Historia de la Industria Naval
1987/06/01 Azkune Mendia, Iñaki - Elhuyar Fundazioa Iturria: Elhuyar aldizkaria
Antes de inventarse la radioitelegrafía, en los barcos marinos predominaba el silencio. Desde el puerto, pasando por mar abierto hasta llegar a la meta, el barco no podía recibir ninguna ayuda al caer la angustia. Los navieros sabían cuándo comenzó el crucero, pero no sabían cuándo iba a terminar. Se realizarían como máximo estimaciones.
Sin embargo, en mar abierto podía haber muchas cosas. Se oía con frecuencia que el barco se hundió por tormenta u otros motivos y que la gente se ahogó. La navegación comportaba en absoluto un peligro. No es de extrañar, por tanto, que Guglielmo Marconi diera señales de Morse para las embarcaciones.
Marconi realizó su primer ensayo en el Pontecchio de Reno en 1895. A lo largo de dos kilómetros entre el emisor y el receptor se transmitieron sin cables morses sinales.
Los colaboradores de Marconi se dieron cuenta inmediatamente de la importancia del invento y de la Ministra británica de Correos. En Gran Bretaña, enseguida ofrecieron toda clase de ayuda al científico italiano.
Marconi combinó y aplicó adecuadamente los inventos y avances logrados anteriormente por otros científicos (Hertz, Onesti, Lodge, Tesla, Popoff, Braul, etc.).
Las primeras sesiones públicas se celebraron en Salisbury en 1896. Las señales se emitieron a una distancia de cuatro kilómetros. Enseguida consiguieron enviar por radio la crónica de las regatas del Dublín.
Como resultado de estas primeras sesiones, surgió la compañía Marconi con el objetivo de trabajar las aplicaciones del nuevo invento. A finales de diciembre de 1898 se realizó una comunicación radiofónica entre dos faros. Un faro se encontraba en el barco "East Goodwin" anclado en el Canal de la Mancha. El otro, en tierra, en el cabo South Foreland.
En pocos meses emitió señales de socorro para las cinco embarcaciones que se encontraban en grave situación. Un cargamento salvado con estas señales valía 53.500 libras, diez veces más de lo necesario para el suministro de radio a todas las embarcaciones de faros de Gran Bretaña, según el propio Marconi.
En 1899, las maniobras de la marina en el Gran Bretaña tuvieron lugar durante muchos días y noches utilizando la radio. Se obtuvieron comunicaciones radiofónicas entre barcos a 74 millas. Dos años después, Marconi hizo pasar por primera vez por el Océano Atlántico la señal de radio entre St. Johns de Terranova y los Cornwall de Gran Bretaña.
Esta prueba hizo que todos aparecieran a favor del invento de Marconi y la compañía Cunard Line dotó a su "Lucania" de emisoras de radio y receptores de radio. En breve, todos los barcos de la compañía estaban provistos de radio.
Gracias a la radio, desde entonces se ha salvado a mucha gente en los accidentes marítimos, como en 1909, cuando los transatlánticos "Florida" y "République" se tocaron. El famoso hundimiento del "Titanic", sin embargo, no se puede callar. Cuando en el año 1912 chocó con el iceberg, las señales emitidas por radio hicieron que los barcos se acercaran a ayudar.
Aunque los barcos no estaban aislados por medio de la radio, faltaban por verlos ". Cuando circulaban por la noche, cuando había niebla, cuando había otras embarcaciones cerca, cuando había obstáculos por delante o por debajo, etc., convendría detectar todas ellas. Aquella "visión" que necesitaba le ofreció el radar.
Aunque la esencia del radar es el XIX. En el siglo XIX, las ondas electromagnéticas expresadas por el inglés Maxwell constituyeron los primeros radares franceses y norteamericanos.
En Norteamérica comenzaron a desarrollar el radar desde 1922. De hecho, las embarcaciones que pasaban por el río Potomac provocaban interferencias en las señales de radio. En Francia, por su parte, en 1936 se declaró la instalación de radar en el barco denominado "Normandie". Radares, grandes obstáculos a cuatro millas de distancia (buques, iceberg, etc.) podía detectar. Pequeños obstáculos a una milla.
En 1936 se instaló también el radar en el puerto de Le Havre, extendiéndose a muchos barcos de guerra y puertos para 1939.
Pero cuando estalló la segunda guerra mundial, nadie estaba tan bien equipado de radar como Gran Bretaña. La desembocadura del río Thames, por ejemplo, estaba protegida de radar, como toda la costa. Cada radar alcanzaba una distancia de hasta 150 kilómetros y en el aire hasta 300 kilómetros.
En la batalla de Inglaterra, los aviones de Goering y los misiles V-2 fueron detectados previamente y los italianos también sufrieron grandes daños en el mar. Los alemanes también empezaron a diseñar el radar en 1937, pero en 1940 la armada alemana tenía un equipo deficiente y no se acercaba a los radares británicos. En el triunfo de los aliados, por tanto, tuvo que ver el radar.
En 1940, Gran Bretaña enseñó a los Estados Unidos el secreto del radar. Por ello, también fue utilizada en la guerra contra los japoneses, y a finales de 1945 se dio a conocer oficialmente su uso.
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