Cuando Lavoisier perdió la cabeza
2002/05/01 Carton Virto, Eider - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria
Antoine Laurent Lavoisier nació en París el 26 de agosto de 1743. Su padre era un rico abogado. A los cinco años murió su madre y su padre, su hermana pequeña y los tres se fueron a vivir a casa de su abuela. Allí crecían al abrigo de su abuela y su tía joven.
El ingenio de Lavoisier fue evidente desde niño. Ganó varios premios en la escuela, sobre todo en el campo de las lenguas, y en el segundo año de la escuela le dieron un premio especial por su pasión por aprender. Pero en 1760 murió su hermana joven y un año después dejó los estudios sin terminar. Según su padre, empezó a estudiar las leyes y en 1764, tras finalizar sus estudios, se dedicó a abogar. Sin embargo, duró poco. Enseguida retomó la ciencia y en 1768 fue nombrado miembro de la Academia Francesa de Ciencias.
Científico con método
Lavoisier aplicó la matemática y el método científico a la investigación y desmentió varias teorías vigentes en la época, como la ‘teoría del flogisto’, que fue descartada definitivamente gracias a Lavoisier. Para explicar la combustión de los cuerpos y la calcinación de los metales, esta teoría proponía la pérdida de flogisto de los cuerpos.
Lavoisier no aceptó la teoría y comenzó a calentar varias sustancias en el aire. Así, comprobó que el diamante estaba compuesto principalmente por carbono y que, en ausencia de aire, el diamante no se quemaba. También quemó fósforo y azufre, y comprobó que los productos obtenidos pesaban más que los originales. Por ello, consideró que al quemarse se añadía alguna sustancia del aire, ya que no creía que el flogisto pudiera tener un peso negativo.
Para demostrar su idea, calentó estaño y plomo en una cantidad limitada de aire. La capa de óxido apareció en los metales y era más pesada que el propio metal. Pero Lavoisier comprobó que el conjunto formado por el metal, su óxido y el aire no sufrió ninguna variación de peso. Por lo tanto, el peso que ganó el óxido probablemente quitaría al aire. En el caso de que se retirara el aire, el vacío estaría dentro del recipiente cerrado. Tal y como pensó Lavoisier, al abrir el envase el aire entró en el interior: el óxido se debía a la combinación entre metal y aire y no había pérdidas de flogisto. La teoría del flogisto decayó. Lavoisier demostró que la materia no se produce ni se deshace, sino que cambia de estado gracias a los procesos químicos.
Lavoisier demostró que los metales se combinan con un gas aéreo y se forman óxidos. Según él, en el aire había dos gases: uno impulsaba la quema y el otro no. Llamó oxígeno a la primera (en griego significa generador de ácidos porque creía que todos los ácidos lo tenían) y a la segunda, azoe (significa no vivo en griego, más tarde se denominó nitrógeno).
Además de realizar numerosos estudios, realizó importantes aportaciones al método y a la sistemática. Nada más iniciar sus investigaciones químicas, se percató de la importancia de la precisión de las medidas y de la necesidad de pesar reactivos y productos en cualquier reacción, desarrolló métodos de análisis... en definitiva, sentó las bases de la química moderna. También se preocupó por la nomenclatura y en 1787, con la ayuda de Berthollet y Forcroy, publicó el libro Métodos para la Nomenclatura Química. En 1789 publicó su nueva doctrina en el libro Traité élémentaire de chimie. Era el primer libro de texto moderno de química. En 1790 asumió la responsabilidad de sumar las unidades de peso y medida, y un año después la propuesta de tomar el sistema decimal salió adelante.
Economista Lavoisier
Antoine Lavoisier también realizó una importante labor política y económica. En 1768 empezó a trabajar como recaudador de impuestos en la sociedad denominada Ferme Generale, y pronto se convirtió en accionista de la sociedad. Esta sociedad tenía un acuerdo con el gobierno francés para cobrar los impuestos y mantener como ganadora a un nivel superior. En 1771 se casó con la hija de 14 años de un compañero que, con luz y gran don de relación, prestó a Lavoisier una ayuda inestimable.
Lavoisier se encargó de la recogida de la sal, el tabaco y los impuestos sobre el alcohol, y aunque impulsó políticas industriales concretas y modernizó las fábricas, ganó gran reputación. De hecho, implantó medidas muy estrictas en la fabricación de polvo de tabaco y vendió tabaco putrefacción. Además, como era el encargado de recaudar los impuestos sobre los bienes que entraban en París, rodeó la ciudad con una muralla para evitar el contrabando, pero la gente no le gustó.
Lavoisier también se ocupó del bienestar de la sociedad. En 1760 desarrolló un sistema de mejora de la iluminación de los pueblos y fue pionero en el ámbito de la salud pública.
En 1780 el periodista Jean Paul Marat le pidió su ingreso en la Academia de la Ciencia y Lavoisier abogó por negarse porque sus obras no tenían valor científico. Cuando la revolución se levantó, Lavoisier fue encarcelado. En el juicio que le hicieron Jean Paul Marate le hizo unas duras acusaciones de venganza por el problema de la Academia de Ciencias. Aunque Marat murió en julio de 1793, Lavoisier, su suegro y otros miembros de Ferme General fueron guillotinados el 8 de mayo de 1794.
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