Klaudio Harluxet, informático
1994/04/01 Sarasola, Kepa Iturria: Elhuyar aldizkaria
Recientemente ha fallecido el vascófilo e informático Klaudio Harluxet. Lo que hemos leído en los periódicos con su identidad ha quedado en explicaciones políticas o empresariales. Se ha recordado que en el Ayuntamiento de Baiona logró ser elegido con los votos de todos los nacionalistas y que contábamos con uno de los fundadores del grupo empresarial Iparralde SEI. Pero para los que hemos conocido al informático Klaudio esta característica ha sido fundamental.
En el artículo titulado “Breve diccionario de la informática”, publicado en la revista Elhuyar en 1975, proponía una colección de 74 palabras junto con una explicación básica de la informática. Dos años después en la misma revista publicó otro artículo con René Harluxet. En ella se abordaba la “teoría de la información” de Shannon, base de la informática, desmentiendo la posible dificultad del euskera en la informática.
En Pamplona presentó en la UEU en 1989 “Industrias e Informática de la Lengua” y en 1990 en la mesa redonda del VI SEPLN en Donostia. Entonces se creó la empresa Hizkia al amparo del grupo SEI de Baiona. En la actualidad en Euskal Herria existen 12 grupos de investigadores que trabajan en el procesamiento automático del lenguaje. Resulta atractivo encontrar las capacidades ocultas que el ser humano utiliza para comprender su lengua, así como la simulación o emulación por ordenador.
Pero el verdadero reto lo situaba el ingeniero Klaudio al crear sistemas útiles. A pesar de no haber conseguido una comprensión completa de las frases, hoy en día la informática puede ofrecer herramientas muy útiles para el tratamiento lingüístico. ¡Seamos rápidos! ¡Busquemos el campo de aplicación concreto, el tipo de usuario y las condiciones de uso! ¿Por qué no en terminología? ¿En el vocabulario? ¿En la edición de texto? Almacenamiento de texto? ¿En la búsqueda de información? Ese era el lema de Klaudio.
Veamos un ejemplo práctico para afrontar este reto: Tras conocer las necesidades de UZEI en 1980, cinco expertos coincidieron en la dificultad del problema. Por un lado, el gran número de fichas y, por otro, el gran tamaño de las diferentes fichas de datos, hacen que en los ordenadores de 1980 no se pueda obtener ninguna aplicación en condiciones económicas razonables.
Los datos del problema no son datos regulares que trata la informática clásica. Dos meses después volvió con la solución Klaudio. La llave de su invención era muy simple: los árboles. ¡Sí, sí, en informática también hay árboles! Cada árbol tiene una raíz y tantos niños (ramas) como quieras, y los niños también se definen como árboles. Normalmente el árbol representa estructuras jerarquizadas entre distintos elementos de información.
Como profesional, Klaudio fue dueño de una virtud que pocas veces se encuentra: para conocer las necesidades y deseos del usuario se ponía a su nivel. Con mucha paciencia, comenzaba a conversar con este usuario y poco a poco realizaba el análisis del problema. Así, el análisis de la aplicación RTerm utilizada por UZEI y otros fue fruto de una conversación en tren entre Baiona y París.
Para terminar, escuchemos la invitación final de aquel primer artículo que vuelve a traer el eco: “Para investigar y explicar más detalladamente qué es un ordenador, se necesitan muchas más palabras. Porque nuestro trabajo se terminó o se acabó, sólo ofrecemos al lector estas palabras, que llamamos a nosotros para completar este trabajo.”
Gai honi buruzko eduki gehiago
Elhuyarrek garatutako teknologia