Máquinas en el trabajo en red
2001/10/01 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria
En la historia de la humanidad, al principio no había máquinas. El hombre se valía de sus manos. De alguna manera, inventó primero los útiles y los útiles de caza, y luego los mejoró poco a poco. También inventó máquinas, al principio muy sencillas, luego más complejas. Entre otras cosas, buscaban que el hombre pueda vivir más cómodamente en todos los ámbitos, que le resulte más fácil su trabajo y que se beneficie mejor del mismo.
Las máquinas eran en un tiempo totalmente mecánicas. Siempre se necesitaba alguien alrededor de la máquina: había que alimentarla, cuidarla, pararla en caso de avería y repararla. Posteriormente se dio un gran salto: las propias máquinas llegaron a tener cierta autonomía, avisaban ante cualquier problema, pedían el material si fuera necesario y llegaban a completar el trabajo programado. Este modelo ya está dominado en muchos talleres y tareas, pero en estos momentos se están preparando los siguientes pasos para mejorar la comunicación entre máquinas.
La comunicación entre máquinas es hoy una realidad. En muchos casos, las máquinas tienen cierta inteligencia, están conectadas entre ellas y tienen una red entre ellas. Por lo tanto, eso está conseguido. Pero es más, sobre todo con dos objetivos: por un lado, poder llegar desde el exterior hasta las máquinas y, por otro, ser capaz de comunicar máquinas situadas en diferentes lugares. En ese momento aparece la palabra internet, y esa palabra en el mundo de la empresa.
El concepto de Internet puede ser válido para cualquier dispositivo o máquina con control electrónico, lavadora, ascensor, torno… Estas máquinas tienen, entre otras cosas, una característica que las iguala: llevan un control electrónico que se conduce con un microprocesador o un pequeño ordenador. Esto significa que a estos microprocesadores se les puede poner Internet a medida, por lo que desde un teléfono móvil con cualquier ordenador o Internet se puede acceder a ellas.
Por supuesto, después hay que hacer la pregunta y responder a la pregunta. ¿Afectará esto a la productividad de las máquinas? Si nos fijamos en varias áreas, hay que dar el visto bueno.
Por ejemplo, si nos fijamos en el mantenimiento, este tipo de sistemas puede suponer un ahorro importante. De hecho, ofrece la posibilidad de realizar un mantenimiento previo y remoto. Con un ejemplo se puede entender mejor la situación, por ejemplo con el mantenimiento de ascensores. La empresa que tiene instalados cientos de ascensores está legalmente obligada a realizar un seguimiento de los mismos para asegurar en todo momento su buen estado. En la actualidad, los operarios de mantenimiento, según una determinada frecuencia, tienen que visitar cada uno de los ascensores. La instalación de Internet en los ascensores permitiría a la empresa controlar los ascensores desde algún punto de la misma, no sólo eso, sino también a través de los ordenadores portátiles, como los teléfonos móviles con WAP, el acceso y control de las instalaciones.
Por supuesto, si hay que sustituir alguna pieza, al final alguien tendrá que ir hasta el lugar donde está el ascensor, pero tendrá mucho más avanzado: sabrá con exactitud la pieza a sustituir, la historia del ascensor, los problemas que tiene…
Más allá del mantenimiento, las telecomunicaciones pueden jugar un papel importante en las tareas de ajuste de las máquinas. Esto, por ejemplo, es evidente al comprar un nuevo electrodoméstico. El vendedor puede explicar al comprador por Internet cómo poner en marcha el nuevo electrodoméstico, cómo utilizarlo, cómo solucionar los pequeños problemas que puedan surgir, etc.
En las empresas la situación es muy similar. Hasta que se compran nuevas máquinas y se ponen en marcha, hay un proceso que hay que completar. En la mayoría de estos casos es necesario realizar labores de asesoramiento, proceso de formación de los operarios que van a trabajar con la máquina y, en muchos casos, adaptar la propia máquina al proceso productivo concreto. En la actualidad, todo este proceso se complementa con la incorporación de algún experto enviado por el vendedor, sobre todo cuando las máquinas —fresas, tornos…— son de gran valor y entran en procesos productivos complejos. El coste de la tenencia de alguna persona o grupo en estos trabajos es elevado y puede ser evitado si existe la posibilidad de realizar asesoramiento informático remoto.
Internet en máquinas
Para poder comunicarse con las máquinas puede ser suficiente con un PC y un módem, ya que no se requiere ninguna aplicación especial. Las conexiones se pueden realizar actualmente a través de GSM, se podrán realizar en breve a través de GPRS y se espera que en unos años se pueda realizar a través de UMTS. Las conexiones a través de la telefonía clásica, mediante cable, también están ahí, y más adelante se podrá utilizar la fibra óptica. Por lo tanto, las vías de conexión pueden ser muchas, pero en la base está la misma idea de hacer conexiones económicas entre máquinas y máquinas utilizando la tecnología actual, es decir, conexiones a través de Internet con coste de llamadas locales.
Sin embargo, las Internet y las máquinas convencionales no suelen ser iguales, pueden ser pero no lo son. Hoy en día, los ordenadores personales son máquinas de cierta capacidad, capaces de procesar y almacenar muchos datos con rapidez. El mercado también es amplio y muchos productos se fabrican en función de estas características de los PCs. En el caso de los controles electrónicos de las máquinas se observa de todo. Tanto el mecanizado como las máquinas herramientas numéricas, por ejemplo, al tener que utilizar un montón de datos, la mayoría provienen del PC. Pero si las máquinas son más pequeñas, la complejidad de los componentes electrónicos que contienen es mucho menor. Lógicamente, en estos casos, al no poder utilizar productos desarrollados específicamente para los PCs, es necesario realizar componentes a medida, incluyendo Internet a medida.
En Euskal Herria se están realizando varios trabajos de este tipo. En Ikerlan, por ejemplo, una de las tareas es esa. “Nosotros utilizamos los microprocesadores existentes en el mercado y desarrollamos las aplicaciones que van a funcionar dentro de este microprocesador para poder realizar la conexión a Internet. A mayor número de aplicaciones, este microprocesador estará más cerca de los PCs habituales y, por tanto, el Internet que se va a poner a la máquina estará más cerca de la red de Internet tradicional. Cuando se necesitan menos aplicaciones, reducimos Internet y los servicios que se pueden ofrecer a través de ella”. Se trata, por tanto, de desarrollos a medida y productos a medida, aunque con estándares que cumplen todos los estándares de Internet pero que no ofrecen todos los servicios. Depende del cliente.
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