.
Nuestra tortuga ha vuelto a arrastrar los metros hasta el agua y finalmente ha entrado en su elemento que había dejado durante hora y media. A pesar de que su abandono le ha costado mucho, parece que con una nueva inmersión se recupera y pronto ha desaparecido en aguas fangosas... De repente, a 200 metros, se han encontrado a sí mismo y parte del cuerpo. Allí ha llenado sus pulmones de aire y ha vuelto a desaparecer… hasta la próxima puesta.
Los reptiles no calientan sus huevos como las aves. El sol es el encargado de ello.
Se tardan alrededor de dos meses en sacar de los huevos tortugas de cuero para su puesta a la mar. La incubación puede progresar o retroceder por efecto de la temperatura. Aunque el clima de Guyana es ecuatorial (cálido y muy húmedo), a lo largo del año hay algunos cambios: desde noviembre hasta julio suele ser una estación lluviosa (en marzo y abril hace más seco) y desde agosto hasta septiembre una estación seca.
En la estación lluviosa, las temperaturas son más frescas y la incubación supera los 2 meses. En cambio, en la estación seca es más corta.
Las crías salen de la concha de huevo y salen a la playa perforando un túnel hacia arriba. Esto ocurre de noche y es guiado por la luz que da el agua hacia el mar.
Los indígenas Galibi (de la lengua Tileuyu del grupo Karib) fueron los que en la década de 1960 mostraron por primera vez a algunos científicos estas playas. Los indios y las tortugas de cuero siempre han utilizado las mismas playas. En la cultura galibiana las tortugas marinas son de gran importancia, son la base de muchos mitos y creencias.
Las campañas de investigación y protección KAWANA se llevan a cabo anualmente desde su inicio en la década de 1970. (Kawana: tortuga de cuero en el lenguaje Tileuyu).
Aunque en aquella época los cazadores mataban tortugas de 500 kilos para vender 4 o 5 kilos de carne en el mercado de Cayenne, ahora no ocurre, porque las tortugas marinas están protegidas. Asimismo, las recolectas de huevos para comer o vender (en Cayenne o Paramaribo) han desaparecido prácticamente en su totalidad.
Los principales resultados de las campañas en materia de protección han sido los siguientes.
Asimismo, las investigaciones han dado resultados muy importantes, que es necesario conocer a nivel de protección. Quedan subrayados los enlaces obligatorios entre investigación y patrocinio.
El primer objetivo fue conocer el número de tortugas que llegan a las playas de Guyana y Surinam. Para ello, el primer paso fue ver qué playas utilizan.
Las costas de Guayana son muy variables. La tierra y los lodos del río Amazonas son arrastrados hacia el norte por una corriente marina hasta Venezuela. Como consecuencia de ello, en las costas de Guyana aparecen ciclos de playas, erosión, manglares (selva costera) y fangos. Las playas del océano Atlántico no permanecen por tanto durante mucho tiempo como playas. Por el contrario, las playas de borde de Maroni (río fronterizo entre Suriman y Guyana) son más sostenibles al estar alejadas de la corriente marina.
Las playas cercanas a la desembocadura de Maroni son las más importantes para las tortugas de cuero.
Los científicos pronto descubrieron que los grupos de hembras que aquí se recolectan son muy grandes.
A estas playas las tortugas vienen a desovar desde marzo hasta septiembre, la mayoría en mayo y junio (por lo tanto, en la estación lluviosa). Durante una noche de estos meses se pueden ver cientos de hembras en las playas. La noche del 27 de junio de 1988, 957 tortugas subieron a la playa de Ya:lima:poko!
Para estudiar su dinámica poblacional y hacer los relatos en serio, era necesario marcar individualmente (para descartar el riesgo de contar dos o tres veces el mismo ejemplar).
A cada tortuga se le coloca una marca metálica en una pierna trasera. Esta marca incluye un número y una dirección para avisar si alguien la encontrara. Además de marcar, se toman de cada uno otros datos: longitud, anchura, localización de heridas, etc. Como testigos de las peleas que se producen en el mar, a menudo se ven las piernas semi-comidas o restos de dientes en la cabeza. Las únicas presas de estas tortugas de cuero son las orcas y los grandes tiburones.
Gracias a estos trabajos de marcado se han aprendido cosas importantes que nadie sabía:
Las hembras no acuden cada año a estas playas a desovar. Tienen un ciclo de dos o tres años. No sabemos lo que hacen en ese intervalo. Una hembra marcada un año en Guyana fue vista al año siguiente en Ganan, al otro lado del océano Atlántico. Pero esto parece un caso aislado. Probablemente estas tortugas no desembarcan (y por tanto se reproducen) durante un año o dos años.
En 1973 se consideraba que el número de hembras que venían aquí era de 15.000. Teniendo en cuenta este ciclo de dos o tres años, contar unas quince mil hembras en 1988 significa que la cifra es mucho mayor que esta.
Las tortugas siguen otro ciclo. Cada hembra, durante la puesta, desembarca 7 u 8 veces a la puesta de los huevos: cada una de ellas permanece en la costa durante dos o tres meses y se desembarca cada diez días. En una época del año cada hembra pone unos 600 huevos.
Tras todas las puestas, se ha sabido que gracias a las marcas las hembras se dirigen hacia el norte, llegando algunas hasta Estados Unidos. Aunque es difícil conocer estas migraciones, sin duda pueden realizar largos viajes en el mar.
Sabemos que el alimento más importante de los adultos son las medusas. Cada otoño, las tortugas de cuero se pueden ver alimentándolas en la zona europea. Por el contrario, se desconoce qué comen las crías (hasta los 6 años). Nadie puede indicar dónde y cómo viven. Su investigación es mucho más complicada, ya que no se puede marcar a los más pequeños y casi nunca se ha visto o capturado un tamaño medio.
Otro campo de investigación de gran importancia lo constituyen los huevos enterrados en la playa durante 2 meses. Para investigar el futuro de la especie es necesario recabar datos como la tasa de reproducción y la distribución sexual.
Las playas de Guayana son muy húmedas y las aguas de los pantanos interiores pudren mucho huevo. Las playas son cortas y estrechas, por lo que las concentraciones de hembras desembarcadas a la puesta suelen ser muy altas. Al perforar, el riesgo de destrucción de otro nido ya existente es alto. Parece que los mayores nidos destructivos en mayo y junio son las mismas tortugas de cuero!
La marea y la erosión también afloran y destruyen ciertas puestas.
Las crías están en grave peligro en la salida del agujero y en la salida al mar. Los mayores depredadores son sin duda los perros de los pueblos indios. Al amanecer, los buitres locales ( Coragyps atratus ) también se alimentan de tortugas. Algunos cangrejos también se alimentan de ellos, pero no hay otro mamífero que pueda haber aquí, debido al ser humano.
Algunos peces (grandes siluros y tiburones) después de llegar al agua son los siguientes depredadores de tortuga.
Teniendo en cuenta todos ellos, por término medio, 4 de cada 100 huevos repartirán en la playa una cría que llegará al agua. Esta es la media aproximada y se necesitarán más investigaciones para determinar y medir los efectos de cada factor.
En 1980, dada la importancia que tienen estas playas para la especie, se planteó un programa para calentar artificialmente los huevos y liberar crías para mejorar las tasas de reproducción. Para ello se construyeron en la misma localidad de Ya:lima:po unas hueverías y se realizaron los primeros trabajos para conseguir mayores tasas de generación.
Por la noche los huevos se recogen en época de puesta. Una vez eliminados los huevos raros y limpiados los demás con agua y antisépticos, se introducen en un recipiente en el huevero. Se controlan semanalmente durante dos meses, eliminando los que se pudren y analizando los muertos.
Unos días antes del nacimiento son enterrados en un recipiente lleno de arena para que puedan formarse en el medio natural. Una vez aparecidas sobre la arena, se sueltan y cuidan en la playa real para que puedan llegar al mar sin obstáculos.
Con esta técnica, que se descubrió tras muchos intentos, llegan al mar 60 ó 70 niños de 100 huevos.
Este trabajo ha dado resultados muy interesantes: al igual que en otros reptiles, durante el crecimiento embrionario un factor externo (las temperaturas) puede alterar el sexo.
Esto puede ocurrir cuando el embrión tiene entre 20 y 30 días. En este intervalo, si la temperatura media es superior a 29,5º, saldrán las hembras o los machos.
Así que algunas hembras que acuden a esta playa son genéticamente machos. ¡Eso genera graves quebraderos de cabeza a nivel de investigación en genética y biología!
Como consecuencia de ello se han elaborado dos hueverías, una (calentada) para la extracción de hembras y otra para la extracción de machos.
Durante la incubación aparecen dos momentos con altas tasas de mortalidad.
Por un lado se pudren muchos huevos. Probablemente por factores externos, como la temperatura y la humedad. En la puesta se va incrementando y en agosto llega a tasas muy altas.
Por otro lado, cuando el embrión tiene entre 60 y 70 días (por lo tanto, ha nacido o no ha nacido) debe superar una fase crítica para seguir vivo. La tasa de mortalidad es muy alta en abril y luego va disminuyendo. Todavía no se ha encontrado ninguna explicación.
Estos fenómenos son de gran importancia para la toma de decisiones sobre el futuro de esta especie.
¿Cuántas hembras hay que hacer? ¿Cuántos machos? ¿Cuántos huevos hay que recoger y cuántos cachorros hay que liberar?
Es muy difícil responder a estas preguntas.
El camino correcto sería investigar qué pasa en las playas y basarse en esos resultados.
Destacan los siguientes puntos:
- entre marzo y septiembre la temperatura de las playas cambia. Si los huevos puestos al principio de temporada (en la estación lluviosa) dan machos, los últimos (en la estación seca) dan hembras.
- muchas puestas son destruidas por la humedad, la marea y la erosión.
- Las propias tortugas pueden ser las mayores destructoras de puesta.
- sabemos si las tasas de reproducción de las primeras y últimas puestas de una hembra son iguales o no.
- ¿son tan buenas las tasas de reproducción de las hembras que han sufrido un cambio de sexo?
Estos puntos demuestran la dificultad de este tema.
Hoy en día de las hueverías se extraen unas 5.000 crías al año. En 1988 las puestas en las playas constaban de 4 millones de huevos. Los resultados de las hueverías no tienen mucha importancia a este respecto por falta de dinero, pero sí subrayan que el apoyo y la investigación deben ir unidos entre sí, o mejor dicho, que nada de lo que no se conoce es realmente protegible.
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