Miden la importancia de las cataratas y arroyos
2001/04/06 Elhuyar Zientzia
De hecho, debido a la influencia humana, como los fertilizantes utilizados en la agricultura, la cantidad de nitrógeno en los ecosistemas terrestres y acuáticos está aumentando. Cuando los ecosistemas terrestres se saturan con nitrógeno, éste se vierte a ríos, lagos y bahías. Entonces, las algas que metabolizan el nitrógeno se multiplican demasiado y, al impedir que el oxígeno y la luz lleguen a mayores profundidades de agua, otras plantas y animales también perciben la escasez de oxígeno y luz.
Según el estudio realizado en Estados Unidos, los arroyos y las corrientes que se vierten a los ríos y lagos son muy importantes en su pequeñez por su capacidad de asimilar el 50% del nitrógeno inorgánico. Parece que el tamaño de la corriente de agua está relacionado con la eficiencia en el procesado y la captación de nitrógeno, y en pequeñas cascadas y arroyos el ciclo del nitrógeno es más rápido.
En pocas palabras, el ciclo de nitrógeno que se da en el agua es el siguiente: una cantidad de nitrógeno que llega al agua es asimilada por bacterias anaerobias y el resto es alimento de algas, bacterias y hongos. Los insectos y peces se alimentan de ellos y al morir las plantas y los animales, el nitrógeno vuelve a flotar entre la otra materia que se pudre.
Sin embargo, las corrientes de agua pequeñas se ven fuertemente afectadas por ataques externos y son muy sensibles. Además, su peligrosidad es cada vez mayor debido a la construcción de cauces y presas y al continuo crecimiento de la cantidad de residuos agrícolas y urbanos vertidos a estas aguas. Además, el turismo y la presión del ocio son cada vez mayores. Teniendo en cuenta todo ello, es imprescindible tomar conciencia de la importancia y necesidad de preservar los pequeños ríos y cursos de agua.
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