Estrellas anunciantes
1994/12/01 Arregi Bengoa, Jesus Iturria: Elhuyar aldizkaria
Sin embargo, aunque los plazos a vigilar o medir eran más largos, la necesidad era evidente. Ya en el Paleolítico Superior se trabajaron los primeros calendarios sencillos a partir del ciclo mensual de la Luna. La necesidad de calendario se acentuó en el Neolítico con el desarrollo de la agricultura. Era de vital importancia saber cuándo había que sembrar la semilla para que después se pusiera en alerta sin perder. Pero, por supuesto, estas necesidades obligan a elaborar un calendario basado en el Sol, que es el que genera las estaciones del año. En algunos casos, sin embargo, algunos pueblos de la prehistoria y la protohistoria solucionaron el problema de otra manera. La solución se basó en la observación de unas estrellas luminosas.
Un ejemplo de esta solución es el descubrimiento astronómico de los egipcios “Elhuyar. Hablamos en el número 72 de la revista “Ciencia y Técnica”. Entonces decíamos que los egipcios cuidaban de la salida heliaca de la estrella Sirius (que ellos llamaban Sothis) para saber cuándo comenzarían las inundaciones de Nilo. Veamos dos ejemplos similares. En estos casos, además, no debemos retroceder en la historia, ya que son dos los países que actualmente residen en Brasil y Australia. En la primera, los tucanos que habitan en la Amazonia, cuidan cada año los pocos días en los que las Pléyades se esconden tras el Sol para empezar a sembrar la semilla. El fenómeno astronómico al que hemos hecho referencia es la ocultación heliega de las Pléyades, que tiene su importancia porque se produce poco antes del comienzo de la lluvia. El segundo caso es el de una tribu australiana. Estos observan el escondite helio de Arcturus para atrapar una de las bases de su alimentación (hormigas).
No hay que decir que las Pléyades no tienen ninguna influencia sobre la lluvia en la Amazonía o sobre las hormigas por parte de Arcturus, pero al tratarse de fenómenos astronómicos cíclicos, su concordancia tiene especial importancia para los pueblos mencionados con las estaciones del año y los hace útiles para su delimitación. Por eso forman parte del calendario de estas culturas y por eso podemos considerarlas como estrellas anunciantes.
El ejemplo que se presenta a continuación no se corresponde con la posición de una sola estrella y en cierta medida podríamos decir que es un observatorio sencillo. Hablamos del megalito de Callanish, que se encuentra en el archipiélago de Hebridas en la isla de Lewis. Es otra muestra de la cultura megalítica que se extendió por Europa hace unos cuatro mil años. Sin embargo, tiene una interesante diferencia con otros monumentos de la misma cultura en relación con el tema que nos ocupa. Los megalitos más espectaculares y grandes tienen orientaciones desde el punto de vista astronómico según unas direcciones especiales.
Estas direcciones están relacionadas principalmente con las posiciones especiales del Sol y la Luna, pero en el caso de Callanish algunas alineaciones de pilares están orientadas hacia los puntos de salida de las estrellas luminosas. Como se puede apreciar en la imagen, la avenida de los pilares que lleva hasta la zona del megalito a. C. Dirección hacia el punto de salida de la estrella Capella hacia 1800. Otra alineación hacia el este Pléyades a. C. Señala hacia el punto de salida en 1750. Aunque algunos investigadores afirman que la primera alineación es controvertida, las fechas mencionadas pueden ser consideradas como fechas de construcción del megalito, ya que coinciden con otros criterios arqueológicos.
A pesar de que los objetivos astronómicos del megalito de Callanish parecen evidentes, todavía no se han clarificado los objetivos y usos de este megalito y otros similares.
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