Cometas en la visión de los ordenadores
2001/07/29 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia
¿Qué creíais? ¿Que sólo era obra de Halley encontrar cometas? XXI. Aunque en el siglo XX todavía hay personas que buscan cometas, ahora tenemos ciberobservadores en lugar de utilizar directamente los telescopios.
¿Explorando el espacio sin telescopio? Bueno, es cierto que la frase anterior no es del todo correcta. Pero como aparece en un artículo de la revista Astronomy de julio, en la actualidad los ordenadores están comunicados entre sí, y así tienes a tu disposición, lector, la posibilidad de analizar en casa los datos recogidos por los telescopios espaciales más grandes del mundo.
¿De curiosidad? Imaginemos que en lugar de desde la huerta de casa con tu telescopio tienes a tu disposición los mejores telescopios desarrollados con la última tecnología mundial. Telescopio de 200 pulgadas de Palomar, Telescopio Espacial Hubble o Proyecto SOHO. Pues es lo que han descubierto muchos astrónomos.
Michel Oates es uno de ellos. Durante quince años recorrió el cielo desde su casa de Manchester y siempre tuvo el sueño de encontrar algún cometa. Y ese sueño se hizo realidad. Ahora baja diariamente más de 100 megabytes de los datos recogidos por SOHO (el observador del Sol y la heliosfera) directamente de su ordenador. Se trata de una misión de 1.200 millones de dólares (210.000 millones de ptas./8.400 millones de libras) desarrollada conjuntamente por SOHO, ESA y NASA. El SOHO es una misión de observación del Sol, en la que los tres aparatos recogen datos del interior del Sol y otros cinco estudian la atmósfera del Sol mediante la utilización de corografos.
Michael Oates ya ha encontrado más de cien cometas y aún recuerda el 6 de junio de 2000: ese día descubrió 6 cometas nuevas. Michael Oates es amateur, no recibe dinero por sus descubrimientos y no acude a ningún congreso. Pero para él es muy gratificante su trabajo y además recibe el reconocimiento del descubrimiento.
Las cámaras de SOHO recogen una serie de cometas fugaces que desaparecen al acercarse a la corona. Oates analiza en su ordenador varias imágenes a la vez, lo que permite ver el recorrido de estas cometas hasta su desaparición.
¿Y qué hace falta para ello? No hay nada, basta con tener el ordenador de casa y el módem, ya que las imágenes de varios telescopios de todo el mundo se han puesto a disposición de cualquiera.
La noticia se ha extendido también a los institutos. David Colin no tenía ningún conocimiento de astronomía, pero, con la ayuda del profesor, en 1999 Rho Cassiopea comenzó a estudiar la variable supergigante a partir de los datos recogidos por la Asociación de Estrellas Variables Americanas en 12 años. El alumno comparó los datos y analizó los cambios de color y brillo de la estrella a lo largo del tiempo. Las tareas domésticas de Kolin para finales de verano no eran habituales: El ciclo de pulsación principal con un período de 820 días y los períodos secundarios de 380, 510 y 645 días. Además, en cuanto a los colores, al estar la estrella a su última posición, se cambia de amarillo a rojo y de negro a amarillo. Ahora estudia astronomía en la Universidad de Colin Montreal.
Lo mismo les ocurrió a McCurdy, Gustafson y Peterson de California. Para la obtención de puntos se inscribieron en el curso "Iniciación a la Astronomía". Allí, mientras estudiaban cómo se trabajan los datos astronómicos, recogieron los datos del centro de observación chileno Tololo. Al analizar las imágenes, encontraron un objeto en movimiento. Pero el elemento encontrado estaba mucho más lejos de la órbita de Neptuno en estudio. Se hicieron cálculos y se dieron cuenta de que estaba más lejos que Plutón. Así descubrieron el primero de los 100 objetos conocidos del cinturón de Kuiper.
Finalidad del intercambio de datos
La puesta a disposición de los datos tiene una razón clara. Muchos proyectos avanzan impulsados por grupos de investigación de diferentes lugares del mundo. Aunque son muy interesantes uno a uno, la verdadera importancia la adquieren cuando se puede intercambiar. Por ello, el Observatorio para las Observaciones Virtuales (NVO, National Virtual Observatory) nació con el objetivo de poner toda esta información a disposición de los científicos. De este modo, se ha abierto una nueva forma de hacer astronomía en común con astrónomos, físicos, etc. internacionales. Al final del proyecto, los principales archivos astronómicos del mundo estarán conectados entre sí y cualquier persona podrá utilizar estos datos si dispone de conexión a Internet en su hogar. El fin del proyecto es aún largo, pero mientras tanto se van completando varias bases de datos.
SkyView es una de estas bases de datos. En 1994 empezó a ofrecer imágenes del Telescopio Espacial Hubble. Los usuarios eligen un punto u objeto celeste y SkyView proporciona el mapa de ondas de radio o rayos gamma de la región. Utilizando los datos de SkyView, los ciberastrónomos amateurs Gnaedig y Doppler han asegurado que el asteroide AN10 no golpea la Tierra hasta al menos 2076. Al menos nos ha traído tranquilidad.
Como podéis ver, no es fácil la opción que ofrecen los cibertelescopios. Aún mejor desde la calidez doméstica, cuando el universo se puede ver incluso cuando el cielo está cubierto.
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