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Otra vía para la vacunación de la malaria

2002/08/28 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Los investigadores llevan tiempo trabajando para conseguir la vacuna de la malaria. Pero los resultados no han sido tan buenos como se esperaba y la malaria ha causado la muerte de miles de personas al año. Es evidente, por tanto, la necesidad de una vacuna.

La función de las vacunas es mantener el sistema inmune del cuerpo preparado para la infección. Para ello, buscan una sustancia que produce anticuerpos específicos. Normalmente las pruebas se realizan con proteínas del parásito que produce la malaria: aunque las proteínas no causan ningún daño, promueven la producción de anticuerpos, de manera que cuando el parásito entra en el cuerpo la respuesta inmune está lista.

En teoría no parece tan difícil, pero el problema no es lento; el parásito Plasmodium falciparum puede expulsar más de 5.000 proteínas y muchas tienen la capacidad de cambiar su aspecto. Además, en cada estadio del ciclo de la vida tiene unas proteínas u otras en la piel. Por ello, las vacunas no siempre son efectivas.

Ahora, en su intento por conseguir la vacuna de la malaria, el inmunífugo Michael Good y su equipo, del Instituto Queensland de Australia, han seguido otro camino. Los investigadores han abandonado la respuesta inmune a través de anticuerpos y se han centrado en la función de los linfocitos T. Estas células del sistema inmune, tras el contacto con el parásito, son capaces de detectar y destruir los glóbulos rojos infectados por el parásito. Por tanto, los investigadores han buscado y encontrado una manera de fomentar la producción de linfocitos T y han publicado sus resultados en la revista
The
Lancet.

Durante la investigación se han utilizado los glóbulos rojos de las personas contaminadas con una variante de Plasmodium falciparum que se cura fácilmente con medicamentos. Estos glóbulos rojos son introducidos en la sangre a otras cinco personas, a la vez que reciben un tratamiento antimalaria.

Las cinco personas que han participado en el estudio no han presentado ningún síntoma de malaria. Junto a la primera punción, el ADN del parásito aparece en alto en su sangre. Pero han sido vacunados tres veces más y en la cuarta han visto que el ADN del parásito ha desaparecido. En consecuencia, han demostrado que su sistema es eficaz. Además, los investigadores han confirmado que el parásito ha sido combatido por linfocitos T y no por anticuerpos.

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