Antes basura... y ahora publicidad espacial (I)
1993/09/01 Arregi Bengoa, Jesus Iturria: Elhuyar aldizkaria
Tanto los astrónomos como otros profesionales que se dedican al estudio del espacio tendrán que afrontar un problema relativamente grave en los próximos años. La basura espacial y la contaminación lumínica, o en general la contaminación electromagnética, pueden perder en pocos años muchos trabajos de investigación si no se toman medidas.
El problema de la basura que gira dispersa en órbitas alrededor de la Tierra es de las que se mencionan a menudo. A la hora de organizar los programas espaciales hay que tener muy en cuenta los problemas que generan estas basuras y, en definitiva, su peligrosidad para los astronautas y el utillaje. Las consecuencias más graves no son las únicas que produce toda la chatarra que gira alrededor de la Tierra. La luz que dejan los satélites y sus restos destruyen un tercio de las fotografías que se realizan desde la Tierra al cielo profundo.
Por supuesto, los instrumentos de observación existentes en la Tierra también encuentran otras fuentes de contaminación lumínica mucho más dañinas, pero quizá nadie esperaba que una de ellas pudiera ser creada por la publicidad. Sin embargo, una empresa de EEUU ha estudiado en profundidad la posibilidad de poner en órbita un tablón de anuncios. No obstante, los detalles de esta intención, la reacción de los astrónomos y, por lo general, las incidencias de la contaminación lumínica, los dejaremos para el siguiente número, en este caso nos ocuparemos de la basura.
El primer punto a aclarar es el origen de esta basura. Todavía no son más que 36 años que se inició el estudio del espacio mediante satélites artificiales. Por lo tanto, el número de espacios que se han podido poner en órbita en este periodo no parece ser suficiente para provocar problemas. Sin embargo, el riesgo se debe a la explosión y destrucción de muchos espacios. Además de los satélites que han sido destruidos de forma accidental o accidental, son aquellos que han explosionado por motivos de seguridad y con fines militares, como el programa de la llamada “Guerra de las Estrellas”. Teniendo en cuenta que se trata de la órbita más cercana a la Tierra (hasta 5.500 km), a modo de ejemplo se puede decir que la mayor explosión que se ha producido hasta ahora es la que sufrió en 1986 un lanzador Ariane. En consecuencia, se generaron 465 fragmentos de más de 10 cm y se estima que son unos 2.300 los que no alcanzan esta medida. Los fragmentos generados en una explosión se dispersan, además, en órbitas que cubren toda la Tierra durante unos cuatro años, formando una especie de hocico (ver figura).
Hoy en día son más de 10.000 los objetos de más de 1 cm en movimiento, los más pequeños son millones y los satélites en activo son sólo alrededor de 500. Alguien podría pensar que nos ocupamos de fragmentos excesivamente pequeños, pero hay que tener en cuenta que en las órbitas a las que nos referimos las velocidades de los cuerpos rondan los 30.000 km/h. Con esta velocidad un tramo de medio milímetro atravesaría el traje del astronauta y provocaría la muerte. Por otra parte, una fracción de más de 4 cm puede atravesar de lado a lado una estación espacial como MIR, formando un gran agujero que se hace inutilizable.
También se han producido pequeños choques. En 1983, por ejemplo, un fits de pintura con sólo 2 décimas de milímetro chocó al Challenger en la taquilla delantera, haciendo un cráter de 5 mm de diámetro. Por supuesto, antes del siguiente vuelo tuvieron que cambiar el cristal. Como decíamos al principio, es evidente que la puesta en órbita de un espacio debe prever y cuantificar el riesgo para evitar en la medida de lo posible. La órbita del Telescopio Espacial Hubble se encuentra a 614 km de altura, cerca de una órbita con alta densidad de basura a 800 km de altura. Por ello, en los 15 años en los que se podría vivir, la probabilidad de golpear fragmentos de basura de 10 cm o más es algo superior al 1%. En los trabajos de predicción NORAD (Comando Norteamericano de Defensa del Aire) realiza un seguimiento continuo de los objetos más grandes que giran en la órbita inferior, alcanzando los 8.000 actuales.
Pero el cuidado no es suficiente. La única vía natural de limpieza de las órbitas inferiores es la frenado débil causado por la atmósfera. D. Rex y P. Según los estudios realizados por Eichler, aunque en los próximos años se paralizara totalmente la actividad espacial, ni la mitad de la chatarra a través del espacio desaparecería. El problema puede llegar a ser muy grave si no se encuentra solución. Si la cantidad de basura es el doble o triple de la actual –y según los diferentes estudios puede ocurrir entre 20 y 50 años-, la colisión entre dos grandes satélites podría provocar una cadena de colisiones y formar un caparazón de basura impenetrable alrededor de la Tierra.
Por todo ello, ya se han tomado algunas medidas para reducir las explosiones en órbitas de entre 200 y 5.500 km y evitar el vertido de basuras, pero la única solución es poner en marcha un plan de limpieza. Los ingenieros están trabajando, pero todos sus proyectos tienen una particularidad común: son muy caros. Uno de los sistemas propuestos, utilizando transbordadores espaciales, consiste en colocar cohetes a los satélites que no trabajan para que los satélites salgan de su órbita y caigan hacia la atmósfera. Por supuesto, sería interesante que los satélites que se lanzarán a partir de ahora los lleven adheridos.
Otra propuesta es poner en órbita un disco de 10 km de diámetro de plástico. El disco no quedaría trozos de basura, pero sí suficiente frenado para que cayeran hacia la atmósfera. Esto supondría un mínimo de 20 años para realizar la limpieza. Sin embargo, la propuesta anterior se alargaría bastante, ya que hay que tener en cuenta que hay unos 700 satélites que no trabajan en órbitas accesibles.
EFEMÉRIDES DE SEPTIEMBRE SOL: comienzo del otoño, 23 de septiembre, 0 h 22 min (UT).
PLANETAS MERCURIO: aparece muy bajo y será muy difícil poder verla. Se puede ver una hora antes de amanecer. Por lo tanto, apenas hemos podido verlo. Discurre junto a Martitz. Así que como él, en pocos minutos y en muy malas condiciones.SATURNO: después de tener oposición en agosto, todavía podemos verlo en buenas condiciones durante casi toda la noche. |
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