Actitudes hacia tratamientos neurolépticos
2015/09/01 Ozamiz Etxebarria, Naiara - Psikologian doktoreMedikuntza eta odontologia fakultateko irakaslea | Guimon Ugartetxea, José - Psikiatrian doktoreEHUko katedradun emeritua | Markez, Iñaki - Psikiatrian doktoreZubiok eta AMSA elkarteetako psikiatra | Ozamiz Ibinarriaga, Jose Agustin - Soziologian doktoreEHUn eta Deustuko Unibertsitatean irakasle aritua Iturria: Elhuyar aldizkaria
Los neurolépticos son fármacos utilizados en el tratamiento de la psicosis. Los cambios se producen principalmente en el cerebro y, por ejemplo, en el caso de la esquizofrenia pueden reducir las alucinaciones. Siempre ha habido muchas discusiones sobre la neuroléptica de los enfermos mentales por los efectos secundarios que producen.
A principios de 2012, una serie de pacientes psiquiátricos realizaron graves acciones criminales en Bilbao, lo que generó un gran debate entre los profesionales de la salud mental. Los autores de este artículo también tuvimos un debate bien documentado sobre este tema.
En 1986 analizamos las actitudes hacia los neurolépticos en Bizkaia [1]. En 2012 se actualizó dicha encuesta y se realizó un nuevo estudio para analizar la situación actual. Se detectaron diferencias significativas respecto a las actitudes de los neurolépticos y se observó una evolución en los prejuicios hacia ellos. Los datos de estos estudios nos llevan a realizar algunas reflexiones sobre tratamientos neurolépticos.
Uso de neurolépticos en pacientes peligrosos con esquizofrenia
La psicosis y sobre todo la esquizofrenia se asocian al riesgo. Por ello, normalmente los pacientes afectados por esta confusión son ingresados en hospitales psiquiátricos. Sin embargo, aunque la peligrosidad de los enfermos mentales es real, no es frecuente que se den situaciones críticas. Es cierto que las conductas agresivas pueden ser la primera señal de enfermedad psicótica, pero los pacientes con esquizofrenia no tienen mayor propensión a matar que el resto de la población. Sólo el 2% de los asesinos sufre psicosis.
Sin embargo, los medios de comunicación tienden a ofrecer información sensacionalista [2], sobre todo si alguien con esta enfermedad mata a alguien. Cuando esto ocurre, es asesinado por causas imprevistas, normalmente por delirios o alucinaciones de la enfermedad. Por otra parte, los ataques de estos pacientes son mucho más violentos que los de cualquier persona, especialmente los esquizofrénicos.
Hay que tener en cuenta que los pacientes esquizofrénicos que no reciben tratamiento suelen tener una conducta agresiva. Estos suelen tener un bajo control de los impulsos, y en ocasiones tienen fuertes alteraciones imprevistas. Por otro lado, estudios indican que muchos pacientes esquizofrénicos que han matado a alguien consumen sustancias tóxicas (drogas ilegales y alcohol).
La mayor parte de los asesinatos se producen a la salida de los hospitales psiquiátricos, por lo que la sociedad ve mal a los pacientes con esquizofrenia. Sin embargo, nadie habla de pacientes dados de alta en hospitales psiquiátricos que no matan a nadie.
Los medios de comunicación y la ciudadanía en general les ponen una imagen de “loco” peligroso. Es cierto que a veces estos pacientes pueden ser peligrosos. Desgraciadamente, el mejor indicio para prever conductas de riesgo es otro comportamiento violento que se ha producido con anterioridad. Por otra parte, los factores de riesgo para la aparición de comportamientos violentos suelen ser, por lo general, alucinaciones o delirios perseguibles, el consumo excesivo de determinadas sustancias y el abuso infantil. Por ello, en caso de que exista riesgo de violencia, suele ser necesario proporcionar neurolépticos a estos pacientes. Normalmente los pacientes agresivos aceptan esta medida porque temen sus impulsos agresivos y piden ayuda para no perder el control. Sin embargo, un exceso de neurolépticos puede hacer que su efecto sedante sea excesivo. La postura contraria a los efectos secundarios de los neurolépticos siempre ha existido, pero en los últimos 20 años los prejuicios han disminuido. Sin embargo, las críticas siguen siendo numerosas y las denuncias por neurolépticos contra los servicios psiquiátricos son numerosas. Así, los psiquiatras se encuentran en una situación difícil ante ciertos sectores de la opinión pública.
Comparación entre ambas investigaciones
En un estudio realizado en 1986 entre cuatrocientos pacientes que se dirigían al médico de atención primaria en Getxo, encontramos una actitud negativa hacia el uso de psicofármacos [1]. Los principales resultados de esta investigación son:
• En general, las mujeres confiaban menos que los hombres en las sustancias psicoactivas.
• Las actitudes negativas hacia las sustancias psicoactivas aumentaban con la edad y las personas mayores preferían los medicamentos naturales.
• Cuanto más alto era el estatus social, menor era el miedo a las sustancias psicoactivas.
• Cuanto más conservadora es la gente, más recelo a los psicofármacos.
• Los pacientes presentaban los síntomas más graves favorables a los psicofármacos y menos temerosos a sus efectos secundarios.
Cabe señalar que los neurolépticos han evolucionado mucho en los últimos años. Los resultados de un estudio realizado en Cochrán demuestran que son eficaces y seguros para los pacientes esquizofrénicos y que sirven para prevenir la esquizofrenia. Así, en general, los psiquiatras, enfermeras y pacientes muestran una actitud positiva hacia estos psicofármacos.
Tras las muertes ocasionadas por pacientes psiquiátricos en Bilbao a principios de 2012, los autores de este trabajo decidimos realizar un nuevo estudio sobre la situación actual.
El estudio se llevó a cabo con doscientos alumnos de medicina de la UPV/EHU, con el fin de analizar las actitudes hacia las sustancias psicoactivas y neurolépticas y compararlas con los resultados obtenidos en 1986. Los resultados son:
• Observamos diferencias significativas en las actitudes hacia los neurolépticos, de una población a otra, observando una evolución en cuanto a los prejuicios.
• En dos estudios detectamos un factor que denominamos “naturista”, es decir, hay gente que considera que los recursos naturales son mejores que los neurolépticos, porque los primeros no tienen efectos secundarios.
• En ambos estudios las mujeres mostraron menor confianza que los hombres en los neurolépticos.
• En general, se consideran necesarios, bajo control, los neurolépticos.
Tratamiento farmacológico: problemas
En general, existe una estrecha relación entre el cumplimiento del tratamiento y la actitud de los pacientes ante la medicación. En el Departamento de Psiquiatría del Hospital Universitario de Ginebra se llevó a cabo en 1999 un estudio con 324 pacientes con el fin de analizar actitudes hacia las medicaciones psicoactivas [3]. En el estudio se observó que la actitud negativa hacia las medicaciones psicoactivas estaba relacionada con la no continuidad del tratamiento. La no continuidad del tratamiento no se consideraba una actitud irracional, sino una decisión racional basada en los siguientes factores:
• Falta de fe en los pacientes respecto al uso y efectividad de la medicación.
• Percepción de que las desventajas son más que beneficios, como el coste y las molestias que puede ocasionar.
• Falta de apoyo familiar y social.
La investigación de Ginebra corroboró años antes (1993) la conclusión de un trabajo de Angermeyer y Matschinger en Alemania [4]: si considera que la terapia es efectiva, el paciente sigue mejor el tratamiento, mientras que si el paciente tiene dudas sobre la eficacia del tratamiento (porque cuestiona los conocimientos psiquiátricos) no sigue correctamente el tratamiento.
Para finalizar, Goerge y sus colaboradores concluyeron de otro estudio realizado en 1990 en el propio Hospital Universitario de Ginebra [5]: Si los valores del paciente y de la institución psiquiátrica no coinciden con las actitudes ante los problemas, los pacientes y los terapeutas tienen distintas expectativas. Sin embargo, hay pacientes que, a pesar de no coincidir con los valores, continúan el tratamiento por diversos motivos: conformidad, dependencia, presión…
Propuesta para fomentar actitudes positivas hacia los neurolépticos
En 1999, Eguiluze, psiquiatra del Hospital de Cruces y profesor de la Universidad del País Vasco, realizó en un centro ambulatorio de Bilbao un estudio sobre la evolución de pacientes esquizofrénicos que participaron en un grupo para fomentar actitudes positivas hacia los medicamentos neurolépticos [6]. Se compararon los resultados de la investigación con un grupo de control y se observó que el grupo experimental mejoró más el grado de seguimiento del tratamiento farmacológico y los síntomas de los pacientes. Más tarde, en una investigación realizada por el director del servicio de psiquiatría de Basurto, Miguel Ángel González Torres y Eguiluz, en técnicas similares, observaron que los pacientes que acudían a los equipos de psicoeducación tenían menos ingresos que los del grupo de control.
En consecuencia, consideramos que la creación de programas educativos y la puesta en marcha de campañas informativas pueden contribuir a modificar las actitudes hacia las sustancias psicofarmacológicas.
Bibliografía
Gai honi buruzko eduki gehiago
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