Robot Tartalo, jamba
2008/06/01 Ochoa de Eribe Agirre, Alaitz - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa Iturria: Elhuyar aldizkaria
Con estos sensores, y con el ordenador que es el cerebro del robot, Tartalo sólo tendría que moverse de un lado a otro de forma segura, es decir, una navegación básica en inglés llamada wandering. Sin embargo, este equipo de investigadores del Departamento de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial pretende que el robot sea capaz de asistir a un punto concreto ordenado.
Orientando dentro de los edificios
Las máquinas más conocidas que nos conducirán desde un punto concreto hasta un destino son los sistemas de navegación GPS. Sin embargo, no funcionan dentro de los edificios y no sería práctico crear una base de datos que recoja los planos de todos los edificios del mundo. Por ello, el equipo de Basilio Sierra se basa en sistemas biomiméticos para el desarrollo de Tartalo. Es decir, el robot hace lo mismo que las personas y los animales orientarían en un nuevo lugar: explorar el lugar y tomar puntos de referencia. Pero para que una máquina pueda hacer lo que los seres vivos hacemos de su intuición, los informáticos deben insertar una serie de datos y programas de cálculo.
Los edificios son entornos semi-estructurados, en todos ellos se pueden encontrar zonas comunes y Tartalo le ha enseñado a conocer cuatro de ellas: habitación, pasillo, hall o entrada y cruces. Así, si lleváramos el robot a nuestra casa, primero realizaría un proceso de autolocalización, dando una vuelta de peso para aprender la ubicación de estos espacios. Con este proceso, la máquina formaría una especie de mapa topológico, y nosotros sólo deberíamos mostrar el nombre de cada uno de los lugares que aprendió. Para ello, los investigadores de la UPV están diseñando sistemas de interacción persona-robot. Por ejemplo, se está adaptando un sistema de reconocimiento de voz y una interfaz táctil para que el robot entienda las órdenes.
Ojo único, visión afilada
Lo más importante que han demostrado a Tartalo es identificar las puertas. De hecho, para llegar a la mayoría de los lugares indicados, el robot deberá acceder por una puerta. Por ello, tiene la cámara situada a la misma altura que el pomo de la puerta, que le ayudará a identificar la puerta. En este momento el sistema está programado para buscar y atravesar puertas cuando circula por un corredor. Si la puerta está cerrada, como todavía no se le han instalado brazos, la puerta es golpeada por las 'patas', con dos o tres colisiones.
El equipo de investigadores de la UPV-EHU tiene como objetivo desarrollar el sistema de navegación del robot, y para conseguirlo es imprescindible detectar las puertas. A partir de ahí, Tartalo tendrá que aprender a distinguir muchas otras cosas, como los rostros, las voces o cualquier cosa que se le pida traer. Pero cada una de estas acciones implica el desarrollo de un programa concreto, que por el momento está fuera de la línea de investigación del Grupo de Robótica y Sistemas Autónomos. Sin embargo, este robot irá incorporando progresivamente las capacidades desarrolladas por otros grupos de investigación.
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