Impacto del turismo ornitológico en las poblaciones de aves
2015/09/01 Gorospe Rombouts, Gorka - Ornitologoa, ilustratzailea eta gidaria Iturria: Elhuyar aldizkaria
El turismo de observación de la naturaleza ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años, sobre todo ornitológico. Gracias a la globalización, cada vez es más fácil llegar a cualquier parte, incluso a lugares en los que no se nos pasaban por la cabeza, y se puede obtener información detallada sobre cómo llegar a un lugar así o cómo encontrar un ave concreta.
Muchos advierten de los riesgos que este fenómeno puede conllevar, que pueden afectar a las aves o al medio en el que viven. Las aves son un recurso vulnerable que puede verse afectado por un acontecimiento aislado puntual.
Entre los factores de efecto negativo se encuentran, en primer lugar, los inconvenientes. La afluencia masiva de personas a determinados lugares puede causar molestias a las aves, mientras que si se repiten las molestias, éstas pueden decidir abandonar el lugar. El desconocimiento por parte de los visitantes suele ser el motivo principal de estos inconvenientes, aunque en algunos casos se puede afirmar que algunos anteponen el bienestar de las aves a su correcta observación. Estas últimas pueden causar daños graves.
La mera presencia de aves en la zona de cría o reposo puede ser una fuente de molestias que dificulta su normal funcionamiento. Guías sin escrúpulos y turistas utilizan apeos para atraer a aves retraidas y difíciles de ver. La utilización de estos apeos requiere de una autorización oficial distribuida por la administración correspondiente.
Normalmente se autorizan para determinados proyectos de investigación. El uso libre de los reclamos, sin embargo, no está permitido, ya que pueden causar graves molestias. Y es que al oír el apeo, el ave piensa que es un competidor y va a proteger su entorno. Este comportamiento provoca un mayor consumo de energía para el ave y, en ocasiones, los depredadores retiran sus huevos o crías, intentando proteger su área de cría.
Además, si los conductores y turistas se acercan a un lugar frecuentado por este ave, como es habitual, y en épocas de cría (varias veces en el mismo día), el ave abandona el crecimiento debido a la excesiva demanda de energía que supone la protección del medio.
En los últimos tiempos, el sector de la fotografía de la naturaleza también es uno de los principales atractivos para las aves. El desarrollo de la tecnología digital ha multiplicado a los fotógrafos de aves y hoy en día son muchos más los ciudadanos que tienen acceso a materiales y procesos fotográficos. De ahí que en la actualidad haya muchos más fotógrafos de aves que hace 20 años. Sin embargo, el conocimiento de algunos de estos fotógrafos no es suficiente para actuar con los seres vivos que habitan. Para hacer una buena foto, a veces se acercan demasiado, se acercan demasiado a los nidos, utilizan apeos (auditivos o visuales)... y para “posicionar” mejor la foto, cambian el entorno del nido..., es decir, realizan una serie de actividades que pueden tener consecuencias negativas para las aves y su entorno. La realización de estos trabajos sin conocimientos, permisos e inspecciones adecuadas puede suponer un riesgo grave para el ave objeto de la fotografía.
Hay otro peligro que no se menciona mucho: ampliar la ubicación de algunas pocas aves. A menudo, el turismo ornitológico tiene por objeto la observación de aves escasas, raras o difíciles de observar, ya que las posibilidades son escasas. Aunque la ubicación de los lugares de residencia de estas aves suele ser estrictamente vigilada tanto por la administración como por los conductores locales (que no quieren que otros conductores lo sepan), al final se descubre, más aún hoy en día, en una época en la que la información está tan extendida y se difunde con tanta facilidad. El hecho de que se amplíe el lugar de residencia de algunas especies de aves escasas supondrá una mayor afluencia de turistas y, por supuesto, mayores molestias, así como la presencia de nidificantes o personas maléficas.
Las aves son poblaciones tan pequeñas y localizadas que el fracaso de una puesta o la pérdida de una sola pareja puede tener consecuencias muy graves. Basta un pequeño inconveniente para provocar un desastre.
Todos estos efectos adversos pueden evitarse y reducirse mediante una adecuada gestión del entorno, preparando las infraestructuras adecuadas y formando adecuadamente a los profesionales. Para ello, la administración debe regular adecuadamente esta actividad, teniendo en cuenta las opiniones de los profesionales del sector, de manera que el turismo y la conservación de los recursos naturales sean compatibles entre sí. Para lograr este objetivo es imprescindible concienciar a los profesionales, especialmente a los conductores, que tienen una relación directa con las aves y su entorno. Es interesante la experiencia de los llamados “Clubs de Producto”, entre los que se encuentran Extremadura y Navarra, donde se recogen y fomentan las demandas, así como los aspectos éticos de la actividad.
Por lo demás, creo que el turismo ornitológico tiene más aspectos positivos que negativos. Lo más positivo, sin duda, es que valora las aves y su entorno. La visibilidad de los ciudadanos ha cambiado en varios lugares cuando les ha llegado gente de fuera a ver su patrimonio cultural, por puro interés económico: “Si la gente acude a ver aves (y a gastar dinero) tenemos que cuidarlas”. Es necesaria una educación para que la ciudadanía se preocupe por el cuidado de su entorno y concilie la vida de los ciudadanos con la observación de las aves. Hay muchas vías de atención y pueden extenderse a todo el mundo.
Por otro lado, la difusión de algunas aves puede ayudar (respetando ciertos límites) a evitar la desaparición de sus poblaciones por desconocimiento. Y es que, ¿cuántas veces no se ha hecho una infraestructura o actividad y se ha alterado el entorno de una población interesante, aparentemente sin interés alguno, pero en peligro de extinción? La discapacidad suele ser la causa de este comportamiento... Pero el turismo ornitológico puede contribuir a conocer mejor nuestro entorno a través de proyectos científicos de la ciudadanía. Este tipo de proyectos se están extendiendo por todo el mundo (sobre todo de aves), impulsados por plataformas locales (Ornitho) o generales (eBird).
Recordad que el turista ornitológico, en general, está bastante concienciado sobre la necesidad y el comportamiento del medio ambiente. Probablemente, el ornitológico es el tipo de turismo más sostenible que existe.
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