Enfermedades sexuales: aquí todavía
2014/09/01 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria
Vergüenza, miedo, ignorancia... son palabras con las que algunos asocian enfermedades sexuales. Arantxa Arrillaga Arrizabalaga, sin embargo, utiliza mucho más las palabras de prevención, tratamiento y progreso al tratar el tema. Arrillaga es uno de los responsables del Plan de Sida e Infecciones de Transmisión Sexual de Osakidetza, y aunque habla sin pánico, entiende que algunos tienen miedo al tema. En su opinión, todavía hay tareas en este ámbito.
De hecho, si bien los datos de las nuevas infecciones por VIH se han estabilizado, en los últimos años las infecciones por otras enfermedades de origen sexual han aumentado considerablemente. Esto demuestra que la situación no es relajante. Sin embargo, según la sexóloga Aitziber Estonba Mintxero, pocas personas manifiestan públicamente su preocupación por estas enfermedades, ni siquiera ante la experta. "Para muchos sigue siendo un tabú o un tema difícil de hablar".
En Osakidetza desde hace 17 años se comenzaron a recoger de forma sistemática los datos de los enfermos de sida y las nuevas infecciones por VIH. Esto permite analizar la evolución del sida y las infecciones por VIH. Así, se observa que es el primer año de recogida de datos en el que se producen las mayores infecciones de VIH en 1997. De hecho, registraron 229 casos. Desde entonces, a pesar de las pequeñas fluctuaciones que se han producido a lo largo de los años, el 2013 fue el año en el que se registraron menos casos: 143 nuevas infecciones.
Arrillaga ha explicado que tan importante como conocer el número de casos es conocer cómo se han producido las infecciones, lo que les permite saber dónde deben prestar especial atención y cómo deben actuar en la prevención. De hecho, además del trabajo epidemiológico, realizan planes de prevención dentro del Plan de Sida e Infecciones de Transmisión Sexual de Osakidetza, y también trabajan en el ámbito clínico, ya que se encarga de coordinar el trabajo que se realiza en las unidades de enfermedades infecciosas de los hospitales.
Por lo tanto, viendo la tendencia de los últimos años, Arrillaga cree que tienen motivos para pensar que van "por el buen camino", "parece que las planificaciones son adecuadas y que la información llega a los destinatarios", ha subrayado. Y al decir esto, se refiere a infecciones por VIH: "Y es que, aunque registramos también casos de sida, esta información no es tan representativa, ya que desde el desarrollo de los tratamientos antirretrovirales se han reducido considerablemente los casos".
Por el contrario, ha considerado de gran interés otro dato, el medio de transmisión del virus, ya que su evolución ha sido "muy significativa", según Arrillaga: "En los primeros años, hasta finales de la década de 1990, la transmisión del virus se asociaba a jeringas de inyección de drogas. Poco a poco, las relaciones sexuales se convirtieron en la principal vía de transmisión del virus y hoy en día, en nueve de cada 10 casos, es la vía de transmisión del virus".
En los últimos años, además, se asocia de forma significativa a determinadas prácticas: "la mayoría de los nuevos infectados son hombres que han tenido relaciones sexuales con hombres". En concreto, en 2012 el 56% de las nuevas infecciones se debieron a esta causa, lo mismo que ocurrió el año pasado. Según Arrillaga, esta incidencia es desproporcionada, ya que las personas que tienen esta práctica son mucho menos que la mitad de las que tienen relaciones sexuales. "Por eso en estos momentos nos preocupa especialmente".
Datos, conclusiones y medidas
Además, Arrillaga advierte que en este mismo grupo se están dando otras infecciones, sobre todo sífilis y gonorrea. Ambas son producidas por bacterias (la primera es causada por la bacteria Treponema pallidum y la segunda por Neisseria gonorroheae), que se curan con facilidad mediante antibióticos y el preservativo es eficaz para evitar la contaminación. Sin embargo, si no se tratan, se trata de enfermedades graves que, además, son fácilmente transmisibles por vía sexual sin medidas preventivas.
Según Arrillaga, tanto la sífilis como el gonorrea han aumentado tanto entre estas personas, ponen de manifiesto la existencia de lagunas. Junto a ello, los datos muestran otras pinceladas: "Existen tres consultas específicas de enfermedades por vía sexual, una en cada territorio. Para facilitar su acercamiento, atienden directamente a los pacientes, es decir, no tienen que acudir al médico de cabecera. Además, son anónimos, es decir, no se registran en Osakidetza. Ahora también está cambiando".
La situación legal de las personas inmigrantes, la informatización de las consultas y otros factores están dificultando el acceso de las personas que lo necesitan a estas consultas especiales. Sin embargo, como siguen siendo de acceso directo y anónimos, Arrillaga ha contado que hacen trabajo de centinelas. "Esto nos permite conocer la evolución que están experimentando las enfermedades sexuales, tanto cuantitativamente, es decir, tanto cualitativa como cualitativamente, las características de los pacientes. Luego estos datos nos son muy útiles para adaptar los planes".
De momento, los datos parecen "preocupantes" a Arrillaga: Desde el año 2002 los casos de sífilis van en aumento, y la tendencia es la misma en los casos de gonorrea, a partir del año 2005, y además el 74% de estos casos de sífilis y el 43% de los casos de gonorrea fueron en hombres que tuvieron sexo con hombres.
Arrillaga ha reconocido que no ha sido fácil dirigir actuaciones específicas a este colectivo por el "riesgo de estigmatización". Por ejemplo, las ONG lo han tomado con recelo. Arrillaga ha hablado claramente: "Es difícil difundir en los medios generales una campaña dirigida específicamente a un grupo."
Por ello, indica que desde la administración siempre han actuado con mucha prudencia, aunque en los últimos años son las propias ONG las que han solicitado medidas específicas, ya que la situación es realmente preocupante. Así, en invierno de 2011, Osakidetza puso en marcha una campaña de prevención de la transmisión del VIH y otras infecciones por vía sexual dirigida a hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. "No cerrar los ojos ante el SIDA. El lema de la campaña fue "De hombre a hombre, utiliza el preservativo" y se puso en marcha una consulta on-line dirigida a este colectivo. Esta consulta sigue en marcha y en ella, además de recibir información y resolver dudas, pueden acudir a los análisis del VIH y sífilis.
Éxito test rápido
Al margen de esta campaña especial, Arrillaga destaca entre los programas de prevención derivados del Plan de Sida e Infecciones de Transmisión Sexual de Osakidetza, el test rápido que se realiza en las farmacias, que está dando muy buenos resultados.
Con esta iniciativa, Osakidetza ha sido pionera en toda Europa. El servicio se presta en 46 farmacias de los tres territorios de la Comunidad Autónoma del País Vasco, con características especiales: Detecta VIH y sífilis, es anónima y el resultado se recibe en 15 minutos.
Arrillaga da más detalles: "En 2009 comenzamos a ofrecer test rápidos en farmacias, por lo que llevamos 5 años. Al principio sólo hacíamos la prueba del VIH, pero a partir de 2011 también ofrecemos la de sífilis a los hombres que han tenido sexo con hombres. Para hacer de VIH hay que pagar 5 euros, que es el coste del test, pero debido a la inquietud que genera la sífilis se les ofrece gratuitamente el test de la sífilis".
Tras cinco años, Arrillaga valora "muy positivamente": "Durante este periodo, 14.000 personas han realizado el test en farmacias, a la vez que han recibido información y consejos preventivos de profesionales especialmente preparados para ello". De hecho, a los que van a realizar el test se les toman unas gotas de sangre por un dedo para realizar el análisis. Para saber el resultado hay que esperar 15 minutos y durante ese tiempo la farmacéutica mantiene una conversación con ellos para aclarar sus inquietudes y asesorarles. Para ello, los farmacéuticos reciben una formación tanto práctica como teórica.
La fiabilidad del test es muy alta, similar al análisis de sangre convencional. Si el resultado es negativo, el 100% asegura que no tiene infección por VIH. "Por lo tanto, la persona analizada puede ir tranquila si han pasado 3 meses desde que tuvo riesgo de infección, ya que los anticuerpos no se detectan hasta que han sido infectados y han pasado unas semanas", ha precisado Arrillaga.
Por el contrario, si es positivo hay que confirmarlo ya que la fiabilidad es del 99,7%. "Como existe un pequeño riesgo de falso positivo, desde la farmacia se transfiere al centro de referencia a la persona que ha dado el resultado positivo. En el centro de referencia atienden a esta persona lo antes posible y le dan el resultado definitivo el mismo día o el siguiente".
De los 14.000 tests realizados, un 0,9% han dado positivo. De los que han ido a realizar el test, el 72% son hombres, con una edad media de 36,6 años. La principal práctica de riesgo que les ha llevado a realizar el test es la penetración vaginal (53%), seguida por la penetración anal y la felación (10%) y el cunnilingus (4%). Un 21% ha acudido a la farmacia después de haber practicado otras actividades y sólo un 1% no sabe o no contesta. La principal razón para realizar el test en farmacia es la rapidez para el 42%, la accesibilidad para el 35% y el anonimato para el 11%. Arrillaga tiene claro: "El sistema funciona muy bien".
De saber a jugar
Otras campañas de prevención de enfermedades sexuales están dirigidas a jóvenes. Según Arrillaga, es un grupo especial, porque es natural arriesgarse y sentirse inofensivo. "Los adultos muchas veces ignoramos el riesgo, pero a esa edad, entre la información y el comportamiento, los factores psicosociales tienen una gran influencia".
Las encuestas confirman lo dicho por Arrillaga. De hecho, según el último informe publicado por el Observatorio Vasco de la Juventud, 59.000 jóvenes de 15 a 29 años de Euskadi han tenido alguna relación de sexo peligroso en el año anterior a la entrevista (18% de la juventud).
Por ello, a Arrillaga le parece importante no sólo informar sino también trabajar las habilidades sociales y las competencias emocionales. Con este objetivo, en colaboración con el Departamento de Educación, tienen un programa específico en las escuelas para prevenir las enfermedades sexuales y los embarazos no deseados y un programa de educación sexual a través de Internet en el portal Sexumuxu.
Por otro lado, junto a los del Plan de Osakidetza, muchos otros profesionales están trabajando en este campo. Una de ellas es la sexóloga Aitziber Estonba. La labor de Estonba consiste en resolver las dudas e inquietudes de la gente en torno a la sexualidad y ayudar a cualquier persona mayor de 16 años en la oficina de asesoramiento sexual de Zarautz.
Según Estonba, a la gente le cuesta mucho hablar y preguntar sobre estos temas, por eso le da especial importancia a crear un clima de confianza entre el usuario del servicio y el asesor, y se esfuerza en ello.
Sin embargo, reconoce que en la oficina reciben pocas preguntas o consultas sobre enfermedades sexuales. La mayoría de los usuarios son jóvenes de 16 a 18 años y están muy mezclados. "Sufren un gran bombardeo informativo, pero no son capaces de comprender e interiorizar esa información y tienen un montón de falsas creencias".
Además, ha recordado que estos jóvenes no han conocido los años más duros del sida, lo que ha supuesto en algunos casos la subestimación del riesgo de contagio del VIH. "Consideran el SIDA como una enfermedad crónica y menos grave, y les parece lejana, ya que ni siquiera los enfermos de SIDA son destacados. Por tanto, consideran menos necesario adoptar medidas de protección".
Estonba cree que también tienen poca información sobre la sífilis y la gonorrea: "Piensan XVIII. Son enfermedades del siglo XX y no se dan cuenta de que son también actuales y que se están extendiendo". Según Estonba, estas despreocupaciones y carencias informativas son más frecuentes entre quienes tienen relaciones sexuales heterosexuales que entre los hombres que se relacionan con los hombres. "Las personas con prácticas homosexuales son más conscientes del riesgo de contagio y, además, están mejor informadas y hablan más entre sí sobre estos temas".
Estonba cree que es imprescindible recibir educación sexual, pero no sólo en la juventud, sino también en base al miedo. Si no, las relaciones sexuales se relacionan con el miedo y las enfermedades, cuando son placer, deseo, compartir, amor...
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