Evolución de la población
2002/07/01 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria
Las Naciones Unidas estiman que en los últimos 15 años la población mundial ha aumentado en más de 1.000 millones de personas. De hecho, la población nunca ha crecido tanto como el siglo pasado; desde que hace 10.000 años se desarrolló la agricultura, el 75% del crecimiento total de la población se ha producido en el 1% del tiempo.
XX. A comienzos del siglo XX había alrededor de 1.500 millones de personas en todo el mundo, en 1927 eran 2.000 millones, en 1960 eran 3.000 millones, en 1974 eran 4.000 millones, en 1987 eran 5.000 millones y en 1999 la población alcanzó los 6.000 millones. Es decir, el siglo pasado la población humana se multiplicó por cuatro, y además casi la mitad de la población mundial no ha cumplido aún los 25 años.
La población humana está creciendo a una velocidad vertiginosa, con el consiguiente aumento en el consumo de energía y recursos naturales, lo que hace que el impacto ambiental sea cada vez más acusado. En muchos lugares, el daño causado por el ser humano ha superado la capacidad de renovación del medio ambiente y algunos creen que la situación no es reversible. Todo ello ha propiciado que el crecimiento de la población haya recibido la atención de expertos desde hace tiempo.
El último trabajo publicado en mayo en la revista Science ha levantado polvos. En el artículo, Jim Oeppen y James W. Los investigadores demográficos Vaupel han afirmado que la esperanza de vida del hombre se está alargando más de lo previsto. No sólo eso: a la vista de los datos históricos, se ha alargado de forma continua y lineal, y en el futuro no parece que vaya a cambiar la tendencia, sino que parece que la esperanza de vida se alargará casi sin límites.
El futuro de la humanidad a debate
El artículo ha recibido respuestas de todo tipo y, desde el más optimista hasta el más pesimista, se han publicado muchas opiniones sobre el futuro de la población. De hecho, la predicción demográfica exige tener en cuenta un gran número de factores y muchas veces no se sabe qué va a pasar con aspectos decisivos. Por citar sólo uno, los cálculos varían mucho en función de la evolución previsible del sida.
Es evidente, por tanto, que las expectativas de los expertos son muy diferentes desde el punto de vista. A grandes rasgos, el punto de vista de la derecha liberal suele ser positivo. Según ellos, el crecimiento de la población no supone ningún riesgo. Si bien desde la década de los 80 la población ha crecido por habitante en mayor medida que las tierras agrícolas, los avances técnicos esperan superar este problema. La ingeniería genética supone un aumento de la productividad de los terrenos, lo que redundará en un fortalecimiento de la economía rural. A la vez, según la educación llegue a todas las mujeres, las tasas de fecundidad disminuirán. Al final, creen que la diferencia entre sociedades ricas y pobres desaparecerá y creen que la Tierra tiene una capacidad casi ilimitada de adaptación en materia de calentamiento climático. De lo contrario, la ciencia omnipotente acertará alguna solución.
Sin embargo, teniendo en cuenta el otro extremo, la ciencia no conseguirá remediar lo que el hombre había equivocado. En el África Subsahariana se prevé que la población se triplicará y se duplicará en el sur de Asia, por lo que si la situación es ya mala, luego empeorará y se espera que en esas zonas se extienda el hambre y el desastre. Peor aún: además de la desnutrición, el crecimiento de la población provocará desequilibrio entre países, violencia y guerras, desastre ecológico, falta de recursos, pérdida de biodiversidad y contaminación del medio ambiente. Los desastres naturales, como las inundaciones, serán también más dañinos que ahora, ya que obligará a la gente a vivir en lugares inadecuados.
Ya han existido teorías de base sólida que preveían el declive de la humanidad. Por ejemplo, el XVIII. A finales del siglo XX Thomas Robert Malthus anunció que el ser humano estaba reproduciendo más rápido que la comida y que en el futuro habría que reducir la población mediante el hambre, la enfermedad, la guerra o las medidas apropiadas (al no utilizar los anticonceptivos tanto como en la actualidad en aquella época, estas medidas se limitaban a tener menos matrimonio). Mucho antes, II. En el siglo XX, Tertuliano pensaba algo parecido, ya que se preguntaba si las plagas, el hambre, las guerras y los terremotos no serían un remedio para limitar la población y por tanto beneficiosos para los países.
Sin embargo, no es de extrañar que Malthus esté tan preocupado por la explosión demográfica que se produjo en aquella época en Inglaterra. Después de la Segunda Guerra Mundial, la natalidad también aumentó en Europa y entonces volvieron a aparecer preocupaciones de este tipo. De hecho, periódicamente aparece la idea de que la población se extinguirá cuando llegue a un límite.
Influencia de los avances científicos en la población
Después se ha visto que Malthus estaba equivocado y desde entonces se han dado otras visiones. Entre ellos, Edward S despertó gran interés. La del científico Deevey y su propuesta sigue siendo considerada. En 1960 publica en la revista Scientific American un artículo que explica el tamaño de la población humana desde el principio de la especie. En el análisis aparecían tres grandes subidas que correspondían a una importante revolución técnica. La capacidad de manufactura de los instrumentos, la extensión de la agricultura y el desarrollo industrial fueron, respectivamente, los factores que impulsaron el crecimiento de la población. Cada una de ellas permitió el acceso a recursos que antes no utilizaba el ser humano, lo que supuso un inicio exponencial de la población. Después de cada fase de crecimiento, explicó que había una etapa de estabilidad.
El hombre empezó a fabricar aparatos hace un millón de años y en esa época la población pasó de 150.000 a 5 millones. En los próximos 8.000 años, a medida que las laderas y los animales domesticaban y se desarrollaban la agricultura y la ganadería, la población creció 100 veces. En la actualidad, cuando sólo han transcurrido 300 años desde el inicio de la revolución científica e industrial, la humanidad ha batido el récord de 600 millones de euros y la proyección de Deevey prevé duplicar o triplicar la población antes de que el crecimiento se estabilice.
En cualquier caso, el crecimiento nunca ha sido constante; las civilizaciones, al máximo nivel, se han derrumbado una tras otra. Las causas han sido variadas, pero entre ellas hay que mencionar las enfermedades, que provocaron enormes mataciones en momentos concretos. Una de las peores fue la peste negra que azotó toda Europa en la Edad Media. La epidemia originada en Asia penetró y se extendió por los puertos mediterráneos hasta el norte, provocando la muerte de un tercio de la población europea entre 1346-1353, lo que supone unos 25 millones de habitantes, mucho más que cualquier otra enfermedad o guerra que existiera. En otro continente, América, XVI. La mayor masacre ocurrió en el siglo XX. De hecho, las enfermedades llevadas a cabo por colonizadores europeos provocaron el declive de la población local. Los más perniciosos fueron el viruela y el sarampión, que influyeron más que las armas en la conquista de América.
Crece más lentamente
En la actualidad, los avances en medicina y las medidas higiénicas han permitido que el estado de salud del ser humano sea mejor que nunca, lo que ha supuesto no sólo un aumento importante de la esperanza de vida, sino también una disminución importante de la mortalidad infantil. Desde 1950 la esperanza de vida media ha pasado de 46 a 66 años. Por otro lado, a medida que se van ampliando la información y los medios, cada vez son más las mujeres y los hombres los que tienen la capacidad de decidir cuántos hijos tienen. Sin embargo, todavía unos 1.000 millones de personas, una de cada seis, viven en la pobreza.
En los países desarrollados y en vías de desarrollo, la tasa de natalidad ha disminuido, con lo que el crecimiento de la población se está ralentizando. China lleva tiempo implantando su política de un solo niño, y en los países en vías de desarrollo de Asia, África y Sudamérica, desde la constitución del Fondo de Población de las Naciones Unidas en 1969, la tasa de natalidad se ha reducido a la mitad, casi de seis a tres hijos por mujer. En otros 61 países, el número de nacimientos por mujer es igual o inferior a 2,1 hijos, por lo que no se garantiza la continuidad de la población y se espera un descenso de la población. Estados Unidos es el único país desarrollado en el que la población crece debido principalmente a la inmigración.
Sin embargo, el número de nacimientos anuales apenas ha disminuido desde el máximo alcanzado hace una docena de años, cuando nacieron más niños que nunca, unos 86 millones. De hecho, la mayoría de la población mundial se encuentra en una edad ideal para reproducirse, de la que más de mil millones tienen entre 15 y 24 años. Por su parte, en 62 países de África, Asia y Sudamérica, más del 40% de la población es menor de 15 años. Así, el 95% del crecimiento de la población se produce en países en vías de desarrollo, sobre todo en los países subsaharianos y en algunas zonas del sur y oeste de Asia.
De hecho, los países con mayor tasa de crecimiento son también los más pobres, por lo que no pueden prestar servicios básicos ni trabajo a tanta gente joven. Por ello, se espera que se dirijan hacia países desarrollados y que, de paso, estos países que acogen a emigrantes logren su ‘rejuvenecimiento’, ya que en los últimos años cada vez son más antiguos. El País Vasco es uno de los países más envejecidos, con una de las tasas de natalidad más bajas del mundo y una de las más largas de vida. No se puede negar que la migración entre países será decisiva en la política social y en las relaciones de la población.
El SIDA
Por otro lado, está por ver la influencia del SIDA en la evolución de la población. Por el momento, en África, sobre todo, se están muriendo más personas de las que inicialmente los expertos pensaban: La mayoría de las muertes en los países subsaharianos son debidas al sida. No hay que olvidar que las causas y efectos del sida están directamente relacionadas con el bajo nivel de desarrollo (pobreza, desnutrición, otras enfermedades sexuales, relación de dependencia entre hombres y mujeres...). En muchos lugares, el SIDA ha anulado lo conseguido con el trabajo de muchos años, tanto en lo que respecta a la reducción de la mortalidad infantil como a la prolongación de la vida. Por ejemplo, la supervivencia en 29 países africanos es siete años menor que si no hubiera sida. Además, se sospecha que algunos países ocultan datos y la situación real es aún más grave. Ante esta situación, las Naciones Unidas han advertido de que si no se adoptan medidas inmediatas para evitar la contaminación del sida, se puede esperar un desastre enorme y que la aplicación de estas medidas requerirá de un apoyo internacional.
Riesgo de agotamiento de recursos
El crecimiento de la población y el consumo desmesurado están provocando que la presión que los recursos hídricos y terrestres están experimentando, día a día, aumente. A principios de siglo, la quinta parte más rica de la población consume 66 veces más materiales y recursos que la quinta más pobre. Respecto a 1950, las plantaciones de cereales por persona han disminuido en un 50% y hay una docena de años en los que la producción de cereales ha permanecido intacta. Por otro lado, la falta de agua también preocupa: según los últimos estudios, para el año 2050 una cuarta parte de la población no dispondrá de agua dulce suficiente.
Desgraciadamente, no son los únicos problemas medioambientales, ni mucho menos. Los grupos ecologistas que trabajan en todo el mundo denuncian que las pesquerías y los bosques están siendo explotados en exceso, a sabiendas de la cantidad de especies animales y vegetales que desaparecen en el año y parece que el clima se está calentando. Mientras se descubren nuevas fuentes de energía, el ser humano sigue utilizando combustibles fósiles y contaminando el medio ambiente.
Algunos creen que en este siglo será necesario tomar una decisión ineludible: dar cabida al hombre y a sus actividades, es decir, cuántas especies y cuántos ecosistemas están dispuestos a destruir.
La altura humana, reflejo del bienestar El bienestar de la sociedad influye en lo individual, reconociendo que la altura media está directamente relacionada con la alimentación y la salud. Analizando la altura del ser humano a lo largo de la historia, queda claro que los avances en la alimentación y la salud no han sido constantes, sino todo lo contrario: a lo largo de la historia se observan importantes retrocesos. Robert W. El geógrafo Kates analizó los esqueletos masculinos de diferentes épocas, observando que la altura ha sufrido variaciones significativas. Según los datos aportados por Kates, la altura media de los cazadores-recolectores que vivían en el este del Mediterráneo hace entre 30.000 y 9.000 años era de 178 cm. Hace entre 5.000 y 3.000 años, los primeros campesinos del mismo lugar sólo medían 160 cm. Su alimentación se basaba en cereales y el trabajo agrícola era duro y laborioso, pero con el tiempo la situación mejoró y se desarrolló la técnica. Esto permitió a los agricultores de 1.350-1.150 años capturar 175 cm. La altura volvió a descender al comienzo de la era industrial (hace 125 años) y los hombres de aquella época medían 170 cm. Los estadounidenses actuales no son mucho más altos. |
¿Cuántos somos en Euskal Herria? El País Vasco ha experimentado a lo largo de la historia importantes cambios en su población. Para ver que esto es así, basta con fijarse en los últimos 150 años. En 1851 la población de los siete territorios de Euskal Herria no alcanzaba los 900.000 habitantes. La mitad de ellos residían en los territorios que actualmente integran la Comunidad Autónoma del País Vasco, cerca de 300.000 en Navarra y el resto en Iparralde. En la actualidad somos 2 millones más. El mayor crecimiento se ha producido en la CAPV, con un millón y medio de habitantes más elevados, mientras que ha sido más lento en el País Vasco Norte, con tan sólo 100.000 habitantes más. En Navarra, por último, hay 240.000 habitantes más que entonces. Para explicar los cambios que se han producido en este tiempo es necesario tener en cuenta los movimientos sociales y económicos. XIX. En el siglo XX, mucha gente abandonó Euskal Herria y emigró a América, mientras que en el XX, con la llegada de inmigrantes, el crecimiento fue espectacular. Esta explosión demográfica fue especialmente patente en la CAPV: Entre 1950 y 1975 la población pasó de 1.051.000 a 2.073.000 habitantes, es decir, en 25 años la población se duplicó. Además, esta duplicación tuvo lugar en los tres territorios. La revolución industrial cambió el estilo de vida y afectó directamente a la demografía. Sin embargo, la evolución demográfica en Iparralde ha sido muy diferente. Mientras los territorios del Sur recibían trabajadores, la gente del Norte se dirigió a París y a otros países industrializados, algo que sigue sucediendo. Así, la población de Baja Navarra y Zuberoa está perdiendo desde 1851, con 20.000 y 9.000 habitantes menos, respectivamente. |
Dispersos por el mundo, ¿hasta qué punto?
La distribución de los seres humanos en la superficie terrestre es desigual, en algunos lugares se acumula y en otros, prácticamente nadie vive. Las zonas con hielo permanente (Polos Norte y Sur), los grandes desiertos (Sahara, Kalahari, Atacama), las altas cadenas montañosas, algunos ‘desiertos verdes’ de África y Amazona son lugares sin poblar. A pesar de ello, existe una gran diferencia de densidad humana: el 75% de la población se concentra en el 10% de las tierras flotantes. La mayor parte de la población (90%) vive en el hemisferio norte, el 80% por encima del Trópico de Cáncer y el 50% en latitudes entre 20-45º N.
De hecho, la mitad de la población se concentra en Asia oriental y monzónica, es decir, en tierras de Pakistán a Japón. Salvo Japón y Taiwan, son países pobres, poco industrializados. Seis de ellos tienen más de 100 millones de habitantes: China, Pakistán, India, Bangladesh, Indonesia y Japón, respectivamente. Cabe destacar también la presencia de megalópolis o ciudades gigantes como Pekín, Kanton, Hong Kong, Seul, Tokio, Osaka, Nagoya... En caso contrario, fuera de estos lugares, Asia no tiene una densidad de población demasiado elevada.En cuanto al resto de continentes, África tampoco está muy poblada, ni América, y a excepción de algunas zonas de Europa, tampoco puede decirse que este continente tenga una alta densidad. Por último, la densidad de Oceanía en general es muy baja.
A la vista de la ubicación de los grupos humanos, queda claro que el clima tiene una gran influencia; el ser humano, además de elegir el lugar más apropiado o sostenible para sí mismo, tiene que ser también idóneo para la agricultura y la ganadería. Por eso ha elegido las costas y los márgenes de los ríos. Sin embargo, el excesivo crecimiento de la población y el cambio de estilo de vida obligan a los seres humanos a ocupar lugares que antes no serían los adecuados.
Nota: Para ver esta imagen puedes ir al pdf.Gai honi buruzko eduki gehiago
Elhuyarrek garatutako teknologia