La basura tecnológica, la huella de la innovación
2007/04/22 Rementeria Argote, Nagore - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa
Los problemas medioambientales de las nuevas herramientas tecnológicas no son pocos. Basta con mirar los números. Por ejemplo, la producción de un ordenador convencional requiere una media de 240 kilos de combustible, 22 kilos de material (cientos de materiales diferentes) y 1.500 litros de agua. Por lo tanto, en el proceso productivo se utilizan un montón de materias primas ingentes.
Aunque muchas veces se ha dicho que es limpia con respecto a otras industrias, a la vista de estos datos, la industria del utillaje tecnológico es sólo en parte limpia. Además, en esta industria, el mayor problema de contaminación se produce después de la utilización de los aparatos. La contaminación del proceso productivo es relativamente fácil de controlar por parte de los gobiernos, pero este control es más difícil tras el uso de la herramienta. Y precisamente ahí está la cuestión.
No obstante, la responsabilidad de esta herramienta es, en principio, de la empresa productora. Será el responsable de la recogida y posterior traslado de la herramienta, en caso de ser posible su reutilización, donde sea necesario, y en caso de no ser posible su reutilización, de su desmontaje y reciclado.
Sin embargo, normalmente, el consumidor tiene la primera obligación de llevar el aparato al lugar que le corresponde como es el Garbigune. Y no es cosa de bromas, porque tirar donde no se necesita puede causar graves daños. Según la organización de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la basura de aparatos electrónicos contiene al menos setecientos componentes diferentes, algunos de los cuales son perjudiciales para el medio ambiente e incluso para los seres humanos, como el plomo, el cadmio y el litio.
Problema mundial
En esta organización se ha tratado de cuantificar la cantidad de basura tecnológica que se deposita en todo el mundo, pero no se ha obtenido ningún dato concreto: se estima que se vierte entre veinte y cincuenta millones de toneladas aproximadamente. Y cada año se tira más basura. Un año después de comprar un ordenador, es viejo y queda obsoleto durante cuatro años para utilizar los programas que sacan, etc. Y el teléfono móvil también lo es, porque el consumidor cambia de móvil una media cada tres años (esto no significa que duren tres años, claro).
Así, el monte de basuras es cada vez más grande. Además, gran parte de esta basura se lleva de los países ricos a los más pobres. El 80% se lleva a Asia, sobre todo a China. Esta transferencia no se realiza dentro de la ley, por lo que tampoco se puede disponer de datos concretos, pero consideran que cerca del 70% de la basura tecnológica mundial se lleva a China. Allí es reutilizado en la medida de lo posible, pero genera inevitablemente graves problemas ambientales y de salud.
La situación es grave, aquí y en todo el mundo. Habrá una solución, por supuesto, pero, por el momento, no tiene aspecto de mejora.
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