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El valor de la ciencia y los científicos

1999/11/28 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia

Científicos y sociedad, siempre enfrentados. Ante la imaginación de los científicos, la pasión por el trabajo y el deseo de progreso, los peatones han tenido a menudo una actitud de desconfianza, una preocupación por las novedades que puede aportar el desarrollo. Sin embargo, cuando las cosas nuevas han propiciado el desarrollo de la sociedad, la sociedad ha mostrado cierta gratitud, en la mayoría de los casos a través de los premios y de los homenajes que se han realizado tras su muerte.

También ha tenido una forma más curiosa de agradecer lo que la sociedad, la ciencia y el científico han hecho a su favor. Uno de ellos se refleja en el dinero, en los billetes, como si la sociedad quisiera poner precio al trabajo de los científicos.

En el verano de 1991, en un congreso de espectroscopía celebrado en Londres, un físico austriaco utilizó las transparencias para vestir su discurso. En uno de ellos presentó un billete de 1.000 chelines austríacos. Al fondo de este billete aparece la imagen del físico Erwin Schrödinger, y la letra griega y que pretende reflejar su mayor descubrimiento, representando las ecuaciones de onda de la mecánica cuántica. Sin embargo, a aquel físico le parecía poco, ya que en el billete más grande de Austria, el de 5.000 chelines, en lugar de Schrödinger aparece Mozart.

Los alemanes también tienen su propio homenaje a la ciencia. En el billete actual de 10 marcos aparece el matemático Karl Gauss. No sólo eso, junto a su imagen, tienen colocada la curva gaussiana y detalle de la fórmula de la campana de Gauss. No podemos negar que el billete de tanta precisión tiene el sentido alemán.

En Francia, como se podía imaginar, homenajean a Louis Pasteur en el billete de 5 libras. En este papel, además de la imagen de Pasteur, aparecen sus dos principales descubrimientos: por un lado, un joven que está recibiendo la dentadura de un perro, reflejo de la vacuna antirrábica, y por otro, los cristales y la vid que quieren expresar la separación de los enantiómeros.

La lista de billetes hasta ahora sigue. Por ejemplo, el billete de 1.000 zloty de Polonia, con imágenes de Copernico y su sistema solar. Al igual que en Italia, existen billetes dedicados a Marconi, Galileo Galilei y Alessandro Volta. En Grecia, el billete de 100 drásticos lleva en su parte delantera al filósofo Demócrito como referencia sobre su composición atómica y la materia. Einstein tiene su propia moneda, 5 lirots israelíes. Los nuevos países, como Croacia, también han puesto científicos en sus monedas. El caso de Croacia es, además, significativo, ya que al primer billete que lo separó y sacó de la antigua federación de Jugoslavia en 1991 puso la imagen de un científico del físico y matemático Ruger Boskovic.

En Inglaterra los científicos ya han perdido la esperanza de aparecer en la parte delantera de los billetes, donde es imprescindible poner las figuras de los reyes antes de nada. Sin embargo, en la parte trasera de los billetes se ha dado algún lugar a los científicos. Isaac Newton aparece en el billete viejo de una libra, junto a un prisma, telescopio y una órbita elíptica, mientras que en el billete actual de 20 libras aparece Michael Faraday.

En la historia de los billetes, que no tiene demasiada importancia para la historia de la ciencia, los ejemplos pueden ser curiosos, pero no llegan a revelar toda la colección. Se podían poner más: Florines holandeses con el microscopista Anthony Van Leeuwen, el físico Simon Stevin y el científico Christian Huygen, que nunca salieron al mercado. En Francia, además de Pasteur, hay un billete de 500 libras con Marie y Pierre Curie; en Italia, 50.000 lecciones con Leonardo Da Vinci; en España, 2.000 pesetas con Mutis; en Suecia, de 100 y 1.000 coronas con Carl Von Linné y Jakaldo Berzelius; en Brasil, 50 exponentes de Wagoe y 10.000 de Chagoe.

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