Heridas sin cicatrices con botox
2006/10/22 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia
De hecho, el botija es una toxina producida por la bacteria Clostridium botulinum. La bacteria se encuentra en el suelo, el agua y el fango, mientras que la toxina se puede formar en conservas de comida mal hechas. Si este alimento no se calienta bien, existe el riesgo de intoxicación.
La toxina es muy fuerte: un millón o menos de un gramo es suficiente para matar a una persona. La toxina, entre otras cosas, paraliza los músculos, impidiendo respirar y provocando el riesgo de que la persona intoxicada muera asfixiada.
Pero como muchos otros productos tóxicos, en medicina se utiliza el botxo en beneficio de los pacientes. Fue utilizada por primera vez en 1977 para tratar el estrabismo. El estrabismo se debe a la hiperactividad de los músculos que mueven el globo ocular, por lo que el ojo no puede mirar correctamente. Mediante la inyección de la dosis adecuada de botox, los músculos quedan paralizados, lo que permite al paciente mirar a un punto concreto. Posteriormente, los médicos han visto que también es apropiado para tratar la torticolis, los espasmos y la sudoración o salivación.
Cerrando heridas
Ahora, los investigadores de la conocida clínica Mayo le han encontrado otra aplicación: ayudar a cerrar heridas. Las cicatrices producidas por las heridas afectan de forma importante a la calidad de vida de algunos pacientes, especialmente si están en la cara. Algunos de estos efectos son funcionales: impedir el correcto cierre o apertura de los ojos, evitar comer bien o hablar... Otros son psicológicos y en casos graves pueden llevar a la depresión.
Con estas conclusiones, todos los médicos intentan cerrar las heridas lo mejor posible. Para ello, otorgan puntos para llevar la piel próxima a la herida al centro, de manera que la herida no es tan ancha y es menor que la que se produciría al dejar la herida cicatricial cerrada por su cuenta.
Sin embargo, algunas heridas son especialmente difíciles. Por ejemplo, en las heridas que se producen en accidentes de tráfico y en las provocadas por mordeduras de perros, es habitual que las heridas no sean paralelas a los músculos. En estos casos, la tensión muscular hace que queden manchas grandes y notables.
Para relajar la tensión
Los investigadores de la clínica Mayo han demostrado que el botonera es especialmente beneficioso en este tipo de heridas. De hecho, la botella paraliza los músculos. Por lo tanto, los músculos de la cara no pueden contraerse y la piel queda muy suave. Esto permite cerrar la herida casi sin dejar rastro.
Herida en la frente de los voluntarios que participaron en el experimento de la clínica Mayo. Algunos voluntarios fueron víctimas de un accidente de coche y otros fueron víctimas de una biopsia para el diagnóstico del cáncer. Los investigadores utilizaron la dosis utilizada en las operaciones de estética con los pacientes, con resultados muy satisfactorios.
Sin embargo, la organización que regula el uso de medicamentos en Estados Unidos todavía no ha aprobado el botoncito para este uso. Previamente, los investigadores deberán realizar más pruebas.
Y ese es el objetivo de la clínica Mayo: realizar una tercera fase de pruebas clínicas para determinar las dosis y los usos adecuados. Si todo sale bien, además de eliminar las arrugas, se permitirá el uso de la botonera de cierre de heridas, ya que los límites entre estética y salud no son del todo claros.
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