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Besos para científicos

2008/04/15 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

¿Qué son los besos para los científicos? Al igual que para el resto de personas, los besos para los científicos son expresiones de amor y también fuente de placer, gestos amorosos o portal de relaciones sexuales... Pero además de todo esto, los besos para los científicos también son un tema de estudio atractivo.
Las madres chimpancés dan comida masticada a sus crías, de boca a boca.
A.Fischer

Desde hace tiempo los investigadores han tratado de explicar por qué nos besamos. Una de las preguntas que quieren responder es: ¿aprendemos a besar o es natural? De hecho, a pesar de que el 90% de la población acostumbra a besarse, en algunas culturas no besan en los labios y muestran el amor y la estima de otra manera.

Sin embargo, la costumbre de besar a nueve de cada diez personas de todo el mundo hace pensar que se trata de una característica o comportamiento propio de la especie humana, algo que la mayoría de los científicos consideran. Así, se analiza de dónde surgió la evolución. Por ejemplo, en la década de 1960, el prestigioso zoólogo Desmond Morris, analizando el comportamiento de los primates, propuso que el beso proviene de la costumbre de las madres de dar comida a los críos.

De hecho, las madres chimpancés dan comida masticada a sus cachorros, de boca a boca, y para ello los labios de una se juntan con los de la otra. Tal vez después, la unión de los labios se convirtió en una forma de tranquilizar a las crías hambrientas y con el tiempo se convirtió en un gesto de amor y protección. Según Morris, esta especie de beso entre la madre y el cachorro parece haberse extendido en los humanos para expresar otros tipos de amor.

Fuente de información

Los investigadores han analizado de dónde surgió el beso en la evolución.

El hombre, además, no es la única especie que besa. Los bonobos son primates similares a las personas en muchos aspectos y tampoco se distinguen mucho de las personas: En San Diego (EEUU), un bonobo recién traído al zoo despidió al cuidador del zoo con un beso profundo.

Según los científicos, los besos son una forma eficaz de intercambiar información y tienen gran importancia a la hora de elegir pareja. Esa puede ser la clave para que el beso aparezca en evolución (y avance). Y es que las personas reciben más información de lo que esperaban a través de los besos: olfativa, táctil, actitudinal... y todos ellos, juntos, son signos decisivos de si una persona es apropiada o no para la otra.

Física y Química

En los besos no todo es cuestión de física, la química también tiene sitio

En los besos no todo es cuestión de física, la química también tiene sitio. Muchos animales y plantas utilizan feromonas para comunicarse con otros miembros de la misma especie. Los insectos, por ejemplo, arrojan feromonas para advertir del peligro, informar de dónde está la comida o mostrar atracción sexual.

Además de los insectos, también algunos mamíferos detectan feromonas, como ratones y cerdos. Para ello disponen de un órgano especial entre la boca y la nariz, el órgano bomeronasal. Y está claro que tiene una función: en las granjas de cerdos se utilizan feromonas de palangre para sincronizar el celo de las hembras. Sin embargo, no está claro si los seres humanos también pueden detectar feromonas.

De hecho, las personas carecen de órganos bomeronasales; sin embargo, algunos investigadores creen que tienen la capacidad de detectar las feromonas, y gracias a la nariz, precisamente. Esto explicaría, por ejemplo, por qué se sincronizan las menstruaciones de las mujeres que conviven o por qué las mujeres prefieren camisetas que huelen a los hombres compatibles con su sistema inmunológico.

De ser así, los besos serían una forma inmejorable de intercambiar feromonas. Asimismo, los investigadores han estudiado la danza hormonal que producen los besos, su influencia en el cerebro y otros órganos, y otros aspectos biológicos, fisiológicos y neurológicos. Pero todavía los besos no han perdido el misterio, ni para los científicos ni para todos.


Publicado en Deia

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