Carpa científica: tocando la ciencia
1991/06/01 Aizpurua Sarasola, Joxerra Iturria: Elhuyar aldizkaria
Los responsables de esta acción tenían preparado un dossier para los periodistas, pero como nuestra curiosidad era más importante, fuimos a buscar una relación personal. Enseguida descubrimos su máximo responsable, el señor Carles Schnabel. Bióloga de estudios, su verdadera profesión es la divulgación científica. Hemos reunido lo dicho por este hombre y si te parece interesante, el lector podrá verla en Pamplona en junio.
La Carpa Científica es básicamente dar respuesta a una necesidad. En el Museo de la Ciencia de Barcelona hace tiempo se dieron cuenta de que muchos de los visitantes procedían de fuera de Cataluña. Aunque en Europa hay muchos museos de ciencia, en la península Ibérica no ocurre lo mismo. Aquí, salvo en Barcelona y A Coruña, no hay ningún museo científico. Luis Utrilla, antiguo responsable de la exposición del Museo de la Ciencia de Barcelona, comenzó hace cinco años a materializar la idea de la Carpa de Ciencias.
Antes de seguir adelante, hay que decir que el museo de ciencias de Barcelona no es un museo corriente. En los museos comunes, las cosas que se muestran están por ver y no por tocar. En este Museo de la Ciencia los diferentes temas están divididos en módulos y, además, se ha pensado que cuando se ha realizado el diseño de estos módulos se presenten de forma táctil. Por tanto, los visitantes de este museo juegan experimentando los módulos.
Por supuesto, las posibilidades que ofrece este tipo de museos de divulgación científica son enormes. Y es que la clientela puede estar formada por jóvenes o adultos, sabores e ignorantes.
Pero volvamos al relato. En la primavera del año pasado se realizó el diseño definitivo de la carpa. Enseguida empezaron a construir vigas y estructuras que sujetarían la Carpa y a finales del verano por primera vez se unieron todas las piezas formando la Carpa Científica.
Se trata de una carpa, una estructura metálica desmontable y un pabellón cubierto de toldos. La planta es octogonal y tiene 9,53 m por lado. En el centro se sitúa un espacio cuadrado sobre el que se alza una torre de 23 m. A ambos lados hay dos contenedores para entrar y salir de la carpa.
En el diseño de esta estructura se han tenido en cuenta los vientos de 140 km/h y las posibles cargas de nieve de las ciudades más importantes a menos de 900 m de altitud. La torre principal se apoya en cuatro columnas. Cada columna tiene tres depósitos de 1.500 litros de volumen. Estos depósitos se unen con agua para estabilizar la estructura. El toldo y la madera utilizados no se incendian y además se dispone de acceso para minusválidos. La superficie total cubierta es de 542 metros cuadrados y la utilizada para mostrar los módulos es de 439,90 metros cuadrados.
La inauguración de la Carpa de las Ciencias tuvo lugar el pasado 19 de diciembre en Madrid, pero, según nos dijo Carles, tuvo menos éxito de lo esperado, ya que la burocracia entró en el hueco. Posteriormente se trasladaron a Santander y Bilbao y su influencia en la gente ha sido cada vez mayor. A modo de ejemplo, si bien fueron a Bilbao durante un mes, han tenido que pasar por fin un par de meses. En cuanto a la clientela, hay que decir que la mayoría han sido escolares, ya que cada día han pasado 25 grupos de 35 alumnos.
En la carpa sólo hay 56 módulos, hay que tener en cuenta que en el museo de ciencias de Barcelona hay alrededor de 300. Pero, según nos dijo Les, para transportar la carpa y sus 56 módulos necesitan 9 camiones. Por lo tanto, es prácticamente imposible transportar todo el museo científico de Barcelona.
Los temas principales que se tratan en los módulos son: percepción, óptica, ondas, tierra, mecánica, electrostática, informática y estación meteorológica.
Junto a la Carpa de Ciencias se organizan otras actividades. En la Comunidad Autónoma del País Vasco, por ejemplo, según un acuerdo firmado entre el Gobierno Vasco y Caixa, se han organizado numerosas exposiciones sobre diferentes temáticas. Holografía, tiempo y relojes, simetría, cerebro, etc. han sido los temas de estas exposiciones.
También preguntamos a Les sobre las fuentes financieras. Aunque el Museo de la Ciencia de Barcelona (y por lo tanto la Carpa Científica) ha nacido desde el interior de Caixa, su objetivo social es más que económico. No se recuperarán los costes de creación de la Carpa Científica, pero cuando circulen por las ciudades se intentará recuperar, al menos, los gastos que se originen en la misma, bien poniendo precio a la entrada o llegando a un acuerdo con la administración pública local.
También existe un espacio para los profesores dentro de las funciones que organiza la Carpa Científica. En Bilbao, por ejemplo, se organizó el evento denominado Recursos culturales para la educación científica. En ella se analizaron los recursos y posibilidades de divulgación científica. Los de Elhuyar también pudimos participar.
¿Y cómo es la actitud de la gente ante estas acciones? La respuesta de Les fue: Al principio la gente se desplaza de un lado a otro, pero cuando empieza a centrarse empieza a leer las guías y paneles que hemos colocado y finalmente cada uno realiza sus sesiones en los módulos que más le gustan. En el caso de los alumnos, según el ambiente que ha creado el profesor, se aprecia una gran diferencia entre los grupos.
Antes de finalizar este artículo, queremos dar a conocer una idea. Como en Euskal Herria hay más ambiente científico y técnico que en otros lugares, ¿no es hora de empezar a construir nuestro museo de ciencias? Hay que agradecer al señor Mikel Agirregabiria, del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, la presencia de la Carpa de Ciencias en el País Vasco, pero sabemos que su idea es llevar a cabo un museo de ciencias. Nos decía que tenemos que preparar el ambiente. También Carlos nos dijo lo mismo. Y nosotros, lector, te proponemos crear un ambiente.
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