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Inventan la detección de rechazo de órganos mediante análisis de sangre

2011/04/17 Lakar Iraizoz, Oihane - Elhuyar Zientzia

A pesar de que permite a los destinatarios sobrevivir, el trasplante de órganos se convierte en algo que debe ser controlado a lo largo de toda la vida. En Estados Unidos se ha ideado una forma de facilitar este control.
Además de ser una oportunidad única para sobrevivir, el trasplante se convierte en algo a controlar durante toda la vida (Foto: Alan Turkus).

La recogida de trasplantes de órganos permite a los pacientes sobrevivir. Sin embargo, para ellos se convierte en algo a controlar a lo largo de toda la vida. Su cuerpo puede actuar contra el órgano que ha sido introducido desde el exterior y se ven obligados a interrumpir el ataque para no llegar a la pérdida del órgano. A su vez, tienen que realizar revisiones periódicas para controlar si el órgano sigue protegido. Investigadores de la Universidad de Stanford han propuesto una forma de facilitar este control en Estados Unidos: han inventado una forma de conocer el cuerpo mediante un análisis de sangre que se está llevando a cabo contra el órgano recibido.

En la actualidad, el proceso utilizado para determinar si se ha producido un rechazo es muy costoso. Ocupan directamente fragmentos del órgano trasplantado (es decir, realizan biopsias), lo que es muy frecuente: en un primer año después del trasplante, al menos doce biopsias, y en los siguientes cuatro años otros dos o tres.

Aproximadamente el 40% de quienes reciben trasplantes rechaza el órgano durante el primer año. En definitiva, el cuerpo responde como ante cualquier otro cuerpo extraño que entra por fuera. Declara que todos los cuerpos extraños son nocivos y pone a trabajar contra ellos el sistema inmunitario. Por ello, los especialistas buscan los receptores más adecuados para los órganos dispuestos para su trasplante. Es decir, tratan de que donantes y receptores tengan las mayores similitudes posibles para evitar en la medida de lo posible el ataque del sistema inmunitario.

Cuando el ADN del donante es igual o superior al 3% del total del ADN sanguíneo, pueden existir problemas de rechazo. (Foto: Photoxpress).

No obstante, también mediante fármacos ayudan a romper esta reacción corporal espontánea y suministran a los pacientes trasplantados medicamentos que frenan la respuesta del sistema inmunitario.

A pesar de todas estas medidas, en ocasiones se produce una recusación del órgano por parte del cuerpo. En estos casos es importante detectar lo antes posible los síntomas de rechazo, ya que es más fácil combatirlos. Por eso se realiza un seguimiento tan estrecho después de los trasplantes.

Restos de rechazo en sangre

Además de en el órgano trasplantado, investigadores de la Universidad de Stanford sospechaban que podía haber indicadores de rechazo en sangre. De hecho, cuando se produce el rechazo, las células del órgano trasplantado mueren lentamente y los fragmentos de ADN entran en la sangre del receptor. De hecho, siempre aparece en la sangre un poco de ADN del órgano, pero cuando se produce el rechazo su nivel aumenta.

Ya se habían dado cuenta de que ese efecto se producía. Este mismo grupo de investigadores descubrió hace años que en las mujeres que recibían órganos masculinos aparecía ADN masculino en sangre. El cromosoma que separa a mujeres de hombres, el cromosoma Y masculino, fue detectado en la sangre de estas mujeres. Y comprobaron que la cantidad de cromosoma Y aumentó en los casos en los que las mujeres rechazaron el órgano recibido.

Al igual que en los estudios forenses, desde una muestra de sangre se puede conocer la proporción de ADN que corresponde al paciente y al receptor (Foto: NHGRI).

Con el objetivo de generalizar este test y no sólo sirviera para las mujeres que han recibido órganos masculinos, pensaron acudir a técnicas de separación entre personas. Al igual que en pruebas de paternidad, homicidios y otros estudios forenses, se tomaron muestras de sangre a las personas que recibieron trasplantes y se analizó si el ADN de la misma es propio o del órgano. Así, comprobaron que cuando el ADN del donante es inferior al 1% del total de ADN sanguíneo, no hay problema. Un aumento del 3-4% indica que el receptor está rechazando el trasplante.

Es más, los investigadores señalan que pronosticaron que en los casos estudiados se produciría un rechazo más rápido que con las biopsias. El ADN de las células muertas comienza a acumularse en la sangre antes de que los síntomas del rechazo aparezcan en el órgano.

Sin embargo, no se identificaron todos los rechazos, sino que un 17% de los casos se declararon fallidos. Se trata, por tanto, de una técnica que aún debe ajustarse y que requiere más ensayos y ensayos, pero los investigadores están convencidos de que puede tener un gran potencial. Otros expertos que no han participado en la investigación, como el director de la unidad de trasplantes del Hospital General de Massachusetts, han señalado que se trata de una noticia prudente, pero que es bueno idear y desarrollar formas de biopsias.

Publicado en Ortzadar

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